2881 Encarnación de los seres de luz.... Misión....

13 de septiembre de 1943: Libro 37

Durante un periodo de desarrollo, el alma humana sólo se encarna una vez, a menos que emprenda otra vida en la Tierra por su propia voluntad con el fin de cumplir una misión. Por lo tanto, una reencarnación sólo es posible después de que haya transcurrido un período de desarrollo, siempre y cuando sea necesario para acercar a Dios lo espiritual, que está completamente alejado de Dios y que ha fracasado en la Tierra. Sin embargo, tal reencarnación no está en absoluto de acuerdo con la voluntad del ser; más bien sería percibido como un estado forzado al que el ser humano nunca consentiría por su propia voluntad. La reencarnación como ser humano también requiere el paso por todas las obras de la creación, lo cual es inimaginablemente doloroso.

Pero si un ser de luz está dispuesto a cumplir una tarea en la Tierra que es necesaria para el desarrollo espiritual de los humanos, entonces puede encarnarse nuevamente en la Tierra y así alcanzar un grado de madurez superior, por eso es caminar a través de las obras de la creación ya no es necesario. El alma se encarna desde arriba en un cuerpo carnal para madurar como ser humano en las mismas condiciones, en la medida que la permita cumplir la tarea que le ha sido encomendada. Estas almas siempre se suman a las almas con necesidades espirituales, son líderes en la Tierra, humanos que conocen a Dios y, por lo tanto, pueden apoyar a los humanos en su desarrollo espiritual.

Cuanto mayor es la necesidad espiritual, más seres de luz se encarnan para ayudarlos. Pero ya no necesitan el camino terrenal para transformarse en un ser de luz, ya que su alma es un alma de luz, sólo que sin conocimiento de su estado espiritual y por lo tanto lleno de aspiración a las alturas, porque esto es de suma importancia para sus semejantes porque a éstos se les debe enseñar el camino que conduce a las alturas. Entonces no se puede hablar de una reencarnación con el fin de alcanzar la perfección, y por eso también es errónea la idea de que un alma puede encarnarse a voluntad con el fin de seguir desarrollándose.

Porque sólo un alma perfecta, un ser de luz, asume voluntariamente un caparazón humano sobre sí porque se ha convertido en amor y el amor por lo espiritual no libre la determina a regresar a una mazmorra de la que tiempo escapó. Sin embargo, un alma que todavía necesita madurar se negaría a regresar a la Tierra porque se siente alejada de la gravedad de la tierra en cuanto ya tiene conocimiento, y para ella esto último significa también el conocimiento de la posibilidad de un desarrollo ascendente en el ámbito espiritual y ella prefiere esta posibilidad en lugar volver a otra vida en la Tierra. Sin embargo, las posibilidades de desarrollo en el ámbito espiritual se adaptan al estado de madurez de cada alma....

(13.09.1943) Cuanta más dispuesta está el alma, más se esfuerza por desarrollarse hacia arriba, más activa es, y más se espiritualiza, es decir, ya no necesita creaciones materiales ni las obtiene para sí misma a través de su deseo, incluso si lo hace sólo en su imaginación. Ella se separa cada vez más de ello y los deseos terrenales también se alejan cada vez más. En consecuencia, ahora vive en esferas espirituales, en un entorno que sólo puede abordarse como una creación espiritual. Se le ofrecen todas las posibilidades de un desarrollo superior, y ciertamente no necesita ni pide otra estancia en la Tierra, porque ve la vida en la Tierra como una etapa superada de su desarrollo, aunque no le dio la madurez que el alma fue capaz de alcanzar. Pero para ella era un estado atado del que ahora se siente liberada y por el que nunca se esforzaría. Es diferente con un alma que todavía es completamente material y deja la Tierra sin ningún conocimiento y todavía está encadenada en la Tierra con todos sus sentidos....

Estas almas ciertamente anhelan regresar a la Tierra, pero nunca para madurar espiritualmente, sino sólo para disfrutar puramente físicamente, porque el amor por el mundo material y por sí mismo llena el alma y hace que el deseo por la Tierra sea cada vez mayor. Pero se supone que estas almas deben superar el amor a la materia y tienen que hacerlo en el más allá porque no lo lograron en la Tierra. A través de sus deseos crean para sí un mundo terrenal en el ámbito espiritual: ven y poseen todo lo que deseaban, pero ya no en la realidad, sino sólo en su imaginación, hasta que se dan cuenta de que sólo persiguen bienes aparentes y ahora superan sus deseos al respecto.... Sólo entonces se cambia su entorno, y sólo entonces comienzan su actividad en el reino espiritual, lo que les garantiza un desarrollo ascendente....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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