Es la voluntad que da origen al pecado y, por tanto, la voluntad también debe estar dispuesta a liberarse de esto. Y es por eso que el humano inevitablemente debe primero llegar a darse cuenta de que ha pecado antes de comenzar la obra de purificación en sí mismo. Debe ser consciente de su culpa antes de querer borrarla. Y, por tanto, no puede haber perdón del pecado hasta que el humano haya reconocido su estado pecaminoso. Porque el pecador continúa pecando mientras le falta este conocimiento. Pero un humano sólo puede llegar al reconocimiento del pecado cuando se activa en él el amor, el amor a Dios y al prójimo contra el que ha pecado. Porque sólo esto le hace tomar conciencia de la injusticia, sólo cuando su corazón es capaz de amar comprende que ha pecado contra el amor, y que se ha vuelto pecador.
Y dependiendo de la profundidad de su amor, busca deshacerse de este pecado. Entonces su voluntad se vuelve activa, tal como lo estaba antes cuando cometió el pecado. Si un humano no ha obtenido este conocimiento de antemano, entonces continuará pecando.... permitiendo así que su voluntad actúe de una manera contaría a Dios, y entonces nunca podrá deshacerse de su culpa, porque esto requiere también la voluntad del humano. Y por eso también es comprensible que una Redención por parte de Jesucristo presuponga siempre la voluntad del ser humano de ser redimido, de lo contrario no habría más pecado en el mundo entero y el poder de Satanás sería quebrantado para siempre....
Jesús ciertamente venció la muerte y quebró el poder de Su oponente. Permitió que Su voluntad como ser humano se hiciera extremadamente fuerte y, en virtud de Su amor, realizó la obra de la Redención, pero dejando siempre a los humanos la libertad de reconocer Su obra y seguirlo a Él.... también para dejar que su voluntad se active para la Redención. Él no excluye a ningún ser humano de las bendiciones y gracias de la obra de la Redención, pero ningún ser humano será necesariamente redimido, sino que él mismo tiene que reconocer que es pecador y, en este conocimiento acercarse a Él, al divino Redentor y pedirle que perdone sus pecados.... Entonces se produce el acto más incomprensible.... Dios le perdona su culpa, le perdona por amor de Jesucristo, Que derramó Su sangre por Sus semejantes y por sus pecados....
Dios ha aceptado el sacrificio de un ser humano amoroso, e innumerables humanos pueden quedar impunes si, reconociendo su culpa, se arrepienten y piden perdón por el amor de Jesucristo.... Los humanos no comprenden la magnitud de la culpa de los humanos hacia Dios, y nunca podrán expiar su culpa en la Tierra, e incluso en la otra vida en el más allá pasarían eternidades hasta que finalmente saldaran su culpa, si Jesucristo no hubiera tenido misericordia y los hubiera rescatado de sufrimientos indescriptiblemente difíciles en la Tierra y en el más allá a través de Su sangre, a través de un sacrificio de Su amor, que ardió en Él y Le convirtió en el Salvador de toda la humanidad.
Sin embargo, ningún ser humano puede reclamar la Redención si no se dirige a Él por su propia voluntad, reconociendo su culpa, y Le pide perdón.... quien por tanto no Le reconoce. Porque esto es un requisito previo porque el libre albedrío del ser humano es respetado y no será afectado eternamente por Dios y porque el ser humano es libre y tiene que decidir por sí mismo a quien recurre.... Dios o Su oponente....
amén
TraductorDer Wille ist es, der die Sünde gebärt, und also muß auch der Wille bereit sein, sich frei zu machen davon. Und darum muß unweigerlich der Mensch erst zur Einsicht kommen, daß er gesündigt hat, ehe er das Werk der Reinigung davon in Angriff nimmt. Er muß sich seiner Schuld bewußt sein, bevor er sie tilgen will. Und es kann daher keine Vergebung der Sünde geben, bevor der Mensch seinen sündigen Zustand erkannt hat. Denn der Sünder sündigt gleichfort weiter, solange ihm diese Erkenntnis mangelt. Zum Erkennen der Sünde kann der Mensch aber erst kommen, so in ihm die Liebe rege wird, die Liebe zu Gott und zum Nächsten, gegen den er sich versündigt hat. Denn erst diese bringt ihm das Unrecht zum Bewußtsein, erst so sein Herz liebefähig ist, begreift er, daß er gegen die Liebe verstoßen hat, daß er sündig geworden ist. Und je nach der Tiefe seiner Liebe sucht er, dieser Sünde ledig zu werden. Dann wird sein Wille tätig, wie er auch tätig wurde zuvor beim Begehen der Sünde. Hat der Mensch diese Erkenntnis nicht zuvor gewonnen, dann wird er gleichfort weiter sündigen.... seinen Willen also in Gott-widriger Weise tätig werden lassen, und dann kann er auch nimmermehr seiner Schuld ledig werden, denn dies bedingt gleichfalls den Willen des Menschen. Und so ist es auch verständlich, daß eine Erlösung durch Jesus Christus immer den Willen des Menschen voraussetzt, sich erlösen zu lassen, ansonsten es auf der ganzen Welt keine Sünde mehr gäbe und die Macht des Satans für ewig gebrochen wäre.... Wohl hat Jesus Christus den Tod überwunden und die Macht Seines Gegners gebrochen, Er hat Seinen Willen als Mensch zu äußerster Stärke werden lassen und kraft Seiner Liebe das Erlösungswerk vollbracht, doch immer den Menschen die Freiheit ihres Willens lassend, Sein Werk anzuerkennen und Ihm nachzufolgen.... also gleichfalls ihren Willen zur Erlösung tätig werden zu lassen. Keinen Menschen schließt Er von den Segnungen und Gnaden des Erlösungswerkes aus, doch gezwungenerweise wird kein Mensch erlöst werden, sondern er selbst muß erkennen, daß er sündig ist und in dieser Erkenntnis sich Ihm, dem göttlichen Erlöser, nahen und Ihn um Vergebung seiner Schuld bitten.... Dann vollzieht sich der unfaßbarste Akt.... Gott läßt ihm seine Schuld nach, Er vergibt ihm um Jesu Christi willen, Der Sein Blut vergossen hat für Seine Mitmenschen und deren Sünden.... Gott hat das Opfer eines liebenden Menschen angenommen, und es können zahllose Menschen straflos ausgehen, so sie in Erkenntnis ihrer Schuld diese bereuen und um Jesu Christi willen um Vergebung bitten.... Die Größe der Sündenschuld der Menschen Gott gegenüber fassen die Menschen nicht, und nimmermehr könnten sie auf Erden ihre Schuld abbüßen, und auch im Jenseits würden Ewigkeiten vergehen bis zur letzten Tilgung ihrer Schuld, wenn Jesus Christus Sich nicht erbarmt hätte und sie von unsagbar schwerem Leid auf Erden und im Jenseits losgekauft hätte durch Sein Blut, durch ein Opfer Seiner Liebe, die Ihn durchglühte und zum Retter der gesamten Menschheit werden ließ. Jedoch kann kein Mensch den Anspruch auf Erlösung machen, der nicht aus freiem Willen, in der Erkenntnis seiner Schuld, sich Ihm zuwendet und um Vergebung bittet.... der Ihn also nicht anerkennt. Denn dies ist Voraussetzung, weil der freie Wille des Menschen geachtet wird und auch ewiglich nicht angetastet wird von Gott aus und weil es dem Menschen freisteht und er sich also selbst entscheiden muß, wem er sich zuwendet.... Gott oder Seinem Gegner....
Amen
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