8899 Respuesta por Habermann - ( Edición y divulgación de las Manifestaciones )
24 de diciembre de 1964: Libro 93
Ya se os ha dicho muchas veces, que la divulgación de la Verdad es sumamente importante, pues de la orientación de los hombres en la verdad depende su vida en la Eternidad y por eso debe ser hecho todo, para someter a los hombres a que consideren, pues, la Verdad. Pero Yo conozco el corazón de cada uno de los hombres. Yo sé quien es receptivo a ella, y Yo sé también los caminos, para alcanzar a todos esos hombres que son receptores sensibles, que tienen un corazón de amor servicial y que así por eso también reunen la comprensión para la Palabra que se les ofrece desde lo alto. Y Yo dejo que estén informados de ello, uniéndo Yo los hilos más singulares y dirigíendo allí Mi Palabra, donde es recibida con corazón agradecido. Y allí también encontrará divulgación nuevamente, quizás sólo raras veces, puesto que los hombres del mundo no sienten deseos de ella, y a los que se les puede dirigir, sólo son pocos. Pero algo no se debe olvidar, de que Mi Palabra sea ofrecida con amor, para que pueda ser eficaz, y que tiene que ser un corazón amoroso el que la reciba. Por eso es cada trabajo bendecido, que sea llevado a cabo bajo este punto de vista.
Y comprenderéis ahora que cada trabajo minucioso me es agradable, donde Yo Mismo puedo hablar al corazón de cada hombre y que también será sentido como Mi Alocucion a él directa, así como también bendiciré a cada cooperador que desinteresadamente entra en acción para la divulgación de Mi Palabra. Pues Yo me preocupo en verdad por cada uno, que como Mi gañán me sirve, Yo me cuído de él como un Padre de familia, de tal modo que pueda transmitir Mi Palabra a cada uno que la recibe, exactamente así como el mismo la ha recibido de Mí: como un obsequio de Gracia de Amor.
Además Mi Palabra no es ninguna mercancia comercial, mas la que siempre puede llegar a ser, si hombres que no están iluminados se ocupan de ella, quienes no saben ni estiman su valor ni pueden reunir la comprensión necesaria para ello y hacen de ahí un artículo de la masa, lo cual sólo desprecia el conjunto entero y ni tampoco se envíe a aquellos que igualmente no la dignifican ni aprecian como Mi Arenga. El círculo de esos que podrán ser aún impresionados de ella, es muy pequeño, y será, con seguridad, agarrado por Mí. Encontraréis cada vez de nuevo algunas almas, las que, por otro lado entonces, están completamente convencidas de Mi Amor y Gracia. Pero querer hablar a las masas de esto es un esfuerzo de amor inútil. Pues los hombres se dejarán, cada vez más, cautivar del mundo, y prefíeren mucho más oír a la voz del mundo.
Todo hombre de espíritu despierto, sabe lo difícil que es ganarse a sus semejantes a que recíban Palabras de lo alto. Él sabe que el obrar del enemigo es tan sumamente evidente que ellos no tienen ningún anhelo al obsequio amoroso ofrecido de Mi Mano. Y ya eso sólo dibiera haceros pensar, que con los muchos escritos dirigidos espiritualmente, pero que no tienen su origen en Mí Mismo, estos Míos sólos los multiplicarían un poco más, para lo que se requiere el despertar espiritual, para poder reconocerlos como Mi Palabra, ya que ese despertar apenas se puede encontrar. Pero sin embargo, Yo Mismo conozco las almas, a las que Yo les puede llevar Mi Palabra. Cuál es el lapso de tiempo que tenéis aún a disposición, saber de eso es incapaz a vuestra alma, pero os espantaríais si supiéseis que cerca estáis antes del fin. Por eso pído a Mis obreros en la Viña cada vez de nuevo y los exhorto requeridamente a la más aplicada actividad. Cada uno que haga, lo que esté en sus fuerzas, que sea incansable, pues todo lo que sea transmitido a los hombres, eso le será una vez el más rico tesoro que le seguirá en la Eternidad, o le dé consuelo y fuerza en tiempos de la mayor desgracia espiritual, que aún tenéis ante vosotros. Mas Yo Mismo estaré con todos los que me sirven y bendigo su actuación y actividad, porque es extremadamene importante, y que valga a todos que están enredados en el error y ansían de todo corazón la Verdad.
Para que se deshagan y estén libres de todo error. Yo sé qué peligroso es el error, Yo sé también quien quiere liberarse de él, y Yo le dirijo por eso otra vez Mi Palabra pura, y le tengo en cuenta según su anhelo. Por eso la enviaré donde sea aceptada agradecida dócilmente. Y Yo sabré impedirla, (que un bien espiritual, salido de Mí en toda su pureza) a que llegue en manos injustas, pues el tiempo hasta el fin es breve, y el camino que tome esta Palabra, eso lo determino Yo Mismo, y Yo escogeré para eso siempre las Fuerzas colaboradoras justas, quienes la dejan invariable y a los que un santo temor le impíde efectuar un cambio, que no es Mi Voluntad. Pero no la dirijáis arbitrariamente. Por eso a vosotros Mis servidores en la tierra, se os anunciará siempre Mi incesante Protección, para que podáis efectuar libres vuestro trabajo, el cual consiste en divulgar en toda pureza Mi Palabra, dándola a aquellos que la anhelan, teniendo siempre cuidado de que quieran oírla complacientes, y que no la rechazen si se la ofrecéis. Las consecuencias de tal decisión que acarrea trás sí, puede ser una vida de maravilla entera en la Eternidad, pero puede conducir también al nuevo cautiverio.
Amén
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