Die Richtung des Willens bestimmt ihr Menschen selbst, denn euer innerstes Denken und Wollen kann von keiner Seite aus zwangsmäßig beeinflußt werden, selbst wenn ihr gezwungen werdet, euer Denken und Wollen geheimzuhalten. Und ebenso könnet ihr von außen durch gute Lehren hingewiesen werden auf das, was ihr tun sollet, um recht zu leben vor Gott.... es können euch die Liebegebote nahegebracht werden, die euch veranlassen sollen zu diesem rechten Wandel vor Gott.... Aber auch nun ist wieder euer innerstes Denken und Wollen bestimmend, obgleich ihr auch nach außen dieser Liebelehre gerecht werdet.... Denn bewertet wird nur ebenjener Wille, den ihr Menschen recht richten sollet. Und so könnet ihr scheinbar gute Werke verrichten, denen aber der innere Liebedrang mangelt, und dann sind sie wertlos vor Gott.... Ihr könnet aber auch gehindert werden am Liebewirken durch äußere Umstände, und doch kann euer Denken und Wollen diesem Liebewirken gelten.... Und dann wird Gott wieder nur diesen guten Willen ansehen und bewerten, den ihr in aller Freiheit recht gerichtet habt. Der innere Drang, helfen zu wollen, beweiset diesen rechten Willen, der aber allen jenen fehlt, die der Gegner Gottes noch gefesselthält. Da es aber im Erdenleben um die Wandlung eures Willens geht, der ursprünglich sich dem Gegner zuwandte, ist eben das Motiv jeder Handlung der Menschen von größter Bedeutung, welche Willensrichtung dieses beweiset. Denn ein gutes Wollen und Denken von innen heraus ist schon die bestandene Willensprobe, der Wille hat sich vom Gegner ab und Gott wieder zugewandt.... Wird Gott anerkannt, so ist dies noch kein Beweis, daß das Herz so denkt, wie der Mund spricht. Aber der Gott-zugewandte Wille kann nicht anders, als auch ein Leben in göttlicher Ordnung anzustreben, und also wird auch der Mensch den inneren Liebedrang verspüren, und was er nun tut, wird in diesem Liebedrang begründet sein. Und wird der Mensch gehindert, seinen Willen zur Ausführung zu bringen, so wird dennoch dieser Wille immer Gott zugewendet bleiben, und er wird durch diesen Willen gerechtfertigt sein vor Gott. Es soll also durch gute Lehren, durch Verkünden des Evangeliums, auf den Willen des Menschen in günstigster Weise eingewirkt werden, auf daß der Mensch um den Willen Gottes weiß, dem sein Wille sich nun angleichen soll.... Doch bestimmend ist nun erst die Einstellung des Menschen, das Auswerten der Lehren und also das Tätigwerden nach diesen Lehren, die immer nur Liebe zu Gott und zu den Mitmenschen fordern. Und diese Taten müssen aus innerem Antrieb erfolgen.... Dann ist der Wille in rechte Richtung gelenkt worden, aber nicht im Zwang.... Und so können auch Liebetaten, die durch Druck oder Versprechungen verlangt werden, völlig wertlos sein, wenn der innere Liebewille fehlt, also nicht die Tat selbst, sondern der Wille gibt den Ausschlag für das Bestehen der Willensprobe des Menschen auf der Erde. Was im Inneren eines Menschen vorgeht, ist entscheidend, und das kann allein Gott Selbst beurteilen, Dem alle Gedanken, alle Regungen des menschlichen Herzens bekannt sind.... Aber darum ist auch dieser Gott zugewandte Wille für den Menschen die sicherst Gewähr, daß er selbst von Gott ergriffen wird, Der ihn nimmermehr an Seinen Gegner ausliefert.... Und ob er auch oft noch in Gefahr ist, weil der Gegner ihn nicht aufgeben will.... Gott hält ihn, und Er offenbart Sich ihm auch, so daß sich der Mensch stets mehr zu Gott bekennt und er Ihn anstrebt als sein höchstes Ziel....
Amen
ÜbersetzerLa dirección de la voluntad los hombres están determinando por sí mismos, porque vuestros pensamientos internos y vuestro querer no se puede influir forzosamente por ninguna parte, aunque si os fuerzan a mantener en secreto a vuestra voluntad y pensamientos. Igualmente podéis ser advertidos por doctrinas buenas a lo que deberías escuchar para vivir bien ante Dios.... se os pueden acercar los mandamientos del amor, los cuales os deben empujar a vivir de una manera buena ante Dios.... Pero vuestros pensamientos y deseos más internos son relevantes, aunque hacia fuera estáis cumpliendo con estas doctrinas del amor.... Porque solo se valora aquella voluntad a la cual el hombre debe dirigir de manera correcta. Y aparentemente están realizando obras buenas, a las cuales les falta el empuje interno del amor, y entonces no tienen valor ante Dios.... También circunstancias exteriores os pueden frenar hacer el bien, pero también vuestros pensamientos y la voluntad valen a aquellas obras del amor.... Y entonces Dios solo considerará aquella voluntad buena y la valorará, la cual habéis dirigido correctamente con toda libertad. El empuje interior de querer ayudar comprueba esta voluntad auténtica, la cual falta en aquellos a los que el adversario mantiene atados. Pero como se trata de cambiar vuestra voluntad durante la vida terrestre, que hace tiempo se había juntado con el adversario, el motivo de cada acción del hombre tiene la major importancia, qué intención contiene esta voluntad dirigida. Porque un deseo y el pensamiento desde el interior ya contiene la aprobación de la voluntad, la voluntad se ha alejado del adversario y se ha dirigido hacia Dios.... Si se reconoce a Dios, todavía ya no es ninguna prueba que el corazón piensa como la boca habla. Pero la voluntad dirigida hacia Dios no puede de otra manera que buscar también el orden divino, y entonces también el hombre siente el empuje interior del amor, y lo que hace ahora se basa en este empuje del amor. Y si se frena al hombre a llevar a cabo a su voluntad, a pesar esta voluntad va a estar dirigida hacia Dios y a través de esta voluntad se justifica ante Dios. Con doctrinas buenas, con la proclamación del evangelio se intenta influir en la voluntad del hombre de manera favorable, para que el hombre sepa de la voluntad de Dios, a la cual su voluntad se debe adaptar.... Pero solo la actitud del hombre determina todo, la exploración de la doctrina y el comienzo de actos después de esta doctrina, la cual incluye únicamente el amor hacia Dios y los semejantes. Y aquellas acciones deben salir desde el interior.... Entonces la voluntad está dirigida bien y sin fuerza.... Así actos del amor que se han pedido con presión o promesas, no tienen valor ninguno, si la voluntad interna al amor falta, así no es el acto, sino la voluntad es determinante para aprobar la prueba de la voluntad del hombre en la tierra. Lo que pasa en el interior de un hombre determina todo, y Dios Mismo puede juzgarlo, Él que conoce todos los pensamientos, todos los movimientos del corazón humano.... Y por esto, esta voluntad dirigida hacia Dios es el mejor seguro que el hombre va a ser movido por Dios, Él que nunca le va a devolver a Su adversario.... Y aunque muchas veces estará en peligro, porque su adversario no se quiere dar por vencido.... Dios le aguanta, y Él se manifiesta ante él, así el hombre puede reconocer a Dios para buscarle como la última meta....
amén
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