Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8555
8555 Recibir la Verdad obliga - Errores
11 de julio de 1963: Libro 90
Vosotros propagad la Verdad. Eso es vuestra misión, que en libre voluntad habéis aceptado y que debéis ejecutar también, si me queréis servir como Mis discípulos del tiempo del fín. Mas divulgar la Verdad incluye también en sí, que habléis en contra del error, desde el momento que este os sea evidente como error. Cada vez de nuevo os digo que no podéis ser tolerantes, si se trata de la pura Verdad que sale de Mí, que tenéis que representarla defendiéndola con todo celo y que por eso no debéis dejar que exista el error a causa de una supuesta tolerancia. Tenéis que estigmatizarlo como error y no tenéis que recelaros de proceder en contra, pues él es la obra de Mi enemigo y jamás apropiado para proporcionar al alma de los hombres una ventaja.
Y justamente vosotros, los que conocéis el error, porque habéis sido instruídos en la Verdad a través de Mí Mismo, no temáis, pues tenéis el derecho a ello, porque Yo os envío fuera como portadores de la Verdad y os abastezco copiosamente de bienes espirituales, que os autoriza vuestra preferencia de ir en contra del error, pues podéis refutarlo y marcarlo como obra de Mi adversario. Donde hay error allí está él actuando, pues de Mí sólo sale la Verdad más pura, pero él trata incesantemente de socavarla. Los hombres tienen libre voluntad, y a donde ésta se dirija, allí será agarrada. Si busca la unión Conmigo, se le ofrecerá en verdad la pura Verdad también, y con ella que trabaje ahora también, es decir, que la transmita a sus semejantes, a los que están hace tanto tiempo en un confuso razonamiento, hasta que no sean enseñados por Mí Mismo como la Verdad eterna que soy.
Mi enemigo tratará de actuar en la misma forma y también tendrá éxito en los hombres que están conscientes de la gran responsabilidad, en los que no están en claro sobre lo que significa de recibir la Verdad más pura y transmitirla, los que no temen el error, como él tiene que ser temido, y que por eso tampoco se defienden interiormente, cuando Mi enemigo les proporciona el error. Mi enemigo se enmascarará también como ángel de luz, a vosotros, sin embargo, Mis portadores de la Verdad, él no podrá engañaros, y vaís a reconocer su actuar y también debéis entonces ir en contra, pues esa es vuestra misión, para la que os habéis ofrecido voluntariamente.
Donde descubráis una forma errónea de pensar, aclarad a los hombres sobre la Verdad pura, ayudádlos a que se desprendan del error, a reconocer lo verdadero, y ponédle ante sus ojos también cada una de sus comprensiones erróneas, clara y francamente, para que ellos también lleguen a la Verdad y se liberen de Mi enemigo, quien los ínfluye siempre todavía, y que puede hacerlo, porque tiene aún, de algún modo derecho a causa de la similar disposición de aquellos que él ha traslado en ese error.
No es aconsejable separarse de los hombres que han sido engañados, sino que se les debe ayudar a que reconozcan su error y que se declaren dispuestos a aceptar la Verdad, entonces le resultará en bendición a él mismo, y entonces es primeramente cuando me podrá él ser un justo obrero en la Viña.
Un portador de la Verdad no puede ser tolerante y dejar a su semejante, por consideración, en el error. Tiene él que subrayar sinceramente, que ese no es encuentra en un modo justo de pensar, de que él está influenciado por Mi enemigo, igual de qué modo se le proporcionó el error. Pues el enemigo podrá siempre intervenir en los pensamientos de un hombre, que no se adhiere tan íntimamente a Mí, para que pueda protegerlo.
Pero que conste que Yo Mismo no dirijo bienes espirituales a un hombre que no correspondan a la Verdad, y que el hombre tiene que estar en claro de ello, de lo contrario, en verdad, podría ponerse en duda Mi Amor, Sabiduría y Poder. De ahí se deduce, que una transmisión directa de Mis Palabras a un hombre, jamás ha tenido lugar si está unido al error.
Vosotros hombres no podéis tener suficiente cuidado, y tenéis que temer siempre la influencia del enemigo, mientras no os hayáis ofrecido a Mí completamente y me pidáis que os proteja, que en verdad lo ortogaré, al que le sea seriamente importante estar por eso en la Verdad plena y sólo quiera distribuir la pura Verdad a sus semejantes, si están nombrados por Mí parte para esta Verdad. El error es un veneno verdadero para el alma del hombre, por lo que debéis proceder en contra de él y poner siempre en su lugar de nuevo la Verdad pura, pues la habéis recibido de Mí, porque es necesario que en la oscuridad irradie luz dentro. Vuestra libre voluntad tolera la irradiación de pensamientos erróneos, pues si os defendiérais en contra con la conciencia, de querer servir sólo a la pura Verdad, de ese modo no hubíera podido tener cabida ideologías erróneas en vosotros, hombres. Pero jamás puedo Yo admitir y elogiar algo que contradice a la pura Verdad, que como según dicen, ha salido de Mí. Por lo tanto, que siempre sea para vosotros lo más importante difundir la pura Verdad, y acusad al error con el combate inexorablemente, y obraréis en Mi Voluntad y en Mí Poder.
Amén
Traducido por Pilar Coors