2035 Protección para los Suyos....

18 de agosto de 1941: Libro 30

El que se pone como tarea difundir el Evangelio entre los humanos nunca tendrá que temer al poder terrenal, porque es una herramienta de Dios que, por su voluntad de servir, se ha adquirido también el derecho a Su protección en las necesidades terrenales.

El amor de Dios lo acompaña en todos sus caminos y Su Espíritu le guía correctamente. Porque Dios necesita a seres humanos que Lo defiendan ante el mundo entero, que anuncien Su Palabra a los que son creyentes, y para persuadir a los que no tienen fe a que se arrepientan, y así también los protegerá para que puedan cumplir su tarea.

Y deben llevar a cabo con valentía y sin miedo lo que su voz interior les dice que hagan. No deben volverse de poca fe cuando se les acercan peligros de fuera, porque nada es tan grande, que Dios no podría dominarlo; toda violencia encuentra su maestro en Dios; todo poder encuentra su amo en Dios, y el ser humano que confía en Dios se entrega al Poder más fuerte y ya no necesita temer a ningún otro poder.

El demonio intenta tomar ventaja y ejerce una enorme presión sobre los humanos, pero el poder de Dios que fluye hacia quienes Lo llevan en el corazón también es excepcionalmente eficaz. Porque Él ama sin medida a Sus hijos, y a aquellos que está dispuestos a servirle, los abraza con la omnipotencia de Su amor, para que estén dispuestos a sacrificarlo todo y hasta dar la vida por Él. Y así, con confianza colocad vuestra vida en la manos de Dios.... Él os protegerá si vuestra hora aún no ha llegado, u os llevará a Su reino cuando hayáis cumplido vuestra tarea y ya no necesitéis el camino terrenal.

Renunciar a la vida terrenal por sus semejantes es verdaderamente el mayor sacrificio de amor que se puede ofrecer al Señor del Cielo y de la Tierra, pero Él no exige esto a todo aquel que lucha por Él. Él os protegerá mientras Le sirváis con amor creyente y proclamáis el Evangelio a vuestros semejantes. Porque esto es indeciblemente importante de tiempos de necesidad, que los humanos reconozcan a Dios y se unen a Él en oración....

Si les habláis de Su amor y de Su misericordia, si intentáis persuadirlos a creer a través de vuestra fe, ganáis almas para Dios y se las arrebatáis al adversario. Y entonces estáis activos en este mundo de manera redentora, y cumplís la tarea más hermosa. Porque no vivís para el mundo terrenal, sino para el reino espiritual.... No penséis en el presente, sino en el futuro, que es eterno.... Entonces habéis pasado el periodo de prueba en la Tierra, y si ahora perdéis la vida en el servicio para el Señor, Él os la devolverá mil veces más hermosa....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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