4296 Destino.... “Padre, hágase tu voluntad”....
11 de mayo de 1948: Libro 51
El curso de la vida del individuo está predeterminado y debe completarse sin quejas no refunfuños para que tenga un efecto beneficioso para el alma. Pero también debe haber una fuerte confianza en Dios, entonces todo destino será fácil de soportar. Porque Dios lo modela según Su voluntad, Dios puede cambiar cada situación de la vida, puede transformar la alegría en tristeza y también el sufrimiento en alegría si nos acercamos a Él en oración sincera, y lo hará si el ser humano Le presenta todas sus necesidades con confianza infantil y se encomienda a Su gracia.
Es un largo camino desde la profundidad hasta la altura, y este camino no siempre puede ser llano, de lo contrario no conduciría hacia arriba. Hay que superar obstáculos, hay que escalar colinas, porque la meta está arriba y toda subida es difícil si no hay un guía adecuado que proporciones ayuda. Y mientras vosotros tengáis a Dios Mismo como guía, mientras confiéis en Su guía, no recorreréis el camino en vano, Él os guiará y podréis superar todo obstáculo con Su ayuda.
Cuanto más empinado sea el camino, más corto será y más alto podréis llegar. Pero cuando estéis en la cima, miraréis atrás y estaréis agradecidos a vuestro guía que os ayudo a alcanzar vuestra meta, y todos los problemas habrán terminado. Cuanto más difícil sea el destino de la vida, más altas serán vuestros objetivos y más brillante brillará la luz, y toda la oscuridad de la profundidad será superada. Pero Dios puede hacer que sentís como llano incluso el camino más empinado hacia arriba, si os entregáis a Él como Sus hijos, si aceptáis cada experiencia dolorosa, si rezáis siempre: “Padre, hágase tu voluntad”....
Entonces Él no os dejará sufrir, os dará paz mental y tranquilidad aún en el mayor angustia, Él Mismo trabajará en vosotros con pleno poder, y no encontraréis nada difícil y, sin embargo, ascenderéis, porque vuestra voluntad, vuestra devoción a Su voluntad, os hace participes de Su poder, y con esto crearéis y venceréis todo, entonces seréis elevados por encima de todo obstáculo, no sentiréis nada como una carga y siempre caminaréis vuestro camino por la vida felices y alegres, hasta que la mano amorosa del Padre os agarre y os lleve a la casa del Padre, hasta que hayáis alcanzado la meta y y entréis en el hogar eterno, la Tierra de la luz, donde ya no hay más dolor, ni más sufrimiento, ni más necesidad, sino sólo la dicha eterna....
amén
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