8305 La demostración de las Gracias del Padre en el tiempo del fin
21 de octubre de 1962: Libro 87
En el último tiempo antes del fin no os faltarán pruebas de Gracia, pues las necesitáis para ser fuertes y permanecer siendolo y resistir las agresiones del enemigo. Pero Yo me daré a vosotros a reconocer tan visiblemente y sólo necesitáis fijaros en el tanscurrir de vuestra vida diaria, para que me sintáis también siempre presente a vosotros. Pues Yo quiero demostraros también que Yo sé acerca de vuestros apuros y penas y que Yo me cuido de vosotros. Cierto es que no podrá seros evitado una cantidad de sufrimiento tampoco, puesto que Yo quiero que vosotros llevéis al fin de vuestra vida terrena la más alta madurez posible de vuestra alma, y ese durará sólo poco tiempo, y toda pena habrá pasado, y os acordaréis agradecidos de eso que tuvistéis que vivir, porque sacáis de eso el éxito también que os ha traído el sufrimiento. Sin embargo Yo estoy cerca de vosotros y os cuido y llevo a través de todo lo que en forma de destino os está decidido. Sólo una cosa es importante, que vuestra fe se fortalezca, porque entonces podéis todo y no necesitáis temer ningún fracaso. Yo quiero hablar con vosotros siempre de nuevo, aclararos todo lo que necesitáis saber, Yo quiero manifestarme Yo Mismo a vosotros en Mi Ser, para que plenos de confianza en Mí, me digáis francamente todos vuestros apuros y me pidáis a Mi Mismo por ayuda, la que Yo entonces os concedo con seguridad también. Y reconoced siempre Mi dirección en lo que diariamente se dirija a vosotros, sabed que Yo Mismo dirijo todo y todo organizo y que ningún suceso arbitrario se acerca a vosotros, sino que todo está premeditado en Mi Amor y Sabiduría, para que os sea de bendición a vosotros y a vuestros semejantes.
Vosotros, los que tenéis que cumplir una misión manifiesta en la tierra. Vosotros, los que en libre voluntad me servís conscientes, vosotros estáis en Mi Protección y en verdad que no necesitáis haceros ninguna preocupación, pues Yo cuido de vosotros y os ayudo también a que llevéis a cabo vuestra misión, pues Yo sé cuan necesaria es ella y cuantas bendiciones aún pueden resultar de ella. Y por eso daros en Mi Mano llenos de confianza, pues ¿ quién podría, acaso, cuidarse mejor de vosotros que vuestro Padre, quíen ama a Sus hijos y sólo quiere siempre lo mejor para ellos? Estad sólo siempre dispuestos a dejarme que Yo os hable, pues aún es necesaria mucha explicación porque la humanidad anda en el error y en la tiniebla espiritual. Repetidas veces estaréis maravillados de Mi modo de dirigir, y experimentaréis tan visiblemente la prueba de Mi Gracia, que vuestro amor a Mí aumentará y siempre de nuevo seréis fortalecidos en vuestra fe, lo que es necesario en el próximo tiempo. Pues también Mi adversario intenta en vosotros cada vez de nuevo, pues siempre e incesantemente su esfuerzo es disuadiros de vuestra misión espiritual, de toda aspiración espiritual. Le molesta la luz luminosa que os irradia a vosotros en la constante unión Conmigo, y el quiere hacerla extinguir. Pero sin embargo no lo logrará, porque ella es Mi Reacción contra él, no la vuestra únicamente. Y él no me puede derogar a Mí, en verdad.
Mas vosotros estáis bajo Mi Protección, vosotros me pertenecéis ya a Mí por vuestra buena voluntad de cooperación, y por eso sabré Yo también protegeros de él y de su actuar. Por eso no temáis, igual lo que se acerque a vosotros por parte de los que son vasallos de él, que tratarán de todas formas en impediros en la continuación de llevar Mi Obra, los que quieren poneros dudas en el corazón, para haceros incapaces de que sigáis siendo activos para Mí. Todo rebotará en vuestra fe y vuestra firme unión Conmigo, y cada vez de nuevo me demostraré Yo Mismo a vosotros y os estaré presente. Pero sabed, que sólo estaréis capaces de funcionar en plena disposición a Mí, si os habéis desprendido por completo del mundo. Y así comprenderéis por qué Yo Mismo os ayudo a que estéis libres de todo deseo mundanal, lo comprenderéis por qué estáis frecuentemente impedidos corporalmente, de hacer al mundo ni siquiera la mínima concesión. Pero creedmelo, Yo bendeciré vuestro sufrimiento, y lo que abandonéis, eso os será devuelto una vez abundantemente.
Pero aún necesito Yo vuestro servicio, pues la tierra está en una grave necesidad, los hombres no piensan en el fin, viven sin preocupación, no se preocupan nada de lo venidero, y de su estado después de la muerte, porque no creen que su vida en la tierra es de gran importancia, de que han de cumplir una tarea y deber y que ellos mismos se crean el estado después de su muerte, el que ya no pueden más apartar, si no cambian de parecer y se cambian. Yo por eso intento Yo todo aún, para informar a los hombres sobre el objeto de su vida, para salvar aún almas antes del fin, el cual ya no se deja esperar mucho más. Pues el tiempo se ha cumplido, el fin está próximo.
Amén
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