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La riqueza o la pobreza no son ni una ventaja ni un obstáculo para la felicidad....

Y aunque se cumplan vuestras mejores esperanzas terrenales, si os eleváis al honor y al prestigio, a la mayor fama científica, si también se os concede la felicidad terrenal.... todo se acaba en el momento de vuestra muerte, y no os lleváis nada de eso al reino espiritual. Al contrario, sentiréis el doble de vuestra miseria si no tenéis tesoros espirituales para mostrar que compensen mil veces vuestra perdida terrenal.

Pero esto sucederá pocas veces, que un hombre que en la tierra poseía de todo, también se haya esforzado espiritualmente, que probablemente llamó suyos muchos bienes terrenales y también los usaba según la voluntad de Dios.... que no se dejó gobernar por ellos.... En su mayor parte, los corazones de aquellos que están ricamente dotados en la tierra están endurecidos. Y el estado del corazón entonces también corresponde al estado del alma después de la muerte del cuerpo.

La tierra y el reino espiritual son muy diferentes, la gente siempre recordar eso y por la tanto no debe envidiar a aquellos para quienes la vida en la tierra trae una completa realización.... Porque tal vida en la tierra no garantiza la misma situación en el reino del más allá. Por otro lado la pobreza terrenal y la falta de atractivo pueden contribuir a la purificación de un alma, y tal alma puede entrar por la puerta de la eternidad en luz y esplendor.

Pero no importa cuáles sean las condiciones terrenales en las que el destino colocó al hombre, siempre tiene la oportunidad de llegar a la madurez espiritual; en cada situación de la vida tiene los medios para ayudar a su alma a purificarse.... La pobreza y el sufrimiento no garantizan una vida eterna de bienaventuranza, ni una vida terrenal de plenitud terrenal es un obstáculo para tal vida eterna....

Depende únicamente de la voluntad del ser humano si está dirigida espiritualmente y, por lo tanto, busca sacar provecho para su alma de cada situación de la vida.... depende únicamente de si el ser humano establece el vínculo con Dios, a lo que se le anima a hacer en cada situación de la vida. Solo existe el peligro que todo pensamiento a Dios sea reprimido cuando la persona se siente satisfecha con su vida terrenal o siempre trata de lograr mayores éxitos terrenales, pero viceversa también aquellos a quienes la vida niega cualquier cumplimiento en la tierra, quienes se vuelves hostiles al destino en la amargura y también andan sin fe.... por lo que tampoco registran ningún éxito espiritual en su fallecimiento....

Sin embargo, es mucho más fácil seguir el camino del desarrollo ascendente para los hombres que parecen menos privilegiados durante su vida terrenal, porque el destino exige que renuncien a los bienes materiales, por así decirlo.... solo tiene que aceptarlo y también hacer callar a sus deseos interiores, y entonces tienen una ventaja considerable sobre aquellos que también están destinados a vivir en la felicidad y abundancia. Por tanto, no siempre hay que compadecerse de los pobres, y menos envidiar a los ricos, porque sólo vale lo que se adquiere el alma del humano....

Pero cuando ha llegado la hora de la muerte, todo lo terrenal queda atrás, y entonces es mucho más fácil separarse del mundo si ya no hay nada que ate al ser humano a la tierra.... si se podía liberarse por completo de la materia, si el pensamiento del ser humano no está cargado con cosas terrenales que le dificultan el fallecimiento de la tierra y sólo le impiden la relación exclusiva con Dios, con Su reino.... Todo lo que la vida en la tierra os pueda ofrecer, caduca en el momento de vuestra muerte. Pero lo que recibisteis durante la vida terrenal del reino espiritual, esto si que sigue permaneciendo.

Y sólo podréis obtener bienes espirituales cuando vuestro corazón se libere de los tesoros materiales, cuando podáis entregarlos en cualquier momento por amor a Dios y al prójimo.... Entonces siempre recibiréis más de lo que disteis, entonces aumentáis vuestra riqueza espiritual y entonces también utilizaréis la riqueza terrenal correctamente, es decir, según la voluntad de Dios para obras de amor misericordioso al prójimo.... Pero entonces tampoco debéis temer la hora de la muerte, porque no moriréis, sino que pereceréis para la vida eterna....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Reichtum oder Armut sind weder Vorteil noch Hindernis zur Seligkeit....

