Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8723
8723 Confesar a Jesús ante el mundo en la batalla final de la fe...
12 de enero de 1964: Libro 92
Una y otra vez se os da la información donde os movéis todavía en el pensamiento equivocado, donde aún no poseéis la luz correcta... donde aún c. arecéis de verdad. Y siempre hay áreas que solo el espíritu en vosotros puede abriros, porque los resultados intelectuales no se pueden probar y, por lo tanto, también cambian a menudo. Pero el Espíritu “os guiará a toda la verdad”, como os lo he prometido. Si ahora suponéis que Mi oponente es superior a Mí en poder, porque obviamente ha estado obrando últimamente y está logrando mucho más éxito que Yo en la batalla por las almas de los hombres, entonces todavía estáis pensando mal, porque su poder es únicamente el resultado de vuestro libre albedrío...
Así que uno podría decir que vosotros sois más fuertes que Yo... porque Yo no toco vuestro libre albedrío, pero también sé sobre el resultado de todo lo que vosotros humanos todavía hacéis en asociación con el príncipe de las tinieblas hasta el final... Y por eso os doy rienda suelta a él y a vosotros, pero ninguno de vosotros triunfará sino que tendréis que cargar con las terribles consecuencias de la maldad, porque Mi poder solo entra en juego cuando Mi oponente ha superado su autoridad...
Solo la persona que cree profundamente sabrá acerca de las correlaciones y, a pesar de todas las apariencias externas, creerá inquebrantablemente en Mi amor, sabiduría y poder. Todos los demás dudarán de un Dios de amor y fuerza por que pueden seguir el comportamiento de aquel que está en contra de Mí y en contra toda la fe. Y también se requerirá de una fe fuerte para mantenerse firme durante este tiempo, porque el ajetreo del oponente tomará proporciones que lo harán claramente reconocible. Pero la gente mantiene sus ojos cerrados y está dispuesta a lo que él le pida...
Entonces estallará la batalla de la fe... Y ese es el tiempo anunciado de palabra y por escrito, el tiempo en que debéis confesarme abiertamente ante el mundo por Mí o por él... Y esta confesión abierta exijo de vosotros, y entonces no podréis decir que basta un reconocimiento interior de Mí Mismo, porque Yo Mismo os he dicho: “Quien Me confiesa ante el mundo, Yo también quiero confesarle ante el Padre...” Y eso siempre se ha de entender de tal manera que tenéis que defenderme abiertamente cuando se os exija esta decisión.
Es la última, pero probablemente muy difícil prueba de fe, que los Míos también pasarán, porque ellos también sacarán la fuerza de Mí, por eso aceptarán toda adversidad y saben de qué se trata... Pero aquellos que no tienen una fe viva, que no pertenecen a la iglesia que Yo Mismo fundé en la tierra, su fe fallará, no se mantendrán firmes cuando se le exija la confesión abierta, Me negarán, y no se excusarán con el hecho de que creen en Mí de corazón, porque está confesión abierta primero dará a los hombres fuerzas para perseverar hasta el fin, los llamará entre los Míos, a quienes Yo Mismo llevaré al reino de la paz...
Y todos vosotros tendréis que reunir este coraje para confesar si queréis aceptar también el precio más alto por vivir en felicidad y paz en la tierra nueva, donde ya no os oprime el sufrimiento y el miedo. Y cada uno también reunirá el coraje de confesar, quien ha llegado a la fe viva y la verdad a través de una vida de amor, mientras que los cristianos muertos fracasarán, incluso si ocupan puestos altos y supremos en las organizaciones eclesiásticas, que sin embargo tienen una orientación mundana y representan herejías y por lo tanto no tienen fuerza para resistir. Y entonces la obra de Mi adversario ciertamente saldrá a la luz y la gente dudará del poder de un Dios, porque ese poder parece mucho más fuerte...
Sin embargo, es solo una pequeña manada la que permanecerá fiel a Mí, y es por eso que el final también ha llegado irrevocablemente, porque la mayoría de las personas son demonios que ya no tienen derecho de vivificar la tierra, que nuevamente serán arrojadas a las profundidades más profundas y allí tienen que emprender de nuevo su camino de desarrollo porque de otro modo ya no es posible la redención. Y vosotros, hombres, por lo tanto, también debéis moveros en el pensamiento correcto en eso; debéis saber que esto también es un engaño consciente por parte de Mi oponente cuando quiere haceros creer que una confesión interior a Mí es suficiente cuando se os exija la decisión. Tenéis que ser abiertos y claros y confesarme ante el mundo, de lo contrario fracasaréis en la última lucha en esta tierra...
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise