3336 Arrogancia espiritual.... Humildad.... Gracia....

19 de noviembre de 1944: Libro 43

El orgullo espiritual impide a los humanos reconocer la verdad, porque la verdad es dada por Dios a aquellos que se creen pequeños y humildes, que están en la más profunda humildad y, por tanto, pueden ser dignos de Su gracia. Sin embargo, en cuanto el humano cree que tiene conocimiento sin haber recibido instrucción de Dios Mismo, se enaltece; porque el conocimiento del humano es poco.... Incluso si absorbe la verdad pura a manera de escuela, sólo la reconocerá como verdad cuando Dios Mismo pueda obrar en él a través de Su Espíritu. Pero el Espíritu de Dios sólo obra en el humilde que pide la verdad porque se siente pobre sin ella....

Sin embargo, el que cree saberlo no lo pide al respecto, y el que cree poseer la verdad no se esfuerza por conseguirla. Y esta arrogancia espiritual es un gran obstáculo para él porque no será capaz de reconocer la verdad cuando se la ofrezca. Sin embargo, los humanos que creen estar llamados a ser proclamadores de la Palabra divina se encuentran en su mayoría en arrogancia espiritual. Porque han adquirido conocimientos a través de la escuela, utilizando su intelecto, y ahora creen que son capaces de enseñar a su semejantes basándose en este conocimiento. Se sienten espiritualmente superiores a ellos y muchas veces aún no han establecido el vínculo con Dios que les garantizaría la cognición correcta, es decir, un saber que corresponde a la verdad.

En consecuencia tampoco son enseñados por Dios y, por lo tanto, no son llamados por Él a la misión que ellos mismos se han propuesto. Pero si en su camino se interpone un verdadero siervo de Dios, un ser humano que ha sido enseñado por Dios y fue llamado a obrar por Él, entonces le niegan toda autorización que reclaman para sí mismos. No quieren renunciar a la riqueza intelectual que han adquirido a través de los estudios, pero está riqueza espiritual los vuelve espiritualmente arrogantes; ellos mismos reclaman un cargo que debe serles dado por Dios si quieren tener derecho a administrar este cargo; Les falta la humildad interior que les proporciona la obra del Espíritu, porque sólo a través de esto, el conocimiento recibido en la escuela se vuelve comprensible para ellos; sólo se convierte en conocimiento real tan pronto como lo reconocen como verdad;

El humilde, que se siente pobre de espíritu, no debe temer caminar en el error, porque el espíritu le enseña porque puede hacerse eficaz en él. Porque Dios da Su gracia al humilde.... Lo hace feliz con ricos conocimientos, lo hace capaz de reconocer la verdad, lo convierte en Su servidor, Su representante en la Tierra, por eso lo llama para obra para Él.

Pero el conocimiento del espiritualmente arrogante nunca satisfará plenamente a sus semejantes.... se presenta tal como se le fue presentado a él.... pensando de manera escolar e intelectual, por no recibido por el corazón a través de la obra del espíritu en el humano. Y por lo tanto tampoco puede volver a la vida, no puede despertar a la vida, sino que se recibe como una palabra que sólo pone en acción el entendimiento, pero no el corazón.... El ser humano espiritualmente arrogante no habla la corazón humano, y por lo tanto no tendrá el éxito que tiene un verdadero sirviente de Dios.... un ser humano que es profundamente humilde y que pide a Dios por Su gracia....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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