Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8721
8721 Los debates sobre la verdad deben llevarse con amor...
10 de enero de 1964: Libro 92
Es necesaria una gran paciencia y perseverancia para introducir a los hombres a la verdad, ya sea por parte de los seres de la luz en la tierra o también en el reino espiritual o por parte de los hombres que están en posesión de la pura verdad en la tierra y deben transmitirla a sus semejantes. Porque en cuanto el grado de madurez de éstos deja todavía algo de desear, les falta la comprensión y muchas veces también la buena voluntad y ningún hombre puede ser forzado a la verdad. Y sólo hay una cosa que entonces promete el verdadero éxito: cuando el amor presenta la verdad... Porque ningún ser puede resistir al amor a la larga...
En primer lugar, el Amor Eterno Mismo transmite la verdad a los hombres... Transmite la verdad a través de los seres de luz dondequiera que todavía haya oscuridad en la tierra o en el más allá... Y el amor es una luz... Así el amor irradia una luz en la oscuridad que también puede ser vista por las almas y es sentida como luz, como un beneficio al que se abren, y esta luz volverá a radiar en la tierra allí donde el amor llene un corazón, y entonces también será reconocida y aceptada como un don de la gracia de Dios...
Y también el hombre que la transmite debe llevar una vida de amor, el amor al prójimo le debe moverlo a seguir irradiando la luz. Entonces también será aceptada por parte del semejante y reconocido como un don de gracia. Pero eso requiere mucha paciencia y perseverancia. Porque no todos los hombres encienden una luz dentro de sí mismos y, por lo tanto, a menuda habrá más resistencia que aprobación. Sin embargo, si un portador de luz se dedica a su prójimo en amor, entonces no faltará el éxito, su amor despertará a mor a cambio, y el amor es una fuerza que siempre tiene un efecto en el orden divino. Pero el orden divino es perfección, el orden divino es todo lo que lleva a la perfección. Y por eso la gente tiene que llegar a la verdad, entonces también se moverán en el orden divino, llevarán una vida de amor y se perfeccionarán.
Vosotros, los hombres, que ahora debéis llevar Mi Palabra al mundo, vosotros que debéis difundir el Evangelio del amor y queréis también tener éxito, no debéis dejar de cansaros de dar amor al semejante y, por tanto, irradiadlo con vuestra luz de amor, y tal rayo de amor no queda sin efecto mientras la voluntad del prójimo sea buena... Sin embargo, si se aleja completamente de vosotros, entonces el oponente tiene la supremacía y no podéis arrebatarle el alma mientras que esta se confiesa a él.
De la misma manera, los seres de luz en el más allá tienen poco éxito con las almas con todavía son adictas al oponente, y como también respetan la voluntad, tienen que tener mucha paciencia perseverancia hasta que logren un progreso con las almas confiadas a su cuidado. Porque ningún alma, ya sea en la tierra o también en el más allá, está sin protección espiritual, sin guía espiritual, solo su voluntad es y queda libre, y solo el amor puede cambiar esto, que también a menudo puede durar a menudo tiempos infinitamente largos, pero una vez el alma se dejará vencer voluntariamente por el amor.
Vosotros hombres en la tierra, que como portadores de luz debéis llevar la verdad a los hombres, vosotros mismos debéis volveros fuertes en el amor, debéis abriros al divino rayo de luz de amor para que llene completamente vuestro corazón, entonces el trabajo sobre las almas descarriadas también os será más fácil, podréis vencer toda resistencia en virtud de vuestro amor... la Enseñanza del amor de Jesucristo será aceptada y entonces también habrá una garantía de que las personas alcanzarán la pura verdad porque el Amor Mismo ilumina sus corazones y les permite ver claramente dónde está su meta y cómo pueden alcanzar esta meta.
Así se impide que el adversario de Dios tenga cualquier influencia, porque ésta será reconocida y desenmascarada, y su obra contra la verdad ya no es posible...cuando la verdad una vez se haya abierto paso... y sólo necesitáis oponerle a él y a su obra el amor, y lo venceréis por completo en virtud de vuestro amor, contra el cual él es completamente impotente...
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise