• Volver

La protección de dios al destinario de las revelaciones....

La Palabra revelada de Dios, es decir, la Palabra que se recibe directamente de Dios, lleva en sí el sello del amor divino, pues esta Palabra es la irradiación directa de Aquel, Que es el Amor Mismo. De modo que el destinario de esta Palabra no necesita tener ninguna preocupación de ser oprimido por causa de la Palabra mientras acepte la revelación divina. Tanto los oponentes espirituales como los terrenales no pueden usar su poder y fuerza porque se quebrantan por el poder de Dios. Ciertamente las tentaciones pueden acercarse al destinario de la Palabra en forma de amenazas, pero estas amenazas nunca podrán realizarse, porque Dios Mismo vela sobre Sus herramientas mientras no hayan cumplido aún su misión.

La voluntad del hombre de servir a Dios es la mayor protección contra esas fuerzas. Al hacerlo, forma a su alrededor, por así decirlo, un muro impenetrable que ninguno de los oponentes puede atravesar, porque quien recibe el poder de Dios también puede ofrecer resistencia a través del mismo poder que fluye directamente hacia él. Todo ataque debe seguir siendo ineficaz y sólo la debilidad de la fe puede reducir la resistencia. Pero mientras el Espíritu de Dios obra obviamente, hay pruebe de que el amor de Dios se inclina hacia Su siervo y Su amor y omnipotencia lo protegerán de cualquier peligro. Además, la Palabra divina sólo rara vez puede ser transmitida a la Tierra porque esto depende de la voluntad del humano a servir.

Pero la necesidad de transmitir la verdad pura a la Tierra es comprensible para todo humano pensante, y el poder de Dios sería realmente muy pequeño si Su voluntad no fuera suficiente para apartar a un humano dispuesto a servir de la hostilidad de sus oponentes. Podrá desempeñar su oficio, porque es el ejecutor de la voluntad divina y sirve a una cosa beneficiosa para el bienestar espiritual de la humanidad, es decir, para la salvación de sus almas. Mientras que el hombre esté dispuesto a servir como mediador entre Dios y los hombres, es, aunque todavía esté en la Tierra, colaborador de los seres de este reino donde el poder terrenal no puede llegar y, por tanto, también es inaccesible al poder terrenal, porque el poder divino ahora dirige y determina el camino de su vida según Su decreto eterno.

Y así su vida terrenal se desarrolla ahora según la voluntad divina, porque conscientemente subordinó su voluntad a la divina, y se dejó apoderar por el amor de Dios, se dejó inundar y ahora recibe constantemente la fuerza divina, contra el cual el poder terrenal no puede sostenerse. Sólo cuando el haya terminado su misión terrenal su obra en la Tierra será detenida, pero nunca por parte de los hombres, sino Dios Mismo determina el fin, al llamarle lejos de la Tierra para que pueda continuar su actividad redentora en el más allá donde le espera una nueva tarea....

amén

God's protection for the recipient of the revelations....

The revealed word of God, i.e. the word which is received directly from God, bears the stamp of divine love within itself, for this word is the direct emanation of the one Who is love Itself. Thus the recipient of this word need have no concerns that he will be harassed for the sake of the word as long as he accepts the divine revelation. Both spiritual and earthly opponents cannot use their power and strength, for this breaks against the power of God. Temptations can certainly approach the recipient of the word in the form of threats, but these threats can never be carried out because God Himself watches over His instruments as long as they have not yet fulfilled their mission. Man's will to be of service to God is the greatest protection against those forces. He thereby forms an impenetrable wall around himself, as it were, which none of the opponents can break through, for anyone who is a recipient of strength from God can also offer resistance through precisely that strength which flows to him directly. Every attack must remain ineffective, and only weakness of faith can reduce the power of resistance. But as long as the spirit from God is obviously at work, the proof is given that God's love is inclined towards His servant and His love and omnipotence will protect him from all danger. Moreover, the divine word can only rarely be conveyed to earth because this depends on a person's willingness to serve. But the necessity of transmitting the pure truth to earth is understandable to every thinking person, and God's power would truly be very small if His will were not sufficient to remove a person willing to serve from the hostility of his opponents. He will be able to carry out his ministry carefree because he is the executor of divine will and he serves a cause which is beneficial for the spiritual well-being of humanity, that is, which is intended to bring salvation to its soul. As long as the human being is willing to serve as a mediator between God and people he, although still on earth, is a co-worker of the beings of that kingdom where earthly power does not reach, and thus he is also beyond the reach of earthly power because the divine power now directs and determines his path of life according to His eternal counsel. And thus his earthly life will now take place according to divine will, for he consciously subordinated his will to it, he allowed himself to be seized by God's love, he allowed himself to be permeated by it, and he now constantly receives divine strength against which earthly power can no longer prevail. Only when the human being has fulfilled his earthly mission will his activity on earth be stopped, but never by people, instead God Himself determines the end by recalling him from earth so that he can continue his redeeming activity in the beyond, where a new task awaits him....

Amen