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„Wer Mich sieht, der sieht den Vater....“

Wer Mich sieht, der sieht den Vater, denn der Vater und Ich sind eins.... Ich brachte den Menschen das Wort, doch sie erkannten es nicht als Gottes Wort, als Äußerung Seiner unendlichen Liebe zu Seinen Geschöpfen; sie sahen es an als Menschenwort, von Mir geboten aus Mir Selbst, weil es in ihnen dunkel war und sie um das Wirken Gottes im Menschen nichts wußten.... und also sie die Stimme Gottes nicht mehr selbst vernehmen konnten, die ihnen Beweis gewesen wäre für die Gegenwart Gottes, für Seine Wesenheit und Seine enge Verbindung mit den Menschen. Ich aber wollte ihnen dieses Wissen wiederbringen, Ich wollte sie einführen in die Kraft der Liebe und des Glaubens, auf daß sie spürbar dieser Gegenwart Gottes innewerden sollten, so sie Meine Lehre beherzigten.... Ich kam als Mittler zu ihnen, von Gott gesandt, um in Seinem Auftrag Sein Wort zu verkünden den Menschen, die guten Willens waren. Der Vatergeist von Ewigkeit nahm in Mir Aufenthalt, um offensichtlich zu wirken durch Mich.... Was Ich redete und was Ich tat, war Sein Werk, Sein Wille, Seine Kraft und Seine Liebe.... Ich war nur die Form, durch Die Gott Sich äußerte, weil anders Seine Gegenwart für die im tiefen Geistesdunkel stehenden Menschen unerträglich gewesen wäre.... Und was den Vatergeist verhüllte, war gleichfalls Sein, denn alles in Mir strebte dem Vatergeist entgegen, wenngleich es eine sterbliche Hülle war wie jeder andere Mensch.... Doch Sie wurde unsterblich durch den Geist, der in Ihr war.... Ich war der Mensch Jesus, doch nur der äußeren Form nach, denn alles in und an Mir war vergeistigt durch die Liebe, es war vereint mit der ewigen Liebe, mit Der Ich untrennbar verbunden war seit Ewigkeit. Gott als Geist ist den Menschen nicht schaubar, doch in Meiner Person brachte Er Sich ihnen zur Anschauung, Er nahm Mein körperliches Kleid an und zeigte Sich in diesem den Menschen, Sich erkennen gebend als Weisheit, Liebe und Allmacht. Und Mein Wirken auf Erden bewies denen, die an Mich glaubten, die Göttlichkeit durch Wunder, die nur Gott möglich waren und die Mein Wille ausführen konnte, weil Gott in Mir war und also Sein Wille Mich durchströmte, Seine Weisheit und Seine Kraft.... Und so gab es keine Trennung mehr zwischen Gott und Meiner sterblichen Hülle, Sie war eins geworden mit Ihm, Er füllte Sie gänzlich aus, Er wandelte Selbst auf der Erde in Meiner Außenform, Die wieder nur ein Werk Seiner Liebe war, um den Menschen Sich nahezubringen.... Und Ich brachte ihnen Sein Wort.... Er redete Selbst durch Mich, Er, das ewige Wort Selbst, hatte Fleisch angenommen, um Sich den Menschen zu Gehör zu bringen. Denn sie wußten nicht mehr um das Mysterium der ewigen Liebe, des Vatergeistes von Ewigkeit, Dessen Wort die Verbindung herstellt mit den Menschen.... Sie wußten nicht mehr um die Kraft Seines Wortes, die alles zu Sich zieht, so sie wirksam werden kann am Menschen.... sie wußten nicht, daß ein jeder Mensch fähig war, das göttliche Wort Selbst in sich zu vernehmen, so er sich gestaltet nach Gottes Willen zur Liebe, um die göttliche Liebe Selbst in sich aufnehmen zu können.... Und darum kam Gott Selbst zur Erde, und Er brachte ihnen wieder jenes Wissen, das die Menschen erlösen sollte aus ihrer Dunkelheit.... Und die Menschen erkannten Ihn nicht, sie verfolgten Mich als Mensch, Der Ich das Göttliche in Mir barg.... Und Ich mußte es geschehen lassen, um ihren Willen nicht unfrei zu machen. Ich brachte ihnen das Wort, aber sie nahmen es nicht an, und sie erkannten in Mir nicht Den, Der Mich voll und ganz erfüllte.... sie sahen Mich, aber nicht Gott in Mir, Der Sich vor ihren Augen nicht verbarg, sondern Zeichen und Wunder tat, um die Blinden sehend zu machen.... Die aber glaubten, denen offenbarte Er Sich in Seiner Liebe, Weisheit und Allmacht.... Und sie sahen Ihn emporschweben zum Himmel in aller Glorie, sie sahen Seine Hülle, die sich vergeistigte vor ihren Augen und in strahlendem Licht zur Höhe stieg, in das Reich, das ihre Heimat war von Ewigkeit....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

"El que me ve a mí, ve al Padre...."

El que me ve a mí, ve al Padre, porque el Padre y yo somos uno.... Llevé la Palabra a la gente, pero no la reconocieron como Palabra de Dios, como expresión de Su infinito amor por Sus creaciones vivientes; la consideraron como una Palabra humana, ofrecida de Mí mismo, porque estaba oscuro dentro de ellos y no sabían nada sobre el actuar de Dios en la gente.... y así ya no pudieron escuchar ellos mismos la voz de Dios, lo que habría sido para ellos una prueba de la presencia de Dios, de su esencia y de su estrecho vínculo con las personas. Pero quise devolverles este conocimiento, quise introducirles a la fuerza del amor y de la fe para que se dieran cuenta de esta presencia de Dios si guardaban Mi enseñanza en el corazón.... Vine a ellos como un mediador, enviado por Dios para proclamar su Palabra en su nombre a las personas de buena voluntad. El Padre-Espíritu desde la eternidad se instaló en mí para obrar visiblemente a través de mí.... Lo que hablé e hice fue su obra, su voluntad, su poder y su amor.... Yo era simplemente la forma a través de la cual Dios se expresaba, porque de otro modo su presencia habría sido insoportable para las personas que se encontraban en una profunda oscuridad espiritual.... Y lo que velaba al Espíritu del Padre era también Suyo, pues todo en Mí se esforzaba por llegar al Espíritu del Padre, aunque fuera una cáscara mortal como cualquier otro ser humano.... Sin embargo, se hizo inmortal a través del espíritu que había en él.... Yo era el ser humano Jesús, pero sólo en forma externa, porque todo en Mí y en torno a Mí estaba espiritualizado a través del amor, estaba unido con el Amor eterno, con Quien estaba Yo inseparablemente unido desde la eternidad. Dios como espíritu no es visible para las personas, sin embargo se hizo visible para ellas en mi persona, El Me tomó como vestimenta física y se mostró a las personas en ella, revelándose como sabiduría, amor y omnipotencia. Y Mi actividad en la tierra demostró la divinidad a los que creyeron en Mí a través de milagros que sólo eran posibles para Dios y que Mi voluntad pudo realizar porque Dios estaba en Mí y así Su voluntad fluyó a través de Mí, al igual que Su sabiduría y Su fuerza.... Y así ya no había ninguna separación entre Dios y mi caparazón mortal, que se había hecho uno con Él, y Él lo llenaba completamente, Él mismo caminaba en la tierra en Mi forma externa, Lo que de nuevo era sólo una obra de su amor para acercarse a la gente.... Y les llevé su palabra.... Él mismo habló a través de mí, Él, el Verbo eterno mismo, había tomado carne para hacerse oír por la gente. Porque ya no conocían el Misterio del Amor Eterno, del Padre-Espíritu eterno cuya Palabra establece la conexión con las personas.... Ya no conocían el poder de su Palabra que atrae todo hacia sí si puede hacerse efectiva en las personas.... No sabían que todo ser humano era capaz de escuchar la Palabra divina dentro de sí mismo si se amoldaba al amor según la voluntad de Dios para poder recibir el amor divino dentro de sí mismo.... Y por eso Dios mismo vino a la tierra y les trajo de nuevo ese conocimiento que iba a redimir a la gente de sus tinieblas.... Y la gente no lo reconoció, Me persiguió como un ser humano a Mi, que albergaba lo divino.... Y tuve que dejar que sucediera para no coartar su libre albedrío. Les llevé la Palabra, pero no la aceptaron, y no reconocieron en Mí Al que Me llenaba por completo.... Me vieron a Mí, pero no a Dios en Mí, que no se ocultó a sus ojos, sino que hizo signos y prodigios para que los ciegos vieran.... Pero a los que creyeron, se les reveló en su amor, sabiduría y omnipotencia.... Y lo vieron elevarse al cielo con toda gloria, vieron su caparazón espiritualizándose ante sus ojos y elevarse con luz radiante hacia el reino que era su hogar desde la eternidad....

Amén

Übersetzer
Übersetzt durch: J. Gründinger