8257 Transformación en amor...

29 de agosto de 1962: Libro 87

El regreso al Padre es el objetivo que debéis y también podéis lograr durante vuestra vida en la tierra si tenéis la voluntad para ello. Porque entonces se os proporcionará la fuerza necesaria y también utilizaréis esta fuerza de la manera correcta. Porque el mundo de la luz se esfuerza constantemente por enseñaros mentalmente y animaros a cumplir el mandamiento más importante... el mandamiento de amar a Dios y al prójimo... Y si ahora seguís las sugerencias, que sentís como una voz interior, como la voz de vuestra conciencia, entonces lleváis una vida de amor, y vuestro ser, que al principio de la encarnación como humano en la tierra sólo conoce el amor propio, se transforma de nuevo en el ser primordial, que él mismo era amor, porque emanó del Amor Eterno.

Al comienzo de su existencia terrenal el ser humano dejará aún en primer plano el amor propio, deseará siempre sólo lo que sirve al cuerpo y lo hace sentir bien, y tendrá poca simpatía por sus semejantes porque el amor equivocado todavía lo domina como mal hereditario y el amor verdadero... el amor que quiere hacer feliz, que da, primero debe encenderse en él. Pero su vida en la tierra es guiada por sus cuidadores espirituales de tal manera que puede reconocer mucha necesidad en sus semejantes, y así se conmueve el corazón, que ahora debe expresar su voluntad de ayudar... Y el amor egoísta se convierte en el amor al prójimo desinteresado... pero siempre sólo cuando no ofrece ninguna resistencia al impulso interior de los seres de luz, cuando se deja influenciar por ellos, lo que siempre requiere una buena voluntad, una voluntad que está dirigida hacia Dios.

Por lo tanto, el amor debe encenderse en el hombre y crecer constantemente, para que el hombre reconozca pronto su tarea real en la tierra y se esfuerce por cumplirla. Porque el amor es también la luz que lo ilumina desde dentro y que le muestra el camino correcto, el camino hacia Dios. Y entonces también logrará su objetivo y se unificara con Dios, porque Dios Mismo es el Amor y por lo tanto sólo puede ser encontrado a través del amor.

El mundo de la luz está constantemente obrando en amor, y su amor se vuelve hacia los seres que carecen de amor y que por lo tanto se encuentran en las tinieblas espirituales. Quieren traer la salvación a estos seres, y eso incluye reconocer por qué están en la tierra... que conocen sobre su estado original, sobre su presente naturaleza deficiente y sobre su objetivo... sobre su perfección, que también pueden alcanzar si aceptan la ayuda de esos seres de luz y se dejan guiar en la vida terrenal.

Y es por eso que siempre se reunirán con personas que están en problemas espirituales o terrenales para que la voluntad de ayudar se active en ellos, que se despierte el amor, que ahora debe encenderse y abarcar todo como una llama cada vez más brillante que ahora ilumina al hombre y le da conocimiento que ahuyentan las tinieblas espirituales... para que el hombre ahora reconozca correctamente a Dios y aprenda a amarlo... porque el verdadero amor de Dios sólo puede brotar del amor al prójimo, o también, el amor a Dios solo puede probarse a través del amor al prójimo, y es recompensado por Dios con Su presencia constante, porque Dios Mismo está en cada persona que realiza obras de amor, y este vínculo debe llevar ahora al objetivo, a la completa unificación con Dios...

Todo ser humano es capaz de amar porque Dios puso en su corazón una chispa de amor, que sólo necesita encenderse para convertirse en una llama luminosa... Pero si el ser humano está dispuesto a amar, eso es asunto suyo. No se le puede obligar a obrar en el amor porque dispone de un libre albedrío, cuya dirección debe probar durante su vida en la tierra.

Pero bienaventurada la persona que enciende en sí la chispa divina del amor y se entrega al impulso interior de obrar constantemente en el amor, porque a éste nunca le faltará la fuerza, cubrirá el camino del desarrollo ascendente y la llama de amor brillará más y más dentro de él porque ya no resiste a la irradiación del amor divino, y cambia su naturaleza, que originalmente era puro amor, y ahora también vuelve a su origen, al Padre, Que es el Amor Mismo desde la eternidad...

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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