4306 Intervención de los seres de luz en el destino....
19 de mayo de 1948: Libro 51
Todo puede llamarse providencia divina, porque cada acontecimiento, incluso el más pequeño, está predeterminado desde la eternidad. Ésta es la voluntad de Dios, que maduréis en la Tierra. Y por eso todo está sabiamente organizado para que siempre tengáis la oportunidad de desarrollaros hacia la altura. Vuestra voluntad también es decisiva para vuestro estilo de vida terrenal, porque Dios previó vuestra voluntad desde la eternidad, y la carrera terrenal del individuo está predeterminada en consecuencia.
Los habitantes del reino espiritual que están en la luz son colaboradores espirituales de Dios, y cuidan de los seres humanos según su grado de madurez, y por tanto son representantes de Dios y sirven como espíritus protectores del ser humano individual, como es la voluntad de Dios. Ellos intervienen en la vida terrenal con sus métodos educativos, dan y dejan pasar lo que es más beneficioso para el desarrollo del ser humano. Tienen la autoridad de Dios para hacer felices a los seres humanos a través de los dones, pero también para llevarlos a la madurez a través del fracaso. Aunque esto siempre sucede según la voluntad de Dios, también se les concede libertad de acción tan pronto como el ser humano se dirige a ellos con confianza y pide ayuda. Ellos pueden conceder esta petición o rechazarla, y su gran amor por la humanidad siempre hará lo correcto, ya que son uno con la voluntad divina.
Sin embargo, llamar a los seres de luz es una herramienta segura, porque los seres de luz son extremadamente tolerantes en su amor por los seres humanos; rara vez rechazan la petición de un ser humano a menos que el objetivo de su petición sea una injusticia obvia. Y Dios dará Su consentimiento, no importan lo que decidan los seres de luz, porque siempre están en la misma voluntad de Dios. Pero cuando el alma humana está en peligro los seres de luz también son implacables, y el peligro para el alma primero debe pasar antes de que se abran a las peticiones de los seres humanos e intervengan para ayudar.
Pero entonces la obra de los seres de luz será evidente, entonces el ser humano podrá comenzar cualquier cosa sin obstáculos, no necesitará temer ningún fracaso, y la vida en la Tierra será fácil y soportable para él, porque sus espíritus protectores le darán apoyo y podrá confiar en ellos en todo, pero nunca excluyendo a Dios, sino permitiendo que el diálogo íntimo con Él preceda a toda petición a los seres de luz, para que la voluntad de estos últimos sea siempre la voluntad de Dios y la ayuda sea siempre reconocible.... amén
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