Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8176
8176 Muerte y vida....
13 de mayo de 1962: Libro 86
Quiero dar vida a los muertos.... y estáis muertos todos vosotros, que una vez os separasteis de Mí en el libre albedrío y aún no habéis iniciado el camino de regreso a Mí, lo que tenéis que hacer en la última etapa en esta Tierra.... como seres humanos. es cierto que la separación de Mí sólo se llevó a cabo por vuestra propia voluntad, porque ya no podéis separaros de Mí para siempre porque sois imperecederos y, por tanto, en vuestra sustancia original sois fuerza de Mí....
Pero también tenéis que volveros a Mí voluntariamente y esforzaros por la unificación, sólo entonces viviréis de nuevo, entonces habéis salido del estado de muerte, de la falta de fuerza, y recibiréis nuevamente de Mí una fuerza inconmensurable. Y este retorno voluntario a Mí debe tener lugar en la vida terrenal, donde nuevamente estáis en posesión del libre albedrío y donde también se os da un poco de luz acerca del propósito por el cual vais sobre la Tierra.
Quiero volver a daros la vida, pero tenéis que aceptarla en el libre albedrío.... tenéis que desear vivir, tenéis que sentir el estado de muerte como miseria y buscar liberaros de ello, y debéis buscar la vida Conmigo, Que sólo Yo puedo dárosla.... Porque sólo Yo puedo daros la fuerza que necesitáis para volver a llevar una vida correcta, como era al principio.... para poder crear y obrar en Mi voluntad.
La muerte es un estado de infelicidad que Mi oponente trajo al mundo, que rechazó Mi fuerza de amor y que por ello se volvió débil e impotente, quien mismo cayo a la muerte. Pero Yo Mismo soy el epítome de la vida, porque de Mí fluye imparablemente una fuerza que no puede permanecer inactiva y que, por tanto, quiere fluir a través de todo lo que aún está muerto para despertarlo a la vida. Pero esta fuerza también sólo se hace efectiva dentro del marco de la ley divina.... es decir, no debe encontrar resistencia.
Y la resistencia es un alejamiento consciente de Mí, un rechazo consciente de Mi corriente de Mi fuerza de amor. Entonces lo muerto permanece en su estado y permanece inactivo y también infeliz, porque sólo la actividad es vida, y sólo la vida es bienaventuranza.... Pero no dejaré de irradiar a lo muerto con Mi fuerza de amor, y a veces lo consigo que renuncie a su resistencia, que ya deja reconocer un poco de vida. En la etapa como ser humano, Mi corriente de fuerza de amor busca y toca el corazón humano para provocar que se abra en el libre albedrío y así recibir Mi irradiación....
Y por eso trato de encender una pequeña luz en el corazón del ser humano, influyendo en sus pensamientos de tal manera para que piense acerca de sí mismo y su origen. Él puede rechazar involuntariamente tales pensamientos, pero también puede moverlos dentro de sí mismo y permitir que otros pensamientos los sigan, y entonces también puedo proporcionarle aclaración mental, en la medida en que su voluntad lo permita. Y así él puede volver a la vida poco a poco, porque siempre sólo trato de ganar influencia sobre su voluntad, y tan pronto como esa ya no Me resiste, el humano también ha iniciado el viaje de regreso a Mí, se libera del estado de muerte, y poco a poco vuelve a la vida porque Mi fuerza ya no puede permanecer ineficaz tan pronto como se rompe la resistencia....
La muerte vino al mundo a través de Mi oponente, quien se cerró a Mi irradiación de amor y también impulsó a sus seguidores a resistirme y protegerse de Mi fuerza de amor.... Resistieron la vida, y ahora la muerte era su destino.... Después de un tiempo interminablemente largo de voluntad atada, el libre albedrío pudo ser devuelto a lo muerto y ahora se le dio nuevamente la opción de aceptar Mi divina fuerza de amor o rechazarla nuevamente. Pero para tomar esta decisión, fue necesario encender una pequeña luz para la cosa sin vida, que ahora entró en el estado de ser humano, en qué consiste su tarea terrenal: que debería volver a la vida, que debería escapar del estado de la muerte....
Y Yo Mismo encendí esta pequeña luz en el hombre, pero hay que observarla y hacerla brillar en el libre albedrío, entonces siempre brillará más y mostrará claramente al hombre el camino que lleva a la vida.... Y entonces el ser humano mismo abrirá su corazón y dejará fluir el ello Mi rayo de amor y habrá escapado de la muerte y también a quien trajo la muerte al mundo por su abierta resistencia contra Mí....Así que el ser humano tiene que renunciar voluntariamente a su resistencia y desear Mi corriente de fuerza y luz, y verdaderamente.... él vendrá a la vida y nunca más perderá esta vida....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise