In Zeiten krassester Lieblosigkeit muß durch ein vorbildliches Liebeleben ganz besonders auf den Mitmenschen eingewirkt werden, auf daß er erkenne seine Fehler und Schwächen, auf daß er sich ein Beispiel nehme, so an ihn der Nächste herantritt mit einer Bitte. Es bleibt kein Mensch verschont von Leid und Not, es wird ein jeder angewiesen sein auf die Hilfe des anderen, und dann soll sich auch ein jeder bewähren, es soll der Liebewille in ihm angeregt werden und in Kraft treten. Ein gutes Beispiel kann mehr Segen stiften als nur belehrende Worte, ein gutes Beispiel gewinnet oft ein hartes Herz. Und ihr, die ihr freiwillig in Meinen Diensten steht, ihr wisset um die Auswirkung eines Liebelebens, ihr seid Kraft- und Lichtempfänger geworden, und ihr könnet sonach liebetätig sein irdisch und geistig.... ihr könnet jederzeit geben, wenngleich geistige Gaben nicht so gewertet werden von den Mitmenschen, die selbst nicht in der Liebe leben. Doch auch das Austeilen irdischer Güter, Hilfe im täglichen Leben, ist ganz besonders bedeutsam bei eurer Arbeit für Mein Reich. Denn wo ihr solche austeilet, werdet ihr auch offene Herzen finden für die geistigen Gaben und Gegenliebe erwecken. Der großen Lieblosigkeit kann nur so gesteuert werden, daß die Meinen erkennbar sind durch Wirken in Liebe, daß sie offensichtlich aus dem Rahmen der Allgemeinheit heraustreten, daß ihr Lebenswandel die Mitmenschen anregt zum Nachdenken und zur Nachahmung. Denn die Liebe ist eine Kraft, die niemals wirkungslos bleibt. Im Liebewirken tritt Meine Kraftausstrahlung zutage, und so wirke Ich Selbst, wo Liebe geübt wird, und wo Ich wirke, kann auch der Erfolg niemals ausbleiben. Das Erwecken des geringsten Grades von Gegenliebe schon ist ein Erfolg, der nicht hoch genug bewertet werden kann, denn es verbindet sich dann der Mensch schon mit Mir und entwindet sich durch das kleinste Liebeswerk Meinem Gegner, dessen schärfste Gegenwaffe die Liebe ist. Der Liebe kann er nicht standhalten, und ein fortgesetztes Liebeswirken verdränget ihn ganz und gar. So nun ein Mensch sich zu wandeln beginnt, so er die Lieblosigkeit aufgibt und sich kleinster Liebesdienste befleißigt, spürt er merklich das Lösen von der Gewalt, der er bisher hörig war. So er darauf achtet und den Weg der Liebe fortsetzet, fühlt er sich auch freier und zu Gott hingezogen, er strebt Mich an dann unbewußt. Denn das Wissen um seinen Anfang und seine Bestimmung wird ihm noch nicht das Gefühl der Gegenwart Gottes eintragen, Liebeswirken aber lässet ihn ahnen, was ihm bisher verborgen war, und darum ist es überaus bedeutsam, im Mitmenschen den Liebesfunken zu entfachen, damit er selbst das Gefühl der Gottverbundenheit in sich spürt und es zu erhöhen sucht. Und wo er es nicht von selbst tut, dort soll es ihm durch gutes Beispiel vorgeführt werden, und so sein Herz noch nicht gänzlich verhärtet ist, wird eine ihm erwiesene Liebestat nicht ohne Wirkung bleiben, und dann ist eine Seele mehr gewonnen für Mein Reich, die sonst unweigerlich verloren wäre auf ewig.
Amen
ÜbersetzerEn tiempos de la más flagrante falta de amor, debe influenciarse especialmente a las personas mediante una vida ejemplar de amor, para que reconozcan sus defectos y debilidades, para que tomen el ejemplo para cuando el prójimo se les acerque con una petición. Ningún ser humano se libra del sufrimiento y de las penurias, todos dependerán de la ayuda de los demás, y entonces cada uno deberá también mostrar su valía, su voluntad de amar deberá excitarse y entrar en vigor. Un buen ejemplo puede traer más bendiciones que sólo palabras de instrucción, un buen ejemplo a menudo vence a un corazón duro. Y ustedes, que voluntariamente están a mi servicio, conocen el efecto de una vida de amor, se han convertido en receptores de fuerza y luz y pueden por tanto ser activos en el amor, terrenalmente y espiritualmente.... pueden dar en cualquier momento, aunque los dones espirituales no sean tan valorados por los seres humanos que no viven en el amor. Sin embargo, la distribución de bienes terrenales, la ayuda en la vida diaria, también es particularmente significativa en su trabajo para mi reino. Porque donde distribuyan esto también encontrarán corazones abiertos para los dones espirituales y despertarán el amor recíproco. La gran falta de amor sólo puede ser controlada por medio de que los míos sean reconocibles por su obra de amor, que salgan obviamente del marco del público en general, que su forma de vida estimule a los demás seres humanos a pensar y a imitarlos. Porque el amor es una fuerza que nunca queda sin efecto. Mi emanación de fuerza sale a la luz en el trabajo del amor, y así Yo mismo trabajo donde se practica el amor, y donde yo trabajo, el éxito nunca puede dejar de materializarse. El despertar del más mínimo grado de amor recíproco es ya un éxito que no puede valorarse lo suficiente, pues entonces el ser humano ya se une a Mí y, mediante la más pequeña obra de amor, escapa de Mi adversario, en contra del cual la mas afilada arma es el amor. No puede resistir el amor, y una obra continua de amor lo desplaza por completo. Si una persona comienza ahora a cambiar, si abandona la falta de amabilidad y se esfuerza por realizar incluso la más pequeña de las labores de amor, sentirá notablemente el aflojamiento del poder al que ha estado esclavizado hasta ahora. Si presta atención a esto y continúa en el camino del amor también se sentirá más libre y será atraído hacia Dios, entonces se estará esforzando hacia Mí inconscientemente. Porque el conocimiento de su principio y de su destino no le hará ganar todavía el sentimiento de la presencia de Dios, pero la actividad amorosa le permite presentir lo que antes le estaba oculto, y por eso es sumamente importante encender la chispa del amor en el prójimo para que él mismo sienta la sensación de conexión con Dios en su interior y trate de aumentarla. Y donde no lo haga él mismo se le debe mostrar con un buen ejemplo, y si su corazón no está aún completamente endurecido un acto de amor que se le muestre no quedará sin efecto, y entonces se ganará un alma más para Mi reino, que de otra manera se perdería inevitablemente para siempre.
Amén
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