8929 Ser humano es el resultado de defenderse de la fuerza divina del amor...

9 de febrero de 1965: Libro 94

Vuestro estar en la tierra es el resultado de vuestra ofensa contra Dios, es el resultado del rechazo de Su fuerza de amor, porque por esto perdisteis todo poder creador y toda luz, caísteis al abismo, estaba oscuro en vosotros y alrededor de vosotros... perdisteis todo conocimiento, todo concepto de Dios y por consiguiente también toda dicha que sólo podía emanar de Dios y llenó los seres que no se habían transgredido contra Él. Caísteis en un estado horrible, que os trajo tormentos de proporciones inmensas y por un tiempo indefinidamente largo.

Pero también debéis saber que la defensa contra Su fuerza de amor fue vuestro libre albedrio, que nadie os obligo a hacerlo, que lo terminasteis en el más claro conocimiento de vuestro estado de extrema felicidad volviéndoos a aquel que era visible para vosotros, aunque sabíais que él también había surgido primero de Dios.

Esta era una culpa sumamente grande que habíais tomado sobre vosotros mismos y, sin embargo, no hay nada que no puede cambiarse de nuevo a un estado de suprema felicidad... No hay nada que pueda resistir Su amor infinito... Y el tiempo no existe para Él, porque Él es desde la eternidad y lo será por toda la eternidad... Solo que todo tiene que desarrollarse según la ley, Él no puede obrar en contra de la ley, y todo tiene que ajustarse a la ley del orden eterno para volver a ser perfecto como era en el principio. Porque salirse de la irradiación de amor de Dios era una ofensa al orden divino, que no podía ser expiada de otro modo que de nuevo a través de una obra de amor, como la realizó el hombre Jesús.

Pero también requiere esta larga caminata a través de las creaciones de la tierra de antemano, donde lo caído a través de los tormentos en el estado atado expía en parte la rebelión contra Dios, donde la resistencia contra Dios se calma lentamente hasta que el ser entonces camina sobre la tierra como ser humano, donde debe tomar la última prueba de voluntad, volverse a Dios por su propia voluntad... o volverse de nuevo a aquello que fue la razón de su caída al abismo...

Cuando vosotros los humanos consideráis que no podéis ser felices sin la irradiación del amor de Dios, que antes erais criaturas impotentes y sin luz porque en otro tiempo entregasteis la luz y la fuerza... entonces también comprenderéis que vuestra existencia como ser humano no es y no puede ser un estado feliz, porque todavía estáis bajo los efectos de vuestro pecado, que os cargará por tanto tiempo hasta que hayáis encontrado el perdón por medio de Jesucristo... Y esto todavía tenéis que pedirlo en la vida terrenal si queréis entrar en el reino del más allá, sin gravamen, donde podéis morar de nuevo en la luz, en fuerza y libertad...

Pero si vosotros, humanos, ignoráis esta obra de misericordia que Jesucristo ofreció por vosotros, entonces nunca os libraréis de esta culpa, y el adversario de Dios logrará volveros a poner en su poder si no os insertáis en la ley del orden divino, que consiste en que viváis una vida de amor. Entonces todavía podéis a encontrar a Jesucristo en el reino del más allá, porque entonces Él no dejará que os perdáis... Pero existe el gran peligro, y es particularmente fuerte en el tiempo del fin, que os falta completamente la fe en Él como Redentor divino en Quien Dios Mismo se hizo hombre... Y entonces es de esperar (temer) una recaída en el abismo. Y comienza de nuevo un tiempo de tormentos interminables para lo espiritual caído, de los que sin embargo no puede prescindir, para conducirlo a la luz del conocimiento... a la irradiación de la fuerza del amor de Dios...

Pero entonces el tiempo del pasado también le parecerá un momento, entonces agradecerá a su Creador y lo alabará por la gloria que ahora podrá disfrutar. Porque haber salido del orden también debe implicar su justo castigo, que es ley desde la eternidad y, por lo tanto, no debe ser considerado como una falta de amor de Dios.

Porque Su amor también persigue lo que ha caído, y Su amor también ha creado la oportunidad para volver a alcanzar la cima... Su amor permitió que el mundo llegara a existir con todas sus obras, y Su amor dispuso todo de tal manera para que el desarrollo ascendente pueda tener lugar ello... Y este amor también logrará que un día todo lo creado sea feliz sin medida..._>amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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