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La encarnación como ser humano es la consecuencia del Pecado.... Obra de Redención....

lo que requirió esta gran deuda. Por tanto, era necesario hacer un sacrificio expiatorio inconcebiblemente grande, pues según la Justicia divina, se Me tenía que dar satisfacción; El pecado debía ser abolido en cierto sentido y se debía pagar un precio de compra enorme por la libertad de los seres que estaban bajo el hechizo. La culpa del pecado tenía que ser expiada.... Y el hombre Jesús realizó esta Obra por toda la humanidad.... Vosotros, los humanos, no podéis evaluar la magnitud de esta Obra de amor porque también carecéis de comprensión de la magnitud de la culpa. Todos los seres que todavía Me resisten, viven en esta culpa del pecado, inconscientemente en un estado atado, en el estado del libre albedrío, como seres humanos, conscientemente, porque éste también es consciente de su estado de debilidad, de su falta de poder y de luz, mientras está todavía bajo el hechizo del pecado. Que en su mayoría no quiere admitir esto es una prueba de su falta de luz y también una prueba de su pecaminosidad, que no siempre significa una vida pecaminosa en la Tierra. El gran pecado de la rebelión anterior contra Mi ha causado el estado atado, y este gran pecado primero tiene que ser borrado antes de que el ser pueda alcanzar la luz y el poder.

El hombre Jesús sabía acerca de la gran necesidad y la indecible miseria en que se encontraba lo espiritual caído; También sabía que era imposible expiar la culpa durante la vida en la Tierra, y que el ser no podía ascender a las alturas ni siquiera en el reino espiritual, porque la carga del pecado siempre lo tiraba abajo y no podía defenderse contra las fuerzas de abajo. Jesús sabía acerca del estado lamentable de lo que se había vuelto pecador por su propia voluntad y quería ayudarlo.... Quería tomar sobre Sí la inmensa culpa del pecado para traerle la Redención. Su amor era tan sobrehumano que llevó a cabo una Obra que implico dificultades y sufrimientos sobrehumanos. Él Me trajo un sacrificio expiatorio. Él ha redimido a todos los seres humanos del pecado. Pero el libre albedrío del ser humano no queda eliminado....

La obra de Redención tiene que ser reconocida y hacer uso de ésta.... el ser humano tiene que llevar su pecado sobremanera grande a la cruz del divino Redentor, tiene que reconocerse a sí mismo y confesarse ante Él como pecador, como ser humano débil e imperfecto, que está y permanece atado a menos que Jesucristo tenga piedad de él e interceda por él como Mediador misericordioso Que está dispuesto a redimir su culpa tan pronto como el ser humano cree en Él como Redentor, Le confiesa arrepentido su pecaminosidad y Le pide perdón por su culpa. Sólo reconocer y confesar la propia culpa es señal de la fe en Jesucristo.

El ser humano tiene que invocarle desde lo más profundo, tiene que implorarle ayuda en su necesidad espiritual. Tiene que encomendarse a Él, tiene que saber y confesar que está en lo profundo y necesita Su ayuda, debe extender sus manos hacia Él y pedirle misericordia, entonces también reconocerá su culpa, su estado imperfecto que es la consecuencia del gran pecado que fue la razón de la encarnación de cada ser humano en la Tierra, y debe implorar la asistencia de Jesús en ferviente oración para poder ascender a Mí, Quien Yo Mismo vine a Mis hijos en la Tierra en el hombre Jesús para expiar la inmensa culpa del pecado.... Y todos los que confiesan su pecado serán redimidos, porque al admitir su culpa se liberan voluntariamente de aquel que los hizo culpables y piden perdón, que también se les concederá por amor a Jesucristo....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Verkörperung als Mensch Folge der Sünde.... Erlösungswerk....

