En la noche de la muerte, el amor de Dios por el ser ya no es efectivo, es decir su alejamiento de Dios hace que el ser sea insensible a éste, y por tanto su condición es extremadamente dolorosa, que sólo puede ser remediada, es decir, aliviada, si el ser a través de su voluntad se acerca nuevamente a Dios. Sólo entonces comienza lentamente a regresar del estado de total impotencia al estado de vida en el que el amor de Dios puede volver a actuar sobre el ser.
La esencia nunca está fuera del amor de Dios, pero mientras intente alejarse de Su amor, no tiene ningún efecto sobre él. Pero Él trata constantemente de persuadirla para que ella misa se conecte nuevamente al circuito del amor divino, y como al principio tiene muy poca voluntad o incluso una voluntad contradictoria, la ata hasta el punto de que es completamente incapaz de llevarla a cabo. Pero como el libre albedrío es la naturaleza original del ser, éste buscar escapar de este estado proscrito y después de infinitas veces se declara dispuesto a subordinarse a la voluntad de Dios y por tanto actuar según Su legislación que es la base de la creación de volverse activa....
Y entonces se le asigna esta actividad, se le concede un caparazón aflojado en el que ahora puede realizar lo que corresponde a la voluntad de Dios. Contra esto no puede actuar, porque se encuentra en un estado de obligación, está completamente sujeto a la voluntad de Dios, pero por su voluntad ha adquirido el derecho de cumplir una tarea en medio de la creación, que siempre será de servicio a otra obra de creación. Pero como necesita fuerza para cada actividad y ahora también dispone de ella, se ha hecho nuevamente capaz de recibir la fuerza del amor de Dios a través de su voluntad. Esta puede volverse efectiva en la esencia, incluso si la esencia misma pasa desapercibida en su oscuridad.
El reconocimiento de lo que significa para el ser la afluencia de la fuerza del amor sólo es posible en el estado del libre albedrío del ser, que ahora, encarnado como ser humano, puede emerger de las tinieblas del espíritu a la luz más brillante si usa su libre albedrío correctamente. Un desarrollo ascendente de la esencia sólo es posible a partir del momento en que el poder de Dios puede surtir efecto, y esta eficacia requiere inicialmente renunciar la resistencia a Dios. Incluso si el ser es demasiado débil para esforzarse hacia Dios, la falta de voluntad ya no es una resistencia abierta contra Dios, y la debilidad de la voluntad puede remediarse mediante del cuidado amoroso del ser perfecto, que constantemente trata de mover a esa persona al pensamiento dirigido hacia Dios, así como también a través de la oración de los humanos en la Tierra para todo lo débil que todavía languidece bajo el hechizo de la materia....
Si la esencia está dispuesta a servir, entonces ha superado su debilidad de voluntad y está progresando en su desarrollo ascendente. Y si, en la etapa humana, el servir en amor es el resultado de su libre albedrío, entonces el poder del amor de Dios se hace plenamente efectivo sobre él, entonces el ser humano ha pasado del estado de muerte al estado de vida, recibe constantemente fuerza de Dios y disminuye la distancia de Él y está constantemente activo en el amor.
Como ser libre y consciente de sí mismo, actuará según su propia voluntad y, sin embargo, estará sujeto a la voluntad divina, porque al estar inundado por el poder de Dios, que es el Amor en sí Mismo, todo su ser también debe ser amor, y este es el efecto del poder divino del amor, que el ser que no se cierra a Su poder de amor también se convierte en amor.... Este es el estado de vida, de estar conectado con Dios y de bienaventuranza, porque el ser siente el poder del amor como felicidad suprema, como cercanía a Dios y deseo de una actividad constante....
