Es gehen zahllose Fäden vom Jenseits zur Erde, und je nach der Willigkeit der Herzen, nach der Liebefähigkeit und dem Wahrheitsverlangen können die geistigen Wesen den Menschen auf Erden Licht zuströmen lassen, also ein Wissen austeilen, das der Wahrheit entspricht. Denn nur die Wahrheit ist Licht, jeglicher Irrtum aber Dunkelheit des Geistes. Um aber die reine Wahrheit empfangen zu können, ist ein tiefer Glaube Voraussetzung an die Liebe Gottes, daß sie sorgsam darüber wacht, daß nur geistige Kräfte Zugang haben, die Wahrheitsträger sind und im Auftrag Gottes die Menschen unterweisen. Wer Gott als den Geber der Wahrheit anerkennt und Gott auch als den Quell des Wissens, als die Zentrale erkennt, wo die geistigen Übermittlungen ihren Ursprung haben, der wird auch die feste Zuversicht haben, daß ihm nimmermehr Irrtum geboten werden kann, so er mit Gott durch inniges Gebet und Liebeswirken verbunden ist. Und deshalb wird er auch niemals irrenden Kräften den Zugang zu sich gewähren, weil das Gebet zu Gott vor jeder zudringlichen unwissenden Kraft eine unüberwindliche Mauer aufrichtet. Es lässet Gott nimmermehr im Irrtum wandeln, wer von Ihm die Wahrheit begehrt.... Es sind jedoch auch Kräfte tätig zwischen Himmel und Erde, zwischen dem Jenseits und dem Diesseits, die jede Gelegenheit ergreifen, sich zu Gehör zu bringen, und die unkontrollierbar sind, weil sie sich einer menschlichen Form bedienen, die ihnen ihren Willen hingibt.... Es können sich durch eine solche Form sowohl gute als auch schlechte Kräfte äußern, doch werden die letzteren sich gleichfalls als Lichtgestalten tarnen, um für das, was sie den Menschen kundtun, auch vollen Glauben zu finden. Es kann die menschliche Form zwar im bewußten Zustand wahrheitsverlangend sein und Gott-zugewandten Willens, sie entäußert sich aber selbst ihres Willens im medialen Zustand, den dann eine jede geistige Kraft mit Beschlag belegen kann, je nach dem Wahrheitsverlangen und Reifezustand derer, die nun die Kundgaben entgegennehmen. Und es wird daher Wahrheit und Irrtum nebeneinander hergehen, ohne daß letzterer erkannt wird. Und Grund dessen ist, daß solchen Menschen das Wirken des Geistes unbekannt ist, daß sie nicht versuchen, im wachen Zustand in sich hineinzuhorchen.... daß ihnen das Wissen fehlt darum, daß Gott Selbst zu den Menschen spricht, die Ihn hören wollen.... daß sie von Ihm in die tiefsten Weisheiten eingeführt werden können und daß Er diese Weisheiten durch Sein Wort den Menschen zuleitet oder durch Seine geistigen Wahrheitsträger den Menschen vermitteln läßt. Immer aber müssen diese nach innen horchen, sie müssen in sich die Fähigkeit zu entwickeln suchen, die Stimme Gottes zu vernehmen....
Amen
ÜbersetzerHay innumerables hilos que van del más allá a la Tierra y, dependiendo de la voluntad del corazón, la capacidad de amar y el deseo de la verdad, los seres espirituales pueden hacer fluir la luz a los humanos en la Tierra, es decir, distribuir el conocimiento correspondiente a la verdad. Porque sólo la verdad es luz, pero todo error es oscuridad del espíritu. Pero para poder recibir la verdad pura, un requisito previo es una fe profunda en el amor de Dios, que asegura cuidadosamente que sólo tengan acceso las fuerzas espirituales que son portadores de la verdad y que instruyen a los humanos en nombre de Dios.
Cualquiera que reconozca a Dios como Dador de la verdad y también reconozca a Dios como manantial del saber, como la central en la que las transmisiones espirituales tienen su origen, tendrá también la firme confianza de que nunca se le podrá ofrecer error si está conectado con Dios a través de la oración sincera y la obra del amor. Y es por eso que nunca permitirá que fuerzas errantes acceden a él, porque la oración a Dios levanta un muro insuperable contra toda fuerza intrusa e ignorante. Dios nunca permitirá que nadie que desee la verdad de Él camine en el error....
Sin embargo, también hay fuerzas activas entre el cielo y la Tierra, entre el más allá y este mundo que aprovechan cada oportunidad para hacerse oír y que son incontrolables porque utilizan una forma humana que les entrega su voluntad. Tanto las fuerzas buenas como las malas pueden expresarse a través de tal forma, pero estas últimas se disfrazarán de figuras de luz para encontrar plena fe en lo que dan a conocer a los humanos. La forma humana puede ciertamente exigir la verdad en el estado consciente y tener una voluntad dirigida hacia Dios, pero ella misma se renuncia de su voluntad en el estado mediático, que cualquier fuerza espiritual entonces puede adueñarse, dependiendo del deseo de la verdad y del estado de madurez de quienes ahora reciben los anuncios.
Y, por tanto, la verdad y el error van uno al lado del otro sin que este último sea reconocido. Y la razón de esto es que a tales humanos la obra del espíritu es desconocida, que no tratan de escucharse a sí mismos mientras están despiertos.... que les falta el conocimiento de que Dios mismos habla a los humanos que quieren escucharlo.... que Él puede introducirlos en la sabiduría más profunda y que Él transmite esta sabiduría a los humanos a través de Su Palabra o la hace transmitir a los humanos a través de Sus portadores de la verdad espiritual. Pero siempre deben escuchar en su interior, deben buscar desarrollar dentro de sí mismos la capacidad de oír la voz de Dios....
amén
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