welche diese große Schuld erforderte. Es mußte also ein unfaßbar großes Sühneopfer gebracht werden, denn laut göttlicher Gerechtigkeit mußte Mir Genugtuung geleistet werden; die Sünde mußte gewissermaßen aufgehoben und ein ungeheurer Kaufpreis gezahlt werden für die Freiheit der Wesen, die im Bann sich befinden. Die Sündenschuld mußte getilgt werden.... Und dieses Werk vollbrachte der Mensch Jesus für die gesamte Menschheit.... Ihr Menschen könnet nicht die Größe dieses Liebewerkes ermessen, weil euch auch für die Größe der Schuld jedes Verständnis fehlt. Alles Wesenhafte, das Mir noch widersteht, lebt in dieser Sündenschuld, im gebundenen Zustand unbewußt, im Zustand des freien Willens, als Mensch, bewußt, weil dieser sich auch seines Schwächezustandes bewußt ist, seiner Kraft- und Lichtlosigkeit, solange er noch im Bann der Sünde steckt. Daß er dies zumeist nicht eingestehen will, ist ein Beweis der Lichtlosigkeit und auch ein Beweis seiner Sündhaftigkeit, womit nicht immer ein sündiges Leben auf Erden zu verstehen ist. Die große Sünde der einstigen Auflehnung gegen Mich hat den gebannten Zustand verschuldet, und diese große Sünde muß zuvor getilgt werden, ehe das Wesen zu Licht und Kraft gelangt.

Der Mensch Jesus wußte um die große Not und das unsägliche Elend, in dem das gefallene Geistige sich befand; Er wußte auch darum, daß es unmöglich war, während des Erdenlebens die Schuld abzubüßen, und daß das Wesen auch im geistigen Reich nicht zur Höhe steigen konnte, weil die Last der Sünde es stets in die Tiefe zog und es sich nicht wehren konnte gegen die Kräfte von unten. Jesus wußte um den unglückseligen Zustand des Sündig-Gewordenen durch eigenen Willen, und Er wollte ihm helfen.... Er wollte die ungeheure Sündenschuld auf Sich nehmen, um ihm Erlösung zu bringen. Seine Liebe war übermenschlich groß, daß Er ein Werk zur Ausführung brachte, das in übermenschlichen Nöten und Leiden bestand. Er brachte Mir ein Sühneopfer. Er hat alle Menschen erlöst von der Sünde. Doch der freie Wille des Menschen wird nicht ausgeschaltet.... Das Erlösungswerk muß anerkannt und in Anspruch genommen werden.... es muß der Mensch auch seine übergroße Sündenschuld hintragen zum Kreuz des göttlichen Erlösers, er muß sich selbst erkennen und vor Ihm bekennen als Sünder, als schwacher, unzulänglicher Mensch, der gebunden ist und bleibt, so Sich Jesus Christus nicht seiner erbarmt und für ihn eintritt als barmherziger Mittler, Der seine Schuld zu tilgen bereit ist, sowie der Mensch an Ihn als Erlöser glaubt, Ihm reuevoll seine Sündhaftigkeit bekennt und um Vergebung seiner Schuld bittet. Das Erkennen und Bekennen seiner Schuld erst ist das Zeichen des Glaubens an Jesus Christus. Es muß der Mensch aus der Tiefe rufen zu Ihm, er muß Ihn um Hilfe anflehen in seiner geistigen Not. Er muß sich Ihm anvertrauen, er muß wissen und bekennen, daß er sich in der Tiefe befindet und Seine Hilfe benötigt, er muß die Hände ausstrecken nach Ihm und von Ihm Erbarmen fordern, dann erkennt er auch seine Schuld, seinen mangelhaften Zustand, der Folge der großen Sünde ist, die Anlaß der Verkörperung eines jeden Menschen auf der Erde war, und er muß in innigem Gebet den Beistand Jesu erflehen, um emporzusteigen zu Mir, Der Ich Selbst im Menschen Jesus zu Meinen Kindern auf Erden gekommen bin, um die ungeheure Sündenschuld zu tilgen.... Und allen wird Erlösung werden, die sich sündig bekennen, denn durch das Eingeständnis ihrer Schuld lösen sie sich willensmäßig von dem, der sie schuldig werden ließ, und fordern Vergebung an, die ihnen um Jesu Christi willen auch zuteil wird....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde