In dem Zeitalter der modernen Technik werden die Naturgewalten ganz besonders merklich in Erscheinung treten, gilt es doch, den Menschen den Beweis zu liefern, daß alles irdische Können und Wissen nichts nütze ist, wenn der Wille Gottes nicht geachtet wird. Je mehr der Mensch von sich und seinem Können überzeugt ist, desto eher streitet er die göttliche Kraft und seine eigene Abhängigkeit von dieser ab. Und um so nötiger ist dann, daß sich die göttliche Kraft äußert. Der Werdegang des Menschen bedingt vielerlei Einrichtungen, zu denen der göttliche Schöpfer Seinen Segen gibt, so sie entstehen zum Nutzen und Frommen der gesamten Menschheit.... Und aller Geist, der in technischen Erfindungen zum Ausdruck kommt, sucht günstig auf die Menschheit einzuwirken, um ihr das Streben nach der Höhe zu erleichtern, und stellt sich so also gewissermaßen in den Dienst der Menschheit. Doch unerforschte Kräfte sind es, die dort Halt gebieten, wo der Mensch überheblich wird. Und ebendiese Kräfte machen sich geltend in unvorhergesehen-hereinbrechenden Naturkatastrophen.... ganz gleich welcher Art. Überall dort, wo der Mensch glaubt, untrügbare Beweise gefunden zu haben, irgendwelche Naturkraft sich zunutze machen und sie bannen zu können, und dies aus eigener Kraft, tritt eine ungerechnete Naturkraft dazu und macht die bisherige Erfahrung hinfällig. Es ist dem Menschen von Gott die Fähigkeit gegeben, sich die Kraft aus Gott nutzbar zu machen, jedoch immer in dem gleichen Verhältnis, wie er sich selbst zu Gott einstellt. Und es wird der ungeahnte Erfolge aufweisen können, der in aller Naturkraft Gott Selbst erkennt.... der gleichsam mit Gott jede Arbeit in Angriff nimmt, die dem Wohl der Menschheit gilt und sich auf Erfindungen jeglicher Art erstreckt. Es wird dessen Forschen und Versuchen von Erfolg gekrönt sein, und es wird gleichsam die göttliche Kraft in derlei Erfindungen überfließen, während der aus sich selbst zu schöpfen glaubende und seiner außerordentlichen Kraft sich bewußte (Mensch wohl auch die Kraft aus Gott anfordert, sie ihm auch nicht vorenthalten wird, er) jedoch gewissermaßen unrechtmäßig Besitz davon ergreift, weil er sich anmaßt, die Göttlichkeit auszuschalten, und also sich nicht dem göttlichen Willen unterstellt.... Dort wird sich bald eine Gegenströmung bemerkbar machen. Es werden sich dem also ohne göttlichen Beistand Arbeitenden Hindernisse über Hindernisse in den Weg stellen, und er wird ihrer nicht Herr werden, da er sich auf sich selbst verläßt und sich keine Hilfe erbittet.... Und diese Hindernisse werden wiederum auf Naturgewalten zurückzuführen sein, weil alles, was der göttlichen Ordnung zuwiderhandelt, gleichsam auch die Folgen dessen zu tragen hat. Und so wird trotz mannigfacher Überwindung technischer Schwierigkeiten stets der Mensch rückständig, solange er nicht in dem Walten der Naturelemente einen Beweis dessen erblickt, daß alle Kräfte in der Natur einem Herrn und Schöpfer untertan sind und daß somit erst dann seine Mühe von Erfolg sein wird, wenn er sich selbst gleichfalls einfügt in die göttliche Ordnung und er nur auszuführen gewillt ist, was dem Willen Gottes entspricht....
Amen
ÜbersetzerEn la era de la tecnología moderna, las fuerzas de la naturaleza aparecerán de manera particularmente notoria, ya que es importante proporcionar a las personas pruebas de que toda capacidad y conocimiento terrenal es inútil, si no se respeta la voluntad de Dios. Cuanto más convencido está el hombre de sí mismo y de sus habilidades, más probable es que niegue el poder divino y su propia dependencia de Él. Y entonces es tanto más necesario que el poder divino se exprese.
El desarrollo de los seres humanos requiere muchas comodidades diferentes para las cuales el Creador divino da Su bendición, si son creadas para el beneficio y el bien de toda la humanidad... Y todo espíritu que encuentra expresión en inventos técnicos busca tener un efecto favorable en la humanidad, para facilitarla la lucha por el ascenso, y así se pone en cierta medida al servicio de la humanidad. Pero son las fuerzas inexploradas las que piden un alto donde el hombre se vuelve arrogante. Y son precisamente estas fuerzas que se afirman en los desastres naturales imprevistos... no importa de qué tipo. Dondequiera que el hombre piense haber encontrado evidencia infalible de que puede hacer uso de alguna fuerza natural y desterrarla, y esto por su propia fuerza, una fuerza de la naturaleza no calculada entra en juego y hace obsoleto la experiencia previa.
Dios ha dado al hombre la capacidad de aprovechar la fuerza de Dios, pero siempre cómo él mismo se relaciona con Dios. Y el que reconoce a Dios Mismo en todo el poder de la naturaleza... quien emprende con Dios toda obra, por así decirlo, que sirve al bienestar de la humanidad y que se extiende a los inventos de todo tipo, podrá mostrar éxitos inesperados. Sus investigaciones e intentos se verán coronados por el éxito, y la fuerza divina se desbordará, por así decirlo, en tales inventos, mientras que quien cree sacar de sí mismo y hombre consciente de su extraordinaria fuerza, probablemente también pide la fuerza de Dios, que tampoco se le niega, pero que en cierto modo toma posesión ilegalmente de ella, por así decirlo, porque pretende eliminar la divinidad y por lo tanto no se somete a la voluntad divina...
Pronto se notará allí una contracorriente. Obstáculos sobre obstáculos se interpondrán en el camino de aquel que trabaja sin el apoyo divino y no podrá dominarlos porque confía en sí mismo y no pide ayuda... Y estos obstáculos a su vez se deben a las fuerzas de la naturaleza, porque todo lo que va en contra del orden divino también tiene que cargar con las consecuencias del mismo. Y así, a pesar de las múltiples superaciones de las dificultades técnicas, el hombre siempre se desarrolla hacia atrás, mientras no ve en las acciones de los elementos de la naturaleza una prueba de que todas las fuerzas de la naturaleza están sujetas a un Señor y Creador y que entonces su esfuerzo por lo tanto, solo tendrá éxito, si él mismo también se subordina en el orden divino y sólo está dispuesto a realizar lo que corresponde a la voluntad divina...
amén
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