7368 Mala repercusión de doctrinas heréticas
20 de mayo de 1959: Libro 78
A causa de doctrinas heréticas caéis, vosotros hombres, en una forma falsa de pensar, y una doctrina errónea y falsa arrastra trás sí una conclusión errónea, que lleva consigo de nuevo a un razonamiento falso. Una doctrina herética ha de llamarse con razón un truco satánico, pues el edificio de ideas que de ellas resulta, aumenta siempre hasta que es finalmente inextricable, hasta que el hombre mismo ya no se orienta más dentro, porque el error y la mentira no pueden traer jamás luz y claridad. Y por eso se debe hacer siempre referencia en contra de toda doctrina errónea, desde un principio debe ser rectificada, antes de que sea divulgada y pueda desconcertar el pensamiento humano. Y esas doctrinas heréticas podrían ser también reconocidas como tales, si el hombre se esforzara por caminar en la Verdad, porque él sólo necesitaría colocar (ponserse) una medida o criterio: si el Amor, la Sabiduría, y el Poder de Dios es bien reconocible en cada enseñanza.
Cuando el Ser de Dios, el Cual es en sí Amor, Sabiduría y Poder, se pone, sólo minimalmente en duda, de ese modo la doctrina es errónea. Y de esa clase hay muchas enseñamenzas que no sostienen esas pruebas como para ser verídicas, las cuales no atestiguan ni el Amor de Dios, ni su Sabiduría, ni Poder y por eso, sin más ni más, pueden ser condenadas como erróneas. Pero ellas son frecuentemente y especialmente defendidas con terquedad, porque a los hombres ya no les importa en particular estar en la Verdad, porque les es igual, si se mueven en el error o en la Verdad, pues nunca defenderán la Verdad igual de obstinados como el error, al que prefieren apegarse. También es eso una señal del fin cercano, de que los hombres tanto más se sublevan, cuanto más se les aclara, de que prefieren moverse en las tinieblas y ningún anhelo sienten de luz. Y aunque muchas enseñanzas son tan fáciles de comprender, rechazan toda explicación al respecto. Pero su estado mental se oscurece cada vez más difícil les resulará dirigirse a la Verdad, pues sencillamente no quieren, y su voluntad no puede ser obligada. Por eso es toda doctrina herética una obra de Satanás del efecto mayor, pues a ella se atienen los hombres férreamente. Y hay muchas herejías de esas que se han introducido furtivamente en el Evangelio de Jesucristo, y que dificílmente pueden serles puestas a los hombres como doctrína herejes, porques ellos mismos no tienen ningún anhelo verdadero de la Verdad. Más tales doctrinas han creado una caricatura de Dios, pero eso no lo quieren oír los hombres, no obstante, no podrían reconocer ni a un Dios del Amor, ni de la Sabiduría ni del Poder, si quisieran reflexionar seriamente sobre algunas de sus enseñanzas que han tomado en posesión a través del tiempo por tradición, y que ahora sostienen y defíenden como Evangelio. Mas a un Dios que no es perfecto, no pueden tampoco amarle. Y si una enseñanza contríbuye a fin de que se dude del Amor o de la Sabiduría de Dios, de ese modo no les será tampoco posible a los hombres de amarle de todo corazón, como al Ser Sumo y más perfecto, y no podrán jamás establecer la justa relación de hijo a Padre, porque les falta a los hombres la confianza verdadera.
Y por eso todo hombre debiera reflexionar lo que se le pide que ha de creer, lo que se le es llevado en forma de Evangelio, examinándolo primero, hasta que punto armoniza con la Perfección de Dios. Y os sorprenderíais de cuales son las enseñanzas que os parecerían dudosas e inciertas y que también lo son, si vosotros con buena voluntad las examináis anhelando la Verdad. Vosotros mismos podéis contribuir mucho a ello, de que se haga luz en vosotros, pero tenéis que quererlo, de que andéis en la Verdad. Tenéis que pedír por ello, que Dios ilumine vuestro espíritu y os deje reconocer lo bueno y justo, pedidle que os ayude también a que reconozcáis como tal, las herejías y os ayude a desprenderos de ellas. Pues sólo la Verdad hace feliz, mientras que el error confunde vuestro pensamiento y finalmene lo hace incapaz de juzgar. Dios es el Amor, Dios es la Sabiduría, y Dios es el Poder. Y si una eseñanza no atestigua el Amor, la Sabiduría o el Poder, entonces puede ser condenada con razón, como herejía, y el hombre que seriamene lo anhela recibirá la debida explicación.
Amén
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