Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8870
8870 Amantísima pero urgente amonestación de Dios...
19 de octubre de 1964: Libro 93
Habéis estado a una gran distancia de Mí durante tiempos interminablemente largos y ahora podéis eliminar por completo esta distancia en la vida terrenal, podéis uniros Conmigo nuevamente y entrar en el reino del más allá con la mayor felicidad. Vosotros tenéis la oportunidad de hacer esto, y todo en la vida se os ofrece de tal manera que sólo tenéis que ser de buena voluntad para llevar con éxito la vida en la tierra. Pero Yo digo: Si sólo sois de buena voluntad... es decir, si volvéis vuestra voluntad hacia Mí, entonces vuestra voluntad es buena y entonces seguramente lograréis vuestro objetivo...
Porque solo se trata de esta voluntad vuestra, que se decide libremente por Mí, por el bien, por lo divino, por todo lo que corresponde al principio del orden eterno. Entonces el ser humano vuelvo al estado en que estaba en el principio, ha vuelto a regresar y se ha convertido en un ser perfecto como lo era en el principio... Pero este camino de regreso también es una lucha, porque Mi adversario lucha igualmente por sus almas y que el hombre por tanto tiene que decidirse libremente a quien quiere pertenecer, eso debe ser comprensible para vosotros, y por eso la vida terrenal no es fácil, os exige fuerza de resistencia y perseverancia, que también garantizan el objetivo correcto.
Pero ahora... hacia el final... se os impondrán mayores exigencias, tenéis que hacer todo lo posible para no volveros indiferentes... Vuestra fuerza de resistencia tiene que crecer y vuestra voluntad debe hacerse más fuerte, y por eso necesitáis la ayuda de Jesucristo, Que con gusto responde a vuestro llamado para fortalecer vuestra voluntad... porque solo Él puede transmitiros la fuerza de voluntad que os falta en la lucha contra vuestro enemigo si queréis alcanzar vuestro objetivo... Sin Él apenas podéis ser de una buena voluntad... porque esta es buena si encendéis el amor en vosotros mismos, y el amor también reconoce a Jesucristo como Redentor de los hombres...
Pero entonces no necesitáis temer al adversario, porque por más que se enfurezca entre los hombres para no perder sus seguidores, no puede luchar contra la “buena voluntad” ya que esta ya está vuelta hacia Mí y se mantiene vuelta hacia Mí por toda la eternidad... Tan pronto como dejéis vuestra antigua resistencia contra Mí, os abrís de nuevo a Mi iluminación de amor que ahora hace que os transforméis de nuevo en vuestro ser original, que ahora sois de nuevo Mis hijos, que ahora puede obrar y crear según Mi voluntad como una vez, pero quienes ahora ya no sólo son Mis “obras”, sino que han llegado a la filiación de Dios por su propia voluntad.
Cuando Yo haya logrado este objetivo, entonces he tenido éxito con esa obra de repatriación; probablemente habéis estado separados de Mí por un tiempo interminable mente largo, y este fue un estado de infelicidad, pero entonces es solo como un momento para vosotros, medido en términos de eternidad en la que podéis disfrutar de la mayor bienaventuranza. Ojalá que todos vosotros creyerais en estas Palabras Mías y os esforzarais durante el corto tiempo en la vida terrenal en lograr este objetivo... no le considerarais a Mi oponente el derecho a influenciaros... Solo necesitáis una voluntad correcta y fortalecerla invocando a Jesucristo, y seríais libres de quien que os mantiene atados ya durante tanto tiempo...
Si tan solo escucharíais Mi voz, que os suena desde lo alto, que os advierte y os recuerda el tiempo venidero donde él se enfurecerá aún más violentamente para derribaros... Pero escucháis más la voz del mundo, perderéis Mi Palabra sanadora... Y Yo no puedo ayudaros porque vosotros mismos no queréis ser ayudados... El último tiempo pasará, porque todas las profecías se cumplirán y viene como está escrito.
Todos vosotros perderéis la vida, y si no estáis entre los que son Míos, a quienes puedo raptar al final, entonces sólo os queda el último juicio... que seréis de nuevo desterrados en la materia, para volverá cubrir de nuevo el camino interminablemente largo, hasta que nuevamente os enfrentáis a una nueva decisión como ser humano: confesaros a Mí o a Mi oponente... pero que entonces podéis fallar tal como estáis fallando ahora. Pues vosotros mismos lleváis vuestro destino en la mano, pero también podéis aprovechar todavía el tiempo hasta el final, si tan solo sois de buena voluntad...
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise