3472 La bendición del sufrimiento
28 de abril de 1945: Libro 45
Aquel que se somete a mi Voluntad encontrará en Mí el Padre más amoroso y atento, porque Yo no le dejo en el tormento del alma. Y si el alma ya no está en apuros, entonces también el cuerpo ya no tiene que sufrir tanto, aunque sus sustancias aún puedan espiritualizarse mediante el sufrimiento - lo que significa un desarrollo elevado para lo espiritual que aún no se encuentra cautivo en la forma exterior del hombre.
Vosotros los hombres no sabéis lo mucho que me gustaría acortar vuestro camino que os trae a Mí y cuya meta es vuestra liberación de la materia...
Antes de vuestra encarnación como hombre teníais que migrar por esta Tierra durante un tiempo indecible9, y este último período de desarrollo es muy corto, pero aun así puede aportaros la liberación total - si vuestra voluntad está correctamente orientada. Y Yo quiero ayudaros para que logréis vuestra meta en la Tierra... para que dirijáis vuestra mirada hacia Mí y para que continuéis vuestro camino junto conmigo hasta el fin de vuestra vida terrenal, dado que entonces no podéis ir errando...
Pero frecuentemente dirigís vuestra mirada a los lados y os dejéis seducir de los encantos del mundo... Vuestra voluntad anhela todavía bienes terrenales que os seducen, de modo que peligráis meteros en el campo de mi adversario. Por eso frecuentemente tengo que daros un escarmiento, para que os despertéis y de nuevo os fijéis en el camino... para que no me olvidéis y que en vuestra desgracia os dirijáis a Mí... para que vuestra voluntad de nuevo esté dirigida a Mí...
Pero mientras no os apartéis del camino, mientras levantéis vuestra mirada a Mí y procuréis a cumplir con mi Voluntad, Yo estoy sensiblemente cerca de vosotros y observo cada paso, os llevo a la mano y os facilito el paso por toda clase de obstáculos que tenéis que vencer, porque esto favorece vuestro desarrollo en ascenso. Pero que entonces nada os asuste, desanime o canse, porque mientras mediante vuestra voluntad dirigida a Mí me tengáis como acompañante, nunca os quedaréis sin fuerza.
Os fortalezco cada vez de nuevo y, aunque el camino os resulte penoso, aun así sacaréis de él el mayor provecho para el cuerpo y el alma, porque estos se espiritualizan cada vez más, con lo que vuestro final será bendecido...
Vendrá el día en que echando una mirada retrospectiva reconoceréis la bendición del sufrimiento que teníais que soportar. Porque Yo, realmente, quiero únicamente lo mejor para vosotros. Pero no puedo facilitaros la bienaventuranza de la Vida eterna mientras vuestro espíritu todavía esté inmaduro... mientras aún no podáis presentaros a Mí completamente purificados y depurados, porque únicamente mi cercanía produce vuestra bienaventuranza - pero esta requiere pureza e integridad... Yo quiero ayudaros para conseguirla mientras todavía estéis en la Tierra, pues mi Amor para con vosotros es grandioso y quiere acortar vuestros sufrimientos, para que no os toquen en el Más Allá donde tendréis que sufrir doble porque entonces estaréis sin fuerzas...26 de abril de 1945
No me da ninguna gracia si en la Tierra tenéis que sufrir, y por eso mi Amor os quisiera evitar también este sufrimiento, pero esto sólo os resultaría en una desventaja porque nunca podríais alcanzar la eterna bienaventuranza; pues vuestra suerte sería la de prisioneros: débiles y cautivados en el pecado, lejanos de Mí.
Pero mi Amor para con vosotros es aún mayor que mi Compasión, y como mi Sabiduría reconoce en el sufrimiento el único remedio para recuperaros –para liberaros de vuestra sujeción– en la Tierra tenéis que pasar por un rudo aprendizaje, y durante un corto tiempo cargaros con una suerte que os parecerá pesada e insoportable, y que aun así no es sino una demostración de mi Amor a vosotros.
Pero vosotros mismos tenéis el control para disminuir el sufrimiento: vosotros mismos podéis hacerlo soportable si procuráis a cumplir con mi Voluntad - si lleváis una vida en el amor... Porque el amor es fuerza, y Yo mismo soy el Amor. Por eso, cuando actuáis en el amor, estáis penetrados de fuerza, con lo que ya no tenéis que temer que el sufrimiento os acobardará porque ahora lo venceréis junto conmigo. Y que os conste que Yo no os dejaré desamparados - eso si mediante vuestra actividad en el amor os habéis hecho niños Míos. Manteneos en el amor y os quedaréis en unión conmigo. Compartid la miseria de los semejantes poniendo vuestra propia aparte, y así vosotros mismos reduciréis vuestra desgracia pues no la sentiréis, y vuestra vida terrenal siempre os resultará soportable porque entonces vosotros os depuraréis mediante el amor, y ya no necesitaréis tanto sufrimiento para la maduración de vuestra alma...
28 de abril de 1945
Tan pronto como en el sufrimiento veáis una manifestación de mi Amor... tan pronto como veáis en él un medio mediante el cual Yo procuro cambiar vuestra voluntad para que lleguéis a ser bienaventurados, tampoco ya os resultará tan doloroso. Con paciencia soportaréis vuestro sufrimiento y ya no os rebelaréis contra la suerte que os parece tan dura - una suerte que –si de esta manera llegáis a Mí– ya en la Tierra os puede transformar en seres de Luz.
De modo que sabed que vosotros mismos lo podéis lograr mediante el amor... ¡Aprovechad pues el tiempo que os queda hasta el fin! Haced todo para ejercitaros en el amor y formad vuestro corazón de manera que Yo pueda tomar morada en él, para que de esta manera tengáis fuerza abundante para vencer toda clase de obstáculos. Porque donde mi Amor puede surtir efecto, allí no hay desanimación, desaliento ni preocupación... pues donde Yo puedo surtir efecto hay paz del alma, esperanza, fuerza y una continua sensación de seguridad, porque Yo llevo a los Míos a la Mano y los protejo contra la violencia del malvado. Ellos sienten mi Protección y, llenos de fe, se entregan a Mí para que Yo gobierne...
Y Yo me inclino paternalmente a mis niños y cuido de ellos hasta que lleguen al final de su vida terrenal... hasta que entren en el Reino espiritual donde en mi Presencia serán indeciblemente bienaventurados, eternamente...
Amén.
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