8993 Todos los seres humanos deben ir su camino cargados con la cruz

11 de junio de 1965: Libro 94

No se puede deciros suficientes veces que todos vosotros debéis seguir el camino a la cruz, y que Yo tampoco puedo dispensar a nadie de este calvario porque todos vosotros estáis cargados con la culpa de pecados, la que el Hombre Jesús ha expiado... y que antes no podéis entrar en el Reino de Luz que únicamente Él os puede abrir.

Por eso, a vosotros los seres humanos, cada vez de nuevo hay que llamaros la atención sobre el porqué y la importancia de la Obra de Redención, porque la fe en ella está todavía muy débil. Siempre los hombres la tomarán por una leyenda cuya credibilidad se les quiere mostrar, pero que históricamente no puede ser comprobada.

Pero Jesús ha venido al mundo por una Misión muy importante, y también cumplió con ella, pasando por el calvario más pesado y cargándose con los pecados de toda la humanidad. Con los Sufrimientos más amargos y los dolores más agudos Él sufrió la muerte en la cruz, la que abre la Puerta al Reino de Luz a todas aquellas almas que de esta manera se someten a Su cruz - las que quieren formar parte de los redimidos los que Le confiesan sus pecados y Le invocan que se los perdone.

Porque únicamente la libre voluntad de aceptar la Obra de Redención y su Gracia sueltan vuestras cadenas con las que os ha atado aquel al que en tiempos remotos habías seguido voluntariamente, con lo que habíais pecado contra Mí... A vosotros los seres humanos ya no se puede presentar pruebas porque debéis creer que el Hombre Jesús, por vosotros, murió la muerte más cruel, para ofrecerme de esta manera la expiación como satisfacción por todo ello.

Pero vosotros lograréis a tener esta fe, y cada vez de nuevo os enteraréis mediante mi Espíritu que podéis profesar esta fe con toda convicción, porque precisamente esta forma de surtir efecto en el hombre sólo se hizo realizable mediante la muerte de Jesús en la cruz –la Obra de Redención–... que de nuevo se pueden manifestar en el hombre las aptitudes que durante tanto tiempo estaban cegados mientras el hombre todavía se encontraba debajo de la carga de su pecado original.

Y este efecto surtido por el Espíritu siempre tendrá lugar, siempre y eternamente... y siempre y eternamente los seres humanos podrán tomar nota de la gran Obra de Compasión, la que el Hombre Jesús ha realizado a causa de la culpa original... Porque no se trataba solamente de una obra humana, sino que Yo mismo me hallaba en el Hombre Jesús, y así expié vuestra culpa... porque a Él le incitó el Amor para cargarse con este gran sufrimiento - el Amor que era Yo mismo y que en toda Plenitud podía penetrar al Hombre Jesús... de modo que el Amor mismo realizó la Obra de Redención... sólo que para Mí el Hombre Jesús era una envoltura para que pudiera sufrir y morir visiblemente para los hombres, porque Yo como Dios no podía sufrir...

Pero Él guardó este cuerpo suyo para que ahora, como unido conmigo, para todos mis seres sea un Dios visible y siga siéndolo. Y ahora también comprenderéis que ningún ser humano puede pasar ante la cruz ignorándola, si un día venidero quiere regresar al Reino de los espíritus bienaventurados... y también comprenderéis por qué el pecado original os separa eternamente de Mí... y que por mi Justicia Yo sólo puedo redimirlo si vosotros reconocéis el mayor sacrificio de Amor y si pedís remisión.

Sólo entonces podréis regresar a vuestra Casa paternal, la que en otros tiempos habíais abandonado voluntariamente, siguiendo a las profundidades a aquel que es un enemigo de toda Vida que también a vosotros os quiere mantener en el estado de muerte. Pero vuestra voluntad es libre, y del mismo modo también podéis seguir el camino a Mí, a Jesucristo, para volver a ser bienaventurados y para seguir siéndolo eternamente.

Yo no puedo privaros de la libertad de la voluntad, pero tampoco mi adversario puede obligaros a prestar vuestra voluntad a él. Pues vosotros mismos debéis decidiros, y por eso cada vez de nuevo se os llama la atención sobre Jesucristo y su Obra de Redención... y se os llama la atención sobre su Calvario... sobre su muerte amarga y cruel en la cruz... para que también en vosotros se despierte la consciencia que vosotros mismos disteis lugar a esta Obra de Expiación... y para que os pongáis en el camino debajo de su cruz, para que voluntarios le confeséis vuestra culpa y le roguéis por Remisión.

Y mi Amor infinito os absolverá de vuestra culpa... mi Amor infinito que se hallaba en el Hombre Jesús soltará vuestras ligaduras y os abrirá la Puerta por la que podréis entrar en mi Reino donde hay Luz y Bienaventuranza... donde de nuevo os podrá penetrar mi Luz de Amor, tal como fue al principio.

Amén.

Traducido por: Meinhard Füssel

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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