Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8258

8258 Causa de la renovación de la Tierra

30 de agosto de 1962: Libro 87

La Tierra debe ser renovada porque ya no cumple con la finalidad de ser un lugar de maduración para lo espiritual. Todo Orden fue derribado; los hombres ya no prestan atención a mi Voluntad y viven contrariamente a la ley pues el Amor, que es la esencia del Orden divino, se ha enfriado entre ellos, por lo que su paso terrenal es por lo tanto vano y no conduce hacia lo Alto, sino irremediablemente hacia el abismo.

El hombre debe servir con amor pero se empeña en dominar; por lo tanto, el espíritu aprisionado tampoco puede servir pues el hombre acumula cosas terrenales que ahogan cualquier impulso de servir que tenga. Entre los hombres prevalece una completa oscuridad espiritual pues no puede haber Luz sin Amor, por lo que permanecen espiritualmente ciegos y no conocen a su Dios y Creador. Hay que poner fin a semejante situación y todo debe volver al Orden correcto. La gente que ha fallado debe ser separada de aquella que me pertenece, que procura vivir en el Orden correcto y que por ello es perseguida. En verdad se ha llegado a un punto tan bajo que exige una renovación de la Tierra en la cual todo lo espiritual aprisionado sea liberado de las formas viejas y engendrado en nuevas formas, en Creaciones nuevas de diferentes clases, que correspondan a su grado de madurez. Y el hombre que esté completamente entregado a la materia, también será entonces él mismo materia, y será aprisionado en las Creaciones de la Tierra nueva.

Para vosotros, hombres, esto es lo más terrible que podéis imaginaros: que vuestro “yo” sea nuevamente disuelto en innumerables partículas y deba recorrer otra vez el camino, a través de las Creaciones de la Nueva Tierra, para de nuevo llegar al estado de hombre aunque ello precise un tiempo infinitamente largo. No podéis comprender la Obra de modificación, que significará el final de esta Tierra vieja. Aunque el astro seguirá existiendo como tal, será sometido, sin embargo, por mi Amor y Sabiduría a un cambio total que le permitirá recuperar su destino de servir para que lo espiritual madure.

Debéis aceptar el motivo y las enseñanzas que recibáis sobre este acontecimiento y ocuparos seriamente de ello. Debéis saber que esta Obra de destrucción os alcanzará justamente a vosotros los hombres de manera muy dolorosa, y que sufriréis si vuestro modo de vivir no está de acuerdo con mi Orden eterno. También debéis saber que el día en el que acabaré con esta Tierra será cumplido por Mí, porque mi plan, un plan que han establecido mi Amor y mi Sabiduría, está fijado desde la eternidad. Llegará a su fin un periodo de Redención y empieza uno nuevo en el que reinarán la Paz y la Tranquilidad y el Orden será restaurado; en el que mi adversario no podrá actuar porque él mismo será desterrado por largo tiempo.

No creáis que os enseño erróneamente cuando Yo hablo una y otra vez sobre esta Obra venidera de disolución de las Creaciones dentro, en y sobre la Tierra. Creed que todo me es posible y que Yo sé también cuándo es necesario tal acto de destrucción para garantizar la evolución a los espíritus que anhelan ascender a lo Alto. Pero vosotros, hombres que vivís por completo sin amor, tampoco aceptáis mi Palabra y por ello sufriréis sobremanera cuando llegue el último día.

Pero así debe ser porque mi Amor vale para todo lo espiritual no redimido que aún está aprisionado. Y también para vosotros, seres humanos que habéis fallado en llegar a la libertad, creo una nueva posibilidad de alcanzar de una vez la meta; aunque si prolongáis indefinidamente el tiempo que estáis alejados de Mí, lo cual depende de vuestro libre albedrío, culpa vuestra será que debáis expiarlo otra vez permaneciendo cautivos en las creaciones. En verdad no deseo vuestra desgracia; Yo os auxiliaré hasta la última hora para salvaros de un nuevo cautiverio, para que aún me encontréis y me pidáis Misericordia antes que el fin llegue.

Amén.

Traducido por Meinhard Füssel