Und ob sich euch auch die schönsten irdischen Hoffnungen erfüllen, ob ihr steiget zu Ehre und Ansehen, zu größtem wissenschaftlichen Ruhm, ob euch auch irdisches Glück beschieden ist.... es nimmt alles sein Ende mit dem Moment eures Todes, und ihr nehmet nichts davon hinüber in das jenseitige Reich. Ihr werdet vielmehr doppelt eure Armseligkeit empfinden, wenn ihr nicht geistige Schätze aufzuweisen habt, die euch den irdischen Verlust ums Tausendfache ersetzen. Aber gerade das wird selten sein, daß ein Mensch, der auf Erden alles besaß, auch geistig gestrebt hat, der wohl viel irdische Güter sein eigen nannte und diese auch verwertet hat nach dem Willen Gottes.... der sich nicht von ihnen beherrschen ließ.... Zumeist sind die Herzen derer verhärtet, die irdisch reich bedacht sind. Und dem Zustand des Herzens gemäß ist dann auch der Zustand der Seele nach dem Leibestode. Die Erde und das geistige Reich sind ganz verschieden, daran sollten die Menschen immer denken, und so sollten sie auch niemals jene beneiden, denen das Erdenleben restlose Erfüllung bringt.... Denn ein solches Erdenleben garantiert nicht einen gleichen Zustand im jenseitigen Reich. Dagegen kann irdische Armut und Unansehnlichkeit zur Läuterung einer Seele beitragen, und in Licht und Glanz kann eine solche Seele eingehen durch das Tor zur Ewigkeit. Doch wie auch die irdischen Verhältnisse sein mögen, in die der Mensch schicksalsmäßig gestellt wurde, er hat immer die Möglichkeit, sich zur geistigen Reife zu bringen; es sind ihm in jeder Lebenslage die Mittel in die Hand gegeben, die seiner Seele zur Läuterung verhelfen.... Weder garantiert Armut und Leid ein ewiges Leben in Seligkeit, noch ist ein Erdenleben irdischer Erfüllung ein Hindernis für ein solches ewiges Leben.... Es liegt allein am Willen des Menschen, ob dieser geistig gerichtet ist und also aus jeder Lebenslage einen Nutzen für seine Seele zu ziehen sucht.... Es liegt allein daran, ob der Mensch die Bindung mit Gott herstellt, wozu er in jeder Lebenslage angeregt wird. Es besteht nur die Gefahr, daß jeder Gedanke an Gott zurückgedrängt wird, wenn sich der Mensch befriedigt fühlt von seinem irdischen Leben oder er stets größere irdische Erfolge zu erreichen sucht, wie aber umgekehrt auch jene, denen das Erdenleben jegliche Erfüllung versagt, sich in Verbitterung feindlich einstellen gegen das Schicksal und sie auch ohne Glauben dahingehen können.... also ebenfalls keine geistigen Erfolge verzeichnen bei ihrem Ableben....

Dennoch ist es bei weitem leichter, den Weg der Aufwärtsentwicklung zu gehen für die Menschen, die weniger bevorzugt scheinen während ihres Erdenlebens, denn von diesen wird gleichsam der Verzicht auf materielle Güter schicksalsmäßig gefordert.... sie brauchen nur sich damit abzufinden und auch ihre inneren Wünsche zum Schweigen zu bringen, und sie sind dann beträchtlich im Vorteil gegenüber denen, die gleichfalls schicksalsmäßig in Glück und Überfluß leben. Es braucht darum nicht immer der Arme bedauert werden, und noch viel weniger soll der Reiche beneidet werden, denn nur das ist von Wert, was sich die Seele des Menschen erwirbt.... Ist aber die Stunde des Todes gekommen, so bleibt alles Irdische zurück, und dann ist es weit leichter, sich von der Welt zu trennen, wenn nichts ist, was den Menschen noch an die Erde fesselt.... wenn er sich gänzlich frei machen konnte von der Materie, wenn das Denken des Menschen nicht belastet ist mit irdischen Dingen, die ihm sein Abscheiden schwermachen und ihn nur hindern an der ausschließlichen Bindung mit Gott, mit Seinem Reich.... Was auch das Erdenleben euch bieten mag, es wird hinfällig mit dem Moment eures Todes. Was ihr aber während des Erdendaseins entgegengenommen habt aus dem geistigen Reich, das bleibt bestehen. Und zu geistigen Gütern könnet ihr nur kommen, wenn euer Herz sich löset von den materiellen Schätzen, wenn ihr sie jederzeit hingeben könnet aus Liebe zu Gott und eurem Nächsten.... Dann werdet ihr stets mehr empfangen, als ihr hingegeben habt, dann werdet ihr euren geistigen Reichtum mehren, und ihr werdet dann auch irdische Reichtümer recht verwenden, d.h. dem Willen Gottes gemäß zu Werken barmherziger Nächstenliebe.... Dann aber brauchet ihr auch die Stunde des Todes nicht zu fürchten, denn ihr werdet nicht sterben, sondern eingehen zum ewigen Leben....

Amen

Traductor
This is an original publication by Bertha Dudde