3425 Obra del espíritu.... capacidad aumentada a través de la voluntad....
3 de febrero de 1945: Libro 44
La voluntad de cumplir una tarea espiritual da al ser humano mayores capacidades, que, sin embargo, primero deben ser desarrolladas. Por lo tanto, el ser humano no es excepcionalmente dotado como tal, sino que el mismo aumenta ciertas capacidades espirituales a través de su voluntad y ahora puede ser instruido en consecuencia. Su tarea primero requiere conocimientos, que debe ir adquiriendo poco a poco. También requiere una actividad intelectual activa para poder reproducir el conocimiento de una manera vívida; de lo contrario, no puede ser eficaz. El ser humano mismo debe estar completamente penetrado por el conocimiento, por lo tanto, primero tuvo que haberse hecho receptivo a ello mediante un deseo serio, y esto requeriría la voluntad por la verdad.
Si se cumplen estas condiciones entonces el ser humano queda atrapado por el amor de Dios, es enseñado, su conocimiento aumenta constantemente, de modo que dispone de una riqueza espiritual que le permite llevar a cabo la tarea que se le ha encomendado para su tiempo en la Tierra, si se ofrece voluntariamente a hacerlo. Por lo tanto, su capacidad no depende solamente de su disposición, sino que su voluntad también es decisiva para que esta capacidad se desarrolle en él. Y así cada ser humano puede crecer más allá de su disposición natural si acepta trabajar como obrero en la viña del Señor y contribuir en la salvación de innumerables almas de las tinieblas espirituales.
Esta voluntad sería puede transformar completamente a un ser humano, dirigiendo su pensamiento hacia áreas completamente nuevas que antes le eran ajenas. Y esto ya es obra de Dios, Que lo está preparando para su tarea terrenal. El don del entendimiento se agudiza para que también pueda reproducir vívidamente el conocimiento que ha absorbido. Siempre debe estar completamente penetrado por el conocimiento si quiere transmitirlo a sus semejantes, porque también tiene que esperar objeciones de ellos que debe refutar, lo cual sólo puede hacer si ha procesado intelectualmente lo que para él es extraordinario, es decir, a través del obrar espiritual.
Pero el hecho de que el Espíritu de Dios pueda obrar en un ser humano es irrefutable, pero esto también presupone condiciones que la voluntad humana tiene que cumplir. Y la primera condición es una obra de amor desinteresada.... Sin esto, el Espíritu de Dios no puede ser eficaz en el ser humano. Pero donde se practica el amor, también habrá comprensión de la extraordinaria obra del Espíritu, incluso si el ser humano previamente no tenía conocimiento del poder del Espíritu.
El grado de amor de un ser humano determina sus capacidades, y cada ser humano puede alcanzar este grado si realmente lo desea, por lo que cada ser humano también puede tener capacidades extraordinarias si es excepcionalmente amoroso y está dispuesto a cumplir voluntariamente una tarea que tiene como objetivo las salvación de las almas de sus semejantes.... así se pone a disposición a Dios como obrero en la viña del Señor. Entonces es formado por Dios.... es instruido para que ahora pueda obrar según la voluntad de Dios....
Amén
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