2030 Fe y amor necesarios para el reconocimiento....

14 de agosto de 1941: Libro 30

Sólo donde hay amor, allí también hay luz, y donde el amor obra unos por otros, allí también habrá comprensión. Porque un ser humano que ama logrará buscar también en lo más profundo del corazón y descubrirá la luz que brilla en su interior.

Y él estará en el conocimiento, aunque se encuentre en un entorno completamente ignorante. Y cualquiera puede alcanzar este estado de conocimiento si así lo desea. Sólo el desamor establece barreras que no se pueden cruzar, por lo que la causa de las tinieblas espirituales siempre puede encontrarse en el desamor. El conocimiento mundial no se ve afectado, pero el conocimiento espiritual sí.

Sin embargo, la misericordia de Dios también permite que el conocimiento espiritual llegue a quienes no descienden en las profundidades del corazón ellos mismos... también Él se les ofrece aunque no es deseado para despertar el deseo por la luz.... Es entonces cuando a menudo resulta difícil aceptarlo como verdad divina porque el hombre no ha tomado el camino real para alcanzar el conocimiento y porque su creencia en el amor, la sabiduría y la omnipotencia de Dios no es lo suficientemente fuerte.

No reconoce a Dios en Su grandeza y no conoce Su infinito amor por los seres humanos. Y por eso no le parece posible que este amor se exprese hacia Sus hijos terrenales. Y su falta de fe no le permite reconocer lo que Dios está haciendo con él....

El amor y la fe son los soportes de la Enseñanza que Jesucristo proclamó.... El conocimiento también está arraigado en el amor y la fe. La creencia en el amor, la sabiduría y la omnipotencia de Dios hace que todo parezca posible, porque se funda en el amor, se decide en Su sabiduría y se lleva a cabo a través de Su omnipotencia.

Así, quien permanece en la fe y al mismo tiempo actúa en el amor, su corazón también capta el obrar extraordinario de aquellas fuerzas espirituales que están en la misma voluntad divina y que, por lo tanto, son mediadoras de la divina corriente de fuerza. Y por tanto es comprensible que el desamor de los seres humanos haga necesaria la obra obvia de Dios. El objetivo es renovar y fortalecer la fe, de lo contrario la sabiduría, la verdad divina no podrá ser transmitida a los seres humanos.

Pero la voluntad de Dios es que se haya luz entre ellos, por eso primero busca profundizar su fe, y eso sólo es posible cuando ocurre un proceso en el que la evidencia ya no es necesaria, por lo que permite que se supone una actividad sobrenatural. Al ser humano no siempre se le puede dar pruebas y debería aprender a creer sin ellas. Y también podrá hacerlo si, en caso de duda, se dirige a Dios Mismo por aclaración o fortalecimiento de fe.

La voluntad de creer ya es un progreso significativo, y la capacidad de creer es el resultado de querer creer. Porque Dios también da a quien quiere creer la fuerza para cumplir Su voluntad, y lo que hoy todavía le parece inaceptable ya puede serle comprensible mañana si recorre el camino hacia Dios y la mente por sí sola no intenta sondear algo, lo que parece extraordinario a ella.

Dios quiere ser consultado por la verdad. Pero el ser humano nunca debería sentirse llamado a aclarar algo que parece extraordinario sin la ayuda divina. Si lo implora, pronto le quedará claro si la acción divina es la causa de un proceso inusual y en qué medida.

Por lo tanto, la fe y la actividad del amor son absolutamente necesarias si una persona quiere emitir un juicio que corresponda a la verdad. Pero quien carezca de cualquiera de ellas también será imperfecto en su pensar. No puede captar la verdad y, por lo tanto, es incapaz de probar lo que Dios ofrece a los humanos....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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