8289 Dios exige fe en su gran Amor
2 de octubre de 1962: Libro 87
Para comprender que todo lo que sucede es bueno para vosotros mismos y para la salvación de vuestra alma, debéis tener una fe profunda en mi Amor... y si con devoción os sometéis a todo que os toque, no os podrá alcanzar la perdición.
Y por muy difícil que os parezca, Yo sé lo que sois capaces de soportar; y si confiáis en mi Ayuda, también os ayudaré. La promesa que poseéis todo mi Amor os sirva para que podáis ir vuestro paso por la Tierra sin temor, porque aquel que con mi Amor se siente seguro, nada le puede suceder, aunque exteriormente esté acosado enormemente.
Yo sé de todo, y también estoy al tanto de la fuerza de vuestra fe, pues únicamente ésta determina la dureza de vuestra desgracia. Tan sólo el hecho que ahora ya estáis informados acerca de ello... que Yo mismo os instruyo y os revelo mi Naturaleza que es Amor, Sabiduría y Poder... todo esto ya os manifiesta mi Amor...
Yo quiero llevaros a una fe profunda porque la fuerza de la fe vencerá todo. Entonces, para vosotros, ya no habrá desasosiego porque siempre reconoceréis en Mí vuestro Padre al que podéis confiaros como “niños” y cuyo infinito Amor hará todo para ellos para ayudarles en su paso por la Tierra y para deleitarlos en la eternidad.
Es mi Amor en que debéis tener fe... porque este no os abandona sino os guía y os impone el destino terrenal - el que puede aportaros la redención cabal, si tan sólo lo queréis. Y este Amor murió para vosotros en la cruz... con este sacrificio este Amor os rescató del adversario que tenía un derecho a vosotros porque en aquel entonces le habíais seguido voluntariamente. Pero el amor de un padre no cede su hijo a su enemigo y adversario, sino lucha por este hijo y lo pone a salvo de su enemigo...
Este gran Amor del Padre lo poseéis, de modo que también tenéis la garantía que un día estaréis liberados del poder de aquel que causó vuestra caída a las profundidades... Ya que como hombres pasáis por la Tierra, también debéis saber que el Amor del Padre sigue a sus “niños”, y que también vosotros formáis parte de aquellos a los que su Amor rescató - pues este Amor también quiere recuperaros a vosotros... y debéis saber que también vosotros debéis regalar amor a vuestro Padre desde eternidades, para que Él pueda deleitaros infinitamente - ya en la Tierra y en otros tiempos en la eternidad.
Si ahora podéis tener fe en mi Amor infinito, entonces también perderéis cualquier miedo, temor o debilidad porque siempre sabréis que nada puede suceder en vuestro perjuicio... porque un padre amoroso protege a sus hijos ante todo que les podría causar daño.
La certeza de poseer el Amor del Padre hace que os sintáis más aliviados y animados, porque me confiáis todo y no tenéis duda en que el Padre os ayude en cada apuro. Un hombre que tiene esta profunda fe, gracias a esta también se unirá conmigo firmemente, por lo que podrá surtir efecto extraordinario sobre sus prójimos, prestándoles ayuda más allá de lo que el saber o la fuerza humana normalmente pueden prestar. Pues en la íntima unión conmigo él mismo se sirve de mi Fuerza, y él actúa conmigo y Yo mediante él... Porque mi Amor no conoce límites, pero frecuentemente vuestra propia fe pone límites - si no es suficientemente firme.
Y otra vez: la fuerza de la fe es el fruto de una vida en amor, porque únicamente el amor anima la fe, es decir: “El que vive en el amor vive en Mí y Yo vivo en él”. Siendo así, no hay dudas en el hombre porque es consciente de mi Presencia. Y entonces sabe que mi Amor es ilimitado y que también regala al hombre Fuerza ilimitada - si este quiere servirse de ella para actividad en el amor.
Aquel que es capaz de tener fe en mi gran Amor ilimitado ha podido lograr esto únicamente porque él mismo lleva una vida en amor. Pues él también ha aprobado la última prueba de voluntad en la Tierra y ha regresado conscientemente a su Padre desde eternidades porque desea su Amor - el que le atrae a Él. Pero en su vida terrenal frecuentemente tengo que hacer pasar al hombre por sufrimientos graves para que me busque... para que con fe se confíe a Mí, para que pida mi Ayuda y que al concedérsela también reconozca mi Amor.
Sólo entonces el ser humano me regala el amor que Yo le exijo - el amor que vuelve a unir al “niño” con el Padre. Entonces la vida terrenal ha aportado al hombre el éxito por el que pasa por la Tierra: que dentro de su libre voluntad vuelva a unirse conmigo, pues cierta vez se había separado voluntariamente de Mí, por lo que fue un desgraciado.
Pero mi Amor quiere hacerle eternamente bienaventurado, y seguro que un día conseguirá este objetivo.
Amén.
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