Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8324
8324 Del culto: veneración a la madre de Jesús…. La actitud de los hombres a María, la Madre de Jesús
8 de noviembre de 1962: Libro 87
Todas las preguntas espirituales os serán respuestas, porque ellas contribuyen a la aclaración, donde debe ser diferenciada la Verdad del error. Mas siempre bajo la previa condición de que os importe la pura Verdad, porque en cuanto predomine en vosotros el deseo de ser corroborados en vuestro parecer, no sois todavía susceptibles para la pura Verdad. Tenéis que pedirme por la pura Verdad y querer recibir la respuesta.
La madre de Mi cuerpo terrenal fue desde la eternidad designada para ser la madre del Salvador de los hombres. Ella era un alma de Luz, que se encarnó en la tierra con motivo de una alta misión , por lo que podía ser llamada pura y perfecta en comparación a sus hermanas terrenas. Pero a pesar de eso tenía que recorrer una vida muy difícil, para alcanzar la meta más alta: La plena fusión Conmigo.
Con el cumplimiento de su misión adquirió también el derecho de ser el ser más santo en Mi Reino espiritual. Pues debido a su vía dolorosa que en la tierra tenía que recorrer, llegó a convertirse en Mi imágen. A causa de su amor por Mí, fue puesta en tal estado de sufrimiento, que espiritualizó su cuerpo también. Y de ese modo llegó a ser el prototipo ejemplar resplandeciente de una madre, que portó el sufrimiento más profundo por su Hijo. Sin embargo, no es Mi Voluntad la adoración divina que le rendís por parte de los hombres. Pues si bien ha sido la madre de Mi cuerpo terrenal, es, sin embargo, sólo también una figura de luz, que llena de amor y sabiduría, quisiera ayudaros a vosotros hombres a llegar a la luz y bienaventuranza.
Pero en Mi Reino sólo se puede alcanzar la bienaventuranza en la unión Conmigo. Pero la asociación Conmigo encuentra sólo un alma mediante la consciente aspiración y entrañable unión Conmigo. De modo que tengo que ser Yo el único que llene el pensamiento de ese que quiere ser bienavenutado, come el único digno de anhelo. Tiene que tratar de buscar la unión Conmigo en la libre voluntad, sin ser influído por Fuerzas espirituales, porque, si a esas fuerzas se les permitiera, todo hombre notaría su influencia, puesto que su amor es hacia los hombres demasiado grande, a los que quisieran ayudar.
Mas el alma en libre voluntad apostató de Mí, y por eso tiene que regresar a Mí en la libre voluntad. Toda influencia por parte de los seres de luz sería una limitación de la libre voluntad. El acto de la libre voluntad es el estímulo de modo propio o espontáneo de dirigir a Mí y orientar a Mí su voluntad, la cual se manifiesta en la consciente comunicación Conmigo, y esa ambición la apoyarán de todas las maneras los seres de luz.
Toda clase de culto o adoración a un ser de luz es voluntad errónea y mal dirigida. Todos los seres de luz están en cariñosa unión Conmigo, y me honran y ensalzan siempre e incesantemente, mas no quieren aceptar jamás una alabanza de los hombres, porque reconocen en Mí el Ser mas digno de alabanza y adoración. Además en su humilde amor hacia Mí, rechazan toda honra de sí, puesto que ésta sienten, que únicamente me corresoponde a Mí. Quien se da cuenta ahora de la verdadera relación de los seres de luz hacia Mí, cuyo amor está inflamado en el ardor más ferviente y luminoso, le será comprensible qué fuera de lugar son los pensamientos de los hombres al tributar tal adoración a Mi madre corporal, como es, pues, el caso. Y comprenderán ahora también, que no puede ser Mi Voluntad, porque de ese modo, así como hacen, los hombres, crean en cierto modo a un 'segundo Dios' a quien le tributan adoración y honra, las cuales no quiere admitir, porque el hombre debe sólo tratar de establecer la relación y el contacto Conmigo, para llegar ya en la tierra a la meta.
En Mi Reino de Luz puede ella ser llamada como el ser más digno de veneración, a quien debéis darle vuestro amor también, sin embargo siempre con la restricción, de que penséis, que a causa de su alta madurez espiritual, es cierto que se encuentra en Mi Reino, pero que allí permanece como un 'hijo de Dios', mientras que Yo Mismo soy allí el Dios y Creador, como Padre, como Manantial original de la Luz y de la Fuerza, como el sumo y mas perfecto Espíritu en el infinito eterno donde Reino. Ella es pues Mi hija, criatura regresada a Mí, mientras que Yo soy el Creador Mismo, y por eso quiero experimentar de vosotros el amor ilimitado, el que me daréis también, si habéis ingresado por completo en Mi Voluntad y anheláis de todo corazón la unión Conmigo.
Ese amor ilimitado quiero Yo de vosotros poseer, y todos los seres en Mi Reino de Luz que tan entrañablemente Me aman, se esforzarán siempre en actuar en los hombres para que estos se dirijan a Mí. Jamás contribuirán a que el objetivo de los hombres no sea otro más que buscarme a Mí, lo que sucede cuando a un ser de luz se le atribuye una adoración fuera de lo común por parte de los hombres que sólo debe ser dirigido a Mí y por eso jamás un ser de luz se aparecerá a los hombres lo que da motivo a aumentar la adoración de estos seres de luz.
Pues tales apariciones reforzarían siempre una doctrina herética, como es la "adoración y el culto a Maria madre de Dios", como se ha impuesto en los hombres y está considerada. Ningún ser de luz y tampoco Yo Mismo, favoreceríamos jamás tales apariciones y fomentar así con ellas enseñanzas herejes. Y puesto que todos los seres de luz están por completo unidos a Mi Voluntad, y ellos mismos conocen la desventaja para el alma de tales herejías, jamás emprenderán un intento de esa clase. Pero sí se sirve Mi adversario de una cosa así, precisamente cuando la fe ha caído en el camino erróneo, en el que es él mismo el autor, tratándolo de cimentarla con apariciones cuyo autor es él mismo. Porque cuando logra fijar la atención del hombre a otro "dioses junto a Mí" me desaloja a Mí Mismo. Mi enemigo intenta siempre todo en el último tiempo por medio de astucia y perfidia, y no recela entrar en escena bajo la máscara del ser más alto de luz, allí donde el suelo ya fue preparado, a causa de enseñanzas herejes, para la admisión de sus semillas venenosas.
Siempre de nuevo se manifiesta Mi Amor y Sabiduría a los hombres por medio del envío de Mi Palabra, para que sean introducidos en la Verdad. Y sepáis de ese modo también del obrar de Mi adversario, el que trata de ganarse la creencia de los hombres por medio de avisos de sucesos, sobre los que él está bien informado. Y dado que Yo Mismo no puedo obrar en los hombres, que han edificado sobre su fundamento, directamente, así lo hace él tanto más. Pero los hombres no reconocen tales apariciones como fantasmagorías de Mi enemigo, quien no se espanta de presentarse en escena incluso bajo el disfraz del Ser más alto de Luz, porque en esa máscara él tiene acceso en muchisimos hombres. Con esto no se niega el hecho de que también almas maduras, en casos especiales, pueden ver espiritualmente, pero tan pronto como se trate de una transmisión, que por parte de Mí se les debe haber hecho a los hombres para la salvación de sus almas. Eso sucede entonces por vía de una directa Revelación a través del Espíritu, más la cual está unida con el cometido de que esa Revelación sea transmitida a los hombres y que ella no sea ocultada. Mas nunca jamás serán dadas tales Revelaciones a través de niños de menor edad, y aún menos entonces con la prohibición de hablar sobre ellas. Y ya de ahí deberían deducir los hombresn al autor de semejantes apariciones.
En el tiempo del fin tiene gran poder Mi enemigo, y él lo aprovecha realmene bien, y donde existe ya el error, allí echará raíces su actuar también, y de ese modo se intensificará cada vez más el error. Y el hecho de que a vosotros hombres os han impuesto el error, nace de que siempre de nuevo está en primer plano puesto el ser de luz, ese ser que quiere emplear su influencia únicamente en llevar a los hombres sólo a Mí, como al Salvador divino, porque este ser sabe en qué trabas ellos languidecen, y que ellos sólo encuentran la salvación por Mí en Jesucristo. Pero semejantes apariciones tienen tan sólo el éxito, de que se conserve la veneración a Mi madre corporal de un modo extraordinario, lo cual es solamente la voluntad de Mi enemigo: De que los hombres se crean ídolos extraños, para que ellos adoren a éstos. Ha sido erigido un edificio de mentiras, cuyos muros han sido reforzados siempre más y más, los que sólo pueden ser destuídos por medio de la pura Verdad que por Mí es dirigida a la tierra. Y quien anhele estar ahora en la Verdad, ese reconocerá también todo claramente y será capaz de separar la mentira de la Verdad, y desde ahora ya Me llamará a Mí Mismo pidiéndome aclaración, y Yo realmene que no le privaré a él la Verdad.
Amén
Traducido por Pilar Coors