8519 Verdad es Luz. Tinieblas como consecuencia de falta de amor
5 de junio de 1963: Libro 89
El que busca también hallará, pero nunca el mero intelecto será capaz de descubrir qué es Verdad y qué es error. Su voluntad de hallarse en pura Verdad debe originarse en el corazón más profundo, y entonces también el corazón será capaz de distinguir entre Verdad y error.
Hay mucho error extendido por el mundo, de modo que ya se puede hablar de unas tinieblas densas, porque únicamente la Verdad es Luz... Y casi parece que la Verdad ya no podrá imponerse sino que las tinieblas se la tragarán... Sin embargo, cuando el hombre aspira por la Verdad, esta cada vez de nuevo romperá las tinieblas –como rayo de Luz– y traerá al hombre Claridad. Pero nunca el mero intelecto será capaz de lograrla, porque entonces hombres muy inteligentes siempre deberían hallarse en la Verdad, mientras que un hombre poco dotado sería privado de toda Luz...
De modo que hay otro factor determinante para entrar en posesión de la pura Verdad: el corazón debe ser capaz y dispuesto a amar, entonces en el hombre mismo se enciende la Luz, con lo que sabrá distinguir la Verdad del error... De modo que aceptará la Verdad ávidamente y rechazará toda clase de error.
Que ahora la Tierra se encuentra en tinieblas más profundas, esto es la consecuencia del modo de vida de los seres humanos, carente de todo amor... La falta de amor corresponde al oscurecimiento del espíritu... Únicamente el amor es la Luz que proporciona el reconocimiento más claro... y únicamente el amor despierta a la Vida la chispa del espíritu en el hombre... y el amor irradia la Luz de la Sabiduría. De modo que aquel que tiene un corazón dispuesto a amar tampoco caerá en el error, y su pensar se desenrollará dentro de la Verdad, porque mediante el amor ya está unido conmigo, de modo que mi Rayo de Luz de Amor ya puede caer en su corazón e impartir conocimientos de todo lo que desea saber.
Consta que únicamente un hombre lleno de amor va a reflexionar si sus pensamientos se desenrollan correctamente, si lo que posee es Verdad o si está incurrido en el error cuando se le ha ofrecido bienes espirituales. Pues a un hombre frío le da igual si se halla en una manera correcta o equivocada de pensar... Pero feliz será únicamente aquel que reconoce la Verdad y la acepta, porque la Verdad le libera, e incluso da a su vida terrenal el único sentido correcto.
Únicamente la Verdad dará al hombre explicación sobre el sentido y la finalidad de su vida terrenal... La Verdad siempre proporcionará paz interior, y como el hombre entonces estará seguro de reconocer la Verdad, también la meta le parecerá deseable.
Mediante la Verdad el hombre también se acerca a Mí mismo, me reconocerá y me anhelará. También considerará y rechazará cualquier error como algo que está dirigido contra Mí, y luchará contra él. Incluso su vida terrenal sólo le parecerá digna de vivir si le ha llegado un saber veraz acerca de todas las correspondencias y la verdadera relación entre el hombre y Dios, su Creador y Mantenedor; y le acudirá al comprender que llegará a una bienaventuranza que como hombre en esta Tierra aún no puede percibir.
La vida terrenal sólo le parecerá razonable cuando él estará informado fielmente sobre todo. Las tinieblas, en comparación, no pueden deleitar al hombre - y todas doctrinas erróneas son tinieblas espirituales que nunca podrán alegrar a un hombre, pues deberían ser penetradas por un Rayo de Luz, el que significa saber verídico...
¡Lo rico que es un hombre que aspira por la Verdad, porque irrevocablemente la recibirá, pues Yo mismo soy la Verdad, y cada deseo por Mí será realizado! Pero es muy difícil aportar una Luz a las tinieblas espirituales en que se encuentra ahora la humanidad, precisamente porque los hombres son ciegos pues ya no pueden ver un Rayo de Luz... Sus ojos han sido debilitados por focos deslumbrantes y ya no pueden percibir un Rayo de Luz muy suave... pues van detrás de estos focos deslumbrantes por lo que incurren en tinieblas cada vez más espesas...
Pero los seres humanos no pueden ser obligados a aceptar una verdadera Luz, sino dentro de las tinieblas deben añorar de todo corazón un Rayo de Luz. Entonces este también relucirá en ellos y los conmoverá de una manera tan agradable que desean escapar de la tinieblas.
Cada vez de nuevo hago que irradie la Luz a la Tierra, y Yo sé muy bien quién aspira por la Verdad... Y él la recibirá - eso bajo previa manifestación del verdadero deseo por ella. Pero la voluntad de cada ser humano es libre, y si se dirige hacia la Luz, ¡seguro que no tendrá que arrepentirse de ello! Pero si acude a las tinieblas perecerá en ellas porque estas siempre sólo llevan al campo de mi adversario, mientras que la Verdad lleva a Mí; pues Yo sólo soy abordable vía la Verdad porque esta os da un concepto muy claro de todo que necesitáis para vuestra alma... de modo que la Verdad es el camino que lleva a Mí y a la Vida eterna.
La Verdad es la Luz que irradia de Mí, la que ilumina cada corazón humano que vive en el amor y que quiere unirse conmigo - que soy el Amor eterno... Así, penetrado de Luz, el hombre regresará a la Casa de su Padre.
Amén.
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