8301 Reunir el pequeño rebaño
17 de octubre de 1962: Libro 87
Son siempre pocos los que Me sirven de todo corazón, y estos deben juntarse en la más entrañable comunidad, pues ellos pertenecen al pequeño rebaño, al que Yo buscaré para llevarlo a la nueva tierra, cuando haya llegado el tiempo para ello.
En todas partes, donde Mi Espíritu obra manifiestamente, allí están los adeptos de Mi Iglesia, de la Iglesia que Yo Mismo he fundado sobre la tierra. Todos los que son adictos a Mí en fe firme y en amor, forman el fundamento inquebrantable de Mi Iglesía. Mas la señal de esta Iglesia es el obrar de Mi Espíritu, del Espíritu que os introduce en toda la Verdad.
La tierra es grande, y en todas partes necesito Yo apoyos, en todas partes necesito Yo rocas fuertes, sobre las que Yo pueda continuar edificando Mi Iglesia. Una fe firme, profunda, la cual nace del amor, tiene que ser encontrado en estos hombres, pues sólo entonces puedo Yo estar, Yo Mismo en el Espíritu junto a ellos, y tenderles el Pan del Cielo y el Agua de la Vida.
Y puesto que los hombres necesitan urgentemente Mi Agua de Vida, así abriré Yo también en todas partes un manantial, en el que puede buscarse fuerza el peregrino terrenal, pudiendo sacar de él, lo que ellos necesiten para el camino de su vida. De Mí siempre os será llevada a vosotros hombres sólo la pura Verdad, bajo la suposición, que anheléis ésta seriamente. De modo que el bien espiritual que ha partido de Mí, coincida unos con otros en todas partes, y en eso podréis reconocer también, si os encontráis en el verdadero manantial, el que ha abierto Mi Amor a los hombres. Y esta Agua de la Vida que de Mí os afluye, no podéis ensuciarla, de lo contrario ella pierde en fuerza y efecto, es decir que ya no posee ninguna fuerza salvadora para vuestras almas, con la cual Yo he bendecido Mi Palabra.
Sumamente benéfica repercutirá Mi Palabra donde es recibida con ansia, donde es reconocida como alocución amorosa de vuestro Padre, si ella es divulgada por Mis servidores, a los que Yo he elegído para este trabajo en Mi Viña.
No conocéis Mis Caminos; ellos son frecuentemente muy extraños, pero sí, por Mi Voluntad serán todos reunidos, los que son del mismo carácter y corazón, los que a Mi me pertenecen del todo por completo; de tal modo que Yo puedo obrar directamente por ellos. Pues hasta el fin se tiene que hacer todo lo que sea posible, para salvar a las almas de las tinieblas. Sin embargo, eso sólo puede llevar a cado Mi Luz de lo alto, que ilumina a los hombres el camino que deben andar, para alcanzar la meta. Yo sólo necesito la entera entrega de los que quieren servirme, para poder obrar en ellos y a través de ellos. Entonces encenderé luces que iluminan lejos en la noche, entonces Mi Presencia será tan evidente, que toda duda en un obrar divino desaparece, entonces Mi Palabra será reconocida y conocida ante todo el mundo.
Mi Fuerza será poderosa en los débiles, y Mi obrar será manifiesto. Yo sé dirigir así a los corazones para que uno al otro se encuentre. Yo tengo todos los hilos en Mi Mano, y cuando haya llegado el tiempo, os llegará el saber también acerca de vuestra tarea, la que es Mi Voluntad que se ejecute. Cada uno que haga lo que le sea posible, para servirme a Mí. Yo bendeciré vuestro trabajo de una forma, en la que reconoceréis Mi Amor excesivo a vosotros y entonces también Me daréis vuestro amor por el que Yo suspiro.
Aún estáis dispersados y cada uno obra aún de por sí, pero una vez se juntará Mi rebañito y obrarán juntos, como es Mi Voluntad. Entonces os reconoceréis todos también como afiliados, pertenecientes a Mí, y juntos cogeréis el combate contra Mi adversario, el cual intentará todo, para dispersar de nuevo Mi pequeño rebaño, para despojarlas de su Pastor y cogerlas de nuevo lo que amenaza huir de él.
Pero eso no lo logrará, porque Mi rebañito continúa siéndone fiel. El recibe continuamente la fuerza para ser solidarios y hacerle resistencia. Y por eso Satanás tiene que abandonar su combate, pues él será vencido por Mi Fuerza, si vengo a buscar a los Míos en sus apuros mayores. Y esta Mi Venida está en breve, y esta seguridad que consuele a todos, los que se sientan débiles, porque Yo Mismo los reforzaré, para que perseveren hasta en el fin.
Amén
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