Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8163
8163 Volver la voluntad hacia Dios es la decisión correcta...
30 de abril de 1962: Libro 86
Cuando una persona se encomienda a Mí, cuando se entrega a Mí y se somete completamente a Mi voluntad entonces ha pasado la prueba de la vida en la tierra, se ha decidido libremente a Mi favor y, por lo tanto, también ha comenzado conscientemente el regreso hacia Mí... Y Mi adversario jamás podrá reconquistarlo porque Yo tengo el derecho a su alma y ahora prevengo cualquier recaída porque la voluntad se ha decido libremente a Mí favor. Pero entonces también puede estar seguro de pertenecer a los Míos, porque no renuncio Mi derecho a él, ya que una vez surgió de Mi fuerza de amor y, por lo tanto, también es Mi propiedad, que nunca dejaré que Mi oponente disputara.
Y esta voluntad vuelta hacia Mí también es la protección más segura contra él, porque la luz del amor, que ahora puede volver a irradiar a través de vosotros lo rechaza, porque huye de cualquier luz de Mí. Aunque todavía tendréis que luchar contra impulsos y deseos de todo tipo antes de que vuestro cuerpo también se haya espiritualizado por completo, lo que rara vez ya lográis en la tierra, pero vuestra alma se volverá cada vez más fuerte y tener un efecto en el cuerpo, y esto también tiene como resultado la victoria sobre esos deseos, de modo que el adversario pronto pierda todos los puntos de ataque y que ahora se aleje de vosotros por sí mismo, que vosotros ahora también disponéis la fuerza de resistir Mi luz de amor para alejarlo de vosotros...
Una y otra vez os indico que sólo debéis darme vuestra voluntad, que os sometáis plenamente conscientemente a Mi voluntad, porque entonces habéis triunfado sobre vuestro enemigo, porque entonces Yo Mismo puedo hacer valer Mi derecho y entonces verdaderamente no os dejaré en manos de Mi oponente. Y esta certeza debe daros la seguridad de que ahora vais por los caminos correctos, que pensaréis y actuaréis correctamente, porