Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8640
8640 “Qué se entiendo por “creencia”...
9 de octubre de 1963: Libro 91
A vosotros, los humanos, se os pide que creáis en algo de lo que carecéis de pruebas... Se os pide que aceptéis lo que os es comunicado como verdad... Se os pide que vosotros también lo confeséis. Esta es creencia... Así que tenéis que confiar en el conocimiento de aquel que está tratando de impartiros su conocimiento, y dependiendo de su credibilidad, aceptáis el conocimiento... el conocimiento terrenal ahora puede ser corroborado por evidencia, y sin embargo, es posible que tal evidencia no sea accesible para vosotros los humanos... pero a pesar de todo estaréis convencidos de la verdad si tenéis completa confianza en quien os imparte el conocimiento.
Tal creencia no es nada fuera de lo común, es simplemente confiar en que el prójimo está debidamente informado y que lo que imparte puede ser aceptado con seguridad. Pero es diferente con el conocimiento espiritual para el cual no se pueden proporcionar pruebas. Entonces depende de vosotros mismos si depositáis tanta confianza en el mediador del conocimiento espiritual que lo aceptáis sin dudar... que creéis lo que dice. Y sabéis que todo ser humano puede errar, que sólo por parte de Dios queda excluido todo error...
Ahora bien, ¿cómo debéis obtener la convicción eterna de la verdad de lo que debéis creer? Porque sólo una fe convencida tiene valor. No se pueden proporcionar pruebas, y la persona que os imparte un conocimiento también puede impartiros información espiritual errónea, que probablemente no contradecís y así fingís una “creencia” al mundo exterior, pero que no se puede llamar como “fe” mientras la gente carece de convicción interior. Y el hombre solo puede recuperar esta convicción interior a través de Dios Mismo, de Aquel, Que todo lo sabe y Que quiere también dar a Sus criaturas una luz para que puedan salir de las tinieblas del espíritu.
Así que la persona que quiere ganar una fe convencida debe dirigirse a Dios en pensamientos o en oración. Pero solo la persona se dirige a Dios, que se confiesa interiormente a Él, y se siente unida a Él y que por tanto también está interiormente unida a Él porque vive en el amor. Ninguna persona tendrá una fe viva si no tiene amor... Porque el entendimiento no podrá darle la convicción porque las áreas espirituales, el conocimiento espiritual, no podrán ser explorados con el entendimiento.
El hombre nunca alcanzará intelectualmente un conocimiento espiritual. El entendimiento bien puede meditar el conocimiento recibido a través del corazón y tomar una posición al respecto, y tan pronto como el amor llena a una persona, el entendimiento tampoco lo resistirá. Entonces aceptará indudablemente el conocimiento espiritual, aunque se lo es ofrecido por un semejante, porque el amor en el hombre le da la luz de la cognición.
Que se os diga una cosa, que no hay fe viva sin amor, que el entendimiento no puede sustituir al amor cuando se trata de un conocimiento puramente espiritual...que, por otra parte, el conocimiento terrenal, cuyas pruebas sólo son inaccesibles al hombre, puede ser aceptado creíblemente por el entendimiento en cuanto el maestro le parece creíble.
Pero para el conocimiento espiritual no hay pruebas, sin embargo, la creencia en ello puede convertirse en una convicción en el ser humano, pero solo cuando el ser humano a través de una vida de amor alcanza un conocimiento que le es impartido por Dios Mismo a través del Espíritu... Entonces esta “obra del Espíritu en el ser humano” es prueba suficiente, y entonces probablemente también se puede hablar de una “fe”, y sin embargo, no es una fe muerta, sino que ha cobrado vida por el amor, y el ser humano ahora representa aquélla von convicción, que no se puede probar con pruebas.
Sin embargo, si ahora un ser humano tiene plena confianza en quien le enseña, también sobre el conocimiento espiritual, entonces también podrá creer, aceptará sin examen si él mismo lleva una vida de amor, y se basará en el conocimiento espiritual que le ha sido impartido, es decir, base siempre su vida en el conocimiento y haga suya la voluntad de Dios, que llega a conocer a través del conocimiento espiritual. Y si vive según la voluntad de Dios, entonces también habrá luz en él y aprenderá de distinguir la verdad del error, también llegará a ser sabio y ganará una fe viva, es decir, convencida..._>amén
Traducido por Hans-Dieter Heise