8273 Causa de las criaturas deformes
15 de septiembre de 1962: Libro 87
Bendecido sea cada uno que se entrega a Mí y que me ruega por apoyo. No me mostraré inaccesible a ruegos en relación con la salvación de vuestras almas. Y lo que deseáis saber también lo sabréis: vosotros los seres humanos debéis graduaros en la escuela del espíritu, pues este es el objetivo que Yo he dado a la Creación TIERRA en la que cada ser humano podrá madurar porque ella ofrece ocasiones para todos niveles de desarrollo.
Pero las almas –los espíritus primarios cierta vez caídos– durante su paso por la Tierra en el estado de imperativo44 han madurado de maneras tan diversas que también precisan de las más diversas condiciones de vida.
Consta que tienen que haber llegado a cierto grado de madurez para ser admitidos para la encarnación como hombre. Pero cuanto más estas almas se acercaban a esta última encarnación, tanto más sueltas resultaban ya las ataduras de las formas exteriores; de modo que las sustancias espirituales atadas en estas formas ya podían aprovechar de este aflojamiento - pero también podían dejarlo desaprovechado... Y conforme esto ahora también está marcada el alma cuando empieza su senda como hombre.
Esta diversidad del estado del alma también requiere una diversidad de los pasos por la Tierra, para que estos puedan acarrear la liberación total de la forma. Almas todavía muy cargadas también pueden lograr tal éxito si –por su libre voluntad– están dispuestos a cargarse con una vida terrenal muy pesada. Ellas mismas pueden decidirse si quieren ir este camino o no, porque aún antes de su encarnación este les está demostrado...
Esto ya es una explicación por qué hay seres humanos que tienen achaques corporales, cuya suerte pesada frecuentemente hace que os preguntáis del porqué de su estado... Pero también hay almas encarnadas que voluntarias se cargan con semejante paso por la Tierra, aunque ellas mismas no lo precisen.
Pero en el Más Allá también hay almas que me ruegan que las deje ir a la Tierra para que en ella puedan ayudar a otras almas... Pues estas no tienen que cumplir con una misión sino ellas mismas son su propia carga... las que a sus semejantes dan la oportunidad de actuar en el amor, la paciencia, misericordia, mansedumbre y justicia... las que de esta manera aumentan su propio estado de madurez, pero que ya en Reino del Más Allá han logrado un grado de madurez que permite tal nueva encarnación en la Tierra porque su gran voluntad de amar y ayudar los incita a su ruego...
Pero en este caso no podéis hablar de un estado de “expiar culpas” de aquellos hombres, porque almas que todavía son inmaduras no están admitidas para una repetida encarnación para el aumento de su madurez... Y que nunca olvidéis que ni una sola alma está obligada a su paso por la Tierra, sino que por su libre voluntad se carga con una suerte que antes le está claramente manifestada.
Lo del “expiar culpas” en la Tierra es un punto de vista erróneo en tanto que únicamente Jesucristo puede “expiar” esta culpa, de modo que el hombre únicamente gracias a Él encuentra perdón, porque Él ha “expiado culpas” para todos los pecados de los seres humanos... Y esta remisión por Jesucristo tiene que haberse realizada antes de que un alma, voluntariamente, pueda volver a encarnarse en la Tierra a causa de una misión o una prestación de auxilio... Porque un alma que ha llegado a la Luz está al tanto del estado falto de amor de los hombres en la Tierra, sobre todo en el tiempo del final; y ella misma también está dispuesta a contribuir para que en los seres humanos se encienda el amor... para que ellos actúen con clemencia... para que, si viven en el contorno de un ser humano deformado o desgraciado, en ellos puedan desarrollarse todas las virtudes...
Porque cada vez de nuevo pongo énfasis en que sí, hay regresos a la Tierra, pero que estos todos tienen su argumentación especial... porque nunca un alma todavía inmatura volverá a la Tierra por Voluntad mía para recuperar lo que en la Tierra había faltado de tener en consideración...
Únicamente una penitencia voluntaria puede hacerme dar mi Conformidad, pero en cada caso siempre debe haberse realizada antes la propia remisión por Jesucristo. Que entonces a tal alma también está dada la ocasión de alcanzar en esta Tierra un grado de madurez elevado es obvio, porque Yo considero cada sacrificio voluntario y lo bendigo...
Amén.
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