amén
TraductorIn der Nacht des Todes ist die Liebe Gottes an dem Wesenhaften nicht mehr wirksam, d.h., seine Gottferne macht das Wesen unempfindlich für diese, und darum ist sein Zustand ein äußerst qualvoller, der nur dann gehoben, d.h. gemildert werden kann, wenn das Wesen durch den Willen zu Gott Ihm wieder näherstrebt. Dann erst beginnt es langsam, aus dem völlig kraftlosen Zustand in den Zustand des Lebens zurückzukehren, in dem wieder die Liebe Gottes auf das Wesenhafte einwirken kann. Außerhalb der Liebe Gottes steht das Wesenhafte zwar niemals, doch solange es sich selbst Seiner Liebe zu entziehen sucht, ist diese auch wirkungslos an ihm. Er sucht aber ständig, es dazu zu bewegen, sich von selbst wieder in den Stromkreis göttlicher Liebe einzuschalten, und da es anfänglich zu willenlos ist oder gar im widersetzlichen Willen steht, bindet Er diesen Willen insofern, als daß er völlig unfähig ist zur Ausführung dessen. Da die Willensfreiheit aber des Wesenhaften ursprüngliche Beschaffenheit ist, sucht es diesem gebannten Zustand zu entfliehen, und es erklärt sich nach endlosen Zeiten bereit, sich dem Willen Gottes zu unterordnen und also nach Seiner Gesetzgebung, die der Schöpfung zugrunde liegt, tätig zu werden.... Und dann wird ihm diese Tätigkeit zugewiesen, es wird ihm eine gelockerte Umhüllung gewährt, in welcher es nun ausführen kann, was dem Willen Gottes entspricht. Dagegenhandeln kann es nicht, denn es befindet sich in einem Mußzustand, es ist völlig dem Willen Gottes unterworfen, hat aber durch seine Bereitwilligkeit sich selbst das Anrecht erworben, inmitten der Schöpfung eine Aufgabe zu erfüllen, die immer eine dienende sein wird einem anderen Schöpfungswerk gegenüber. Da es aber zu jeder Tätigkeit Kraft benötigt und also nun auch darüber verfügt, hat es sich selbst wieder durch seinen Willen empfangsfähig gemacht für die Liebekraft Gottes. Es kann diese an dem Wesenhaften wirksam werden, wenn auch von dem Wesenhaften selbst in seiner Dunkelheit unerkannt. Das Erkennen dessen, was der Zustrom der Liebekraft für das Wesenhafte bedeutet, ist erst im Zustand des freien Willens möglich für das Wesenhafte, das nun als Mensch verkörpert aus der Dunkelheit des Geistes ins hellste Licht treten kann, so es seinen freien Willen recht nützet. Eine Aufwärtsentwicklung des Wesenhaften ist erst möglich von dem Moment an, wo Gottes Liebekraft wirken kann, und diese Wirksamkeit bedingt vorerst das Aufgeben des Widerstandes gegen Gott. Selbst wenn das Wesen zu schwach ist, um Gott anzustreben, so ist doch die Willenlosigkeit kein offener Widerstand mehr gegen Gott, und die Willensschwäche kann behoben werden durch liebende Fürsorge des vollkommenen Wesenhaften, das unentwegt jenes zu Gott-zugewandtem Denken zu bewegen sucht, wie auch durch Gebet der Menschen auf Erden für alles Schwache, noch im Banne der Materie schmachtende Geistige.... Ist das Wesenhafte bereit zu dienen, dann hat es seine Willensschwäche überwunden, und es schreitet in seiner Aufwärtsentwicklung fort. Und ist nun im Stadium als Mensch das Dienen in Liebe Folge seines freien Willens, dann wird die Liebekraft Gottes voll wirksam an ihm, dann ist der Mensch aus dem Zustand des Todes in den Zustand des Lebens getreten, es empfängt unausgesetzt Kraft von Gott, es verringert die Entfernung von Ihm, und es ist ständig in der Liebe tätig. Es wird als freies, seiner selbst bewußtes Wesen handeln nach eigenem Willen und doch dem göttlichen Willen untertan, denn da es von der Kraft Gottes durchflutet ist, die in sich Liebe ist, muß auch sein ganzes Wesen Liebe sein, und es ist dies die Auswirkung der göttlichen Liebekraft, daß auch das Wesen zur Liebe wird, das sich Seiner Liebekraft nicht verschließt.... Es ist dies der Zustand des Lebens, der Gottverbundenheit und der Seligkeit, weil das Wesen die Liebekraft spürt als höchste Beglückung, als Gottnähe und Verlangen nach ständiger Tätigkeit....
Amen
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