3141 Confesarse ante el mundo....
31 de mayo de 1944: Libro 41
Esta es la voluntad de Dios, que todos los que se confiesan a Él en su corazón lo hagan ante todo el mundo, que no tengan miedo de presentarse abiertamente como Sus seguidores, que no se dejen intimidar por las amenazas, sino que permanezcan leales a Él. Porque será necesaria una decisión abierta y los creyentes deberán sacar de su fe la fuerza para mantenerse firmes. Y por eso Dios les da Sus promesas de antemano, lleva Su Palabra a la Tierra para fortalecer la fe de quienes aceptan Su Palabra como una misión de lo alto. Les asegura Su protección cuando el mundo se vuelve contra los creyentes y les señala el tiempo venidero para preparar a los seres humanos que escucharán Su voz.
Pero Él les exige que no Le traicionan ni Le nieguen cuando llegue la hora de la decisión, cuando los incrédulos usen su poder para actuar contra los creyentes, cuando exijan la entrega de todo lo que es propiedad espiritual de las personas.... la entrega de la fe en Jesucristo, el divino Salvador. Entonces la gente debería resistirse a esta exigencia, debería confesar en voz alta y sin miedo de qué lado está, debería luchar por su fe hablando sin miedo tan pronto como se les exija la decisión.
De hecho, encontrarán una falta de comprensión entre la gente del mundo, y sus declaraciones serán reídos y burlados, pero esto no debería hacer vacilar a los creyentes, sino que debería aumentar su valor para confesar, de modo que puedan probar el poder de la fe dondequiera que se encuentren. Porque los incrédulos, por así decirlo, los desafiarán a probar la eficacia de su fe, y por el bien de las almas que aún pueden ser ganadas, los creyentes no deben dudar en demostrárselo. Mientras ellos mismos sean profundamente creyentes, no les faltarán fuerzas. Lograrán cosas que demuestran claramente la obra de Dios, porque Él mismo ahora Se expresa a través de los creyentes.
Y esto es lo que Él quiere, que la gente defiende a Él y a Su nombre, porque sólo es así es posible a los incrédulos que aún no están completamente alejados de Dios. Y es una gracia especial que Dios les ayude en su incapacidad de creer, pero que requiere la cooperación de las personas para que los incrédulos no necesariamente no conviertan en creyentes, sino que puedan tomar su propia decisión con total libertad. Y es por eso que Dios exige que las personas se confiesen ante el mundo, para que el poder de la fe pueda aparecer visiblemente y se pueda ofrecer a las personas la última oportunidad de reconocer a Dios y Su fuerza y poder.... amén
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