Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8413
8413 “Obrad, mientras todavía es de día...”
16 de febrero de 1963: Libro 88
Todavía es de día cuando estáis en la gracia de recibir la luz, porque de Mí brota mucha luz para vosotros que abrís los ojos y deseáis la luz... pero el día está llegando a su fin y le sigue una noche de un tiempo interminable para aquellos que no usaron la luz del día para el trabajo en sus almas, que no buscaron y encontraron el camino correcto que lleva hacia arriba hacia la Luz Eterna, donde ya no hay noche... Llegáis tarde en la hora, y por eso se os advierte en voz alta que aprovechéis los últimos rayos, la última luz antes de anochecer, porque también podéis recuperar mucho en poco tiempo si sólo os lo tomáis en serio de querer escapar de la noche eterna.
No seguid a aquel, que os quiere llevar de regreso a las más profundas tinieblas, sino volved la mirada hacia arriba, hacia Mí, de Quien emana la luz, que os hará inmensamente felices, vosotros que queréis huir de las tinieblas. Pero el tiempo se acerca cada vez más, el reloj mundial no se detiene, y la noche cae para los hombres que pasan indiferentes y no piensan en sus almas. Y lo que esta noche significa para ellos no lo podéis entender, de lo contrario haríais todo lo posible para escapar de ella... Para el alma, la noche significa una recaída en las tinieblas más profundas, significa una disolución renovada y un destierro renovado en la materia sólida, significa un camino renovado a través de la creación de la nueva tierra, en la agonía de ser atados, que ya habían experimentado y superado una vez antes...
Pero se os advierte y amonesta una y otra vez, y se intenta todo para describiros la noche lo más negra posible... Sin embargo, no creéis y tampoco se os puede probar. Pero las Palabras os son bien conocidas: “Obrad, mientras aún es de día, porque viene la noche en la que ya no podréis obrar...” Pero vosotros solo lo entendéis como la muerte del cuerpo, pero no sabéis que se refiere de otra noche, porque la muerte corporal no tiene por qué significar nuevas tinieblas para vuestra alma; después de la muerte del cuerpo, el alma también puede entrar en la luz más brillante donde ya no hay más noche para siempre...
Asi que no hay que temer la muerte del cuerpo, ya que también puede hacer que las almas inmaduras que han partido busquen la luz en el reino del más allá... Pero la noche a que se refieren estas Palabras es de temer, porque dura tiempos eternos y significa tormentos interminables para las almas hasta que poco a poco alcanzan nuevamente la altura, para volver a llevar la existencia como ser humano en la tierra y enfrentarse a la misma decisión que ahora enfrenta el alma humana... Escuchad Mis advertencias y tratad de haceros una idea de este horrible encarcelamiento, del cual aún podéis escapar si sois de buena voluntad y os volvéis a Mí, a Quien no podéis negar cuando pensáis seriamente...
No os dejéis capturar por completo por Mi adversario, sino creed que hay un Salvador a Quien podéis llamar en busca de ayuda si vosotros mismos sois demasiado débiles... Jesucristo, el Redentor del mundo, Que venció al adversario y pagó también el precio por vuestra alma, si vosotros tan solo queréis que seréis libres de Mi adversario... Y entregaos a Aquel en Quien Yo Mismo me he hecho hombre, para redimiros de su poder para que volváis a ser felices... No dejéis que la noche caiga sobre vosotros, que os robe de nuevo vuestra conciencia del yo, porque ya os habéis acercado bastante a Mí cuando iniciáis vuestro camino terrenal como ser humano. No permitáis que esto sea vivido en vano y no dejéis que triunfe que solo quiere arruinaros, pero no quiere prepararos felicidades. Creed solamente que la noche caerá irrevocablemente, pues ha llegado el tiempo que le fue concedido a lo espiritual para su liberación de su forma y este tiempo también se observará, como está previsto en Mi plan de Salvación desde la eternidad...
Creedlo, que os sentiréis extremadamente cómodos cuando hayáis usado la luz del día y ya no tengáis temer a la noche, incluso cuando vuestra vida temporal haya terminado... Os levantaréis a la vida eterna y nunca más perder esta vida, que significa luz y fuerza y libertad en la felicidad... Por lo tanto, obrad mientras aún es de día porque la noche viene cuando yo no podréis obrar...
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise