3471 Recordatorio y referencia al final....

22 de abril de 1945: Libro 45

¡Oh, que reflexionarais y recordarais el fin que se acerca! Vuestras almas viven todavía demasiado en el mundo terrenal, todavía no han reconocido el valor del don que fluye del reino espiritual a la Tierra; los seres humanos podrían recurrir constantemente a la fuente de la vida eterna y obtener la fuerza que necesitan tanto para su progreso terrenal como espiritual. Pero pasan indiferentemente ante esta fuente.... no prestan atención a la Palabra divina, no abren su corazón pensando y haciéndose preguntas sobre el significado y el propósito de la vida terrenal, se mantienen a la defensa cuando se les da el conocimiento al respecto y no aprovechan el tiempo que les queda hasta el final y que es muy corto.

La vida en la Tierra pasa y con ella también todas las comodidades que cautivan al ser humano mientras está en la Tierra. Pero el alma sigue viviendo, también después de la vida del cuerpo, y es el alma la que tiene que aguantar las consecuencias de la vida en la Tierra. Y estará en gran angustia, tendrá que morir de hambre y aguantar un tormento indescriptible porque se encuentra en un estado que no es adecuado para entrar en el reino de la luz, donde hay bienaventuranza y paz. Ella sólo puede ser considerada en el reino del más allá según su estado de madurez, y por eso tendrá que pagar amargamente por no haber aprovechado su vida en la Tierra para el desarrollo superior de su alma.

Y Dios sabe acerca de su destino al que se enfrenta, y quiere traerle ayuda, quiere protegerla de ello y animarla a trabajar en sí misma en la última hora, quiere rescatarla del destino que ella misma se está preparando.... Y Él viene constantemente al encuentro de los seres humanos en Su Palabra, pero la mayoría de las veces sin éxito.... Él Se revela en el sufrimiento, pero ellos no Le hacen caso, se alejan cada vez más y más de Él, porque en el sufrimiento no son capaces de ver el amor del Padre por Sus hijos.

Y así pasa el tiempo y el fin se acerca cada vez más.... y con ello el día del juicio cuando los seres humanos tendrán que responder por sí mismos y recibir su recompensa o castigo. Y el día será terrible para la mayoría de los seres humanos, porque sólo unos pocos son devotos a Dios, sólo unos pocos permanecen en la fe en Él, sólo unos pocos viven en el amor para poder presentarse ante Dios en el día del juicio.... Y será el llanto y el crujir de dientes, porque todo lo que se opone a Dios será tratado según justicia. Tendrá que languidecer lejos de Dios en el más duro cautiverio; será desterrada nuevamente en la materia más sólida de la nueva Tierra....

Es un proceso de transformación de un significado inimaginable en el que lo espiritual es puesto nuevamente en un estado que ya había superado infinitas veces atrás, y ahora tiene que pasar nuevamente por el curso a través de innumerables creaciones para poder alcanzar nuevamente el estado que le da el libre albedrío. Pero él mismo es responsable de este estado, porque su libre albedrío está dirigido equivocadamente, hacia el mal, al polo opuesto de Dios, cuyo reino ahora de atravesar ahora de nuevo hasta que se dirige por sí mismo a Dios y así se redima.

Y es por eso que Dios constantemente amonesta a los seres humanos y trata de que regresen antes del fin. Él Se acerca a ellos para que Le reconozcan y se esfuercen hacia Él; Trata de influir en ellos a través del sufrimiento y la tribulación para que invoquen a Él y así Le declaren pertenecerle, trata de cambiar su voluntad para que se alejen del mundo y sus alegrías, les manda mensajeros del reino espiritual, que pueden reconocer si tienen la voluntad, y Él les habla a través de ellos, señalándoles el fin, sobre la bendición del amor y el peligro del desamor, les da gracia sobre gracia y llama a sus corazones....

Porque el tiempo es corto hasta el fin, pero el tiempo del destierro en la nueva era es infinitamente largo.... Y el amor y la misericordia de Dios se dirigen constantemente a Sus criaturas, a Sus hijos, que se han extraviado y a quienes Él quiere reconquistar para sí, a quienes quiere introducir en la casa paterna, en su patria, en el reino espiritual donde sólo reina el amor, donde hay paz, unidad y bienaventuranza y donde son inexpresablemente felices en presencia de su Padre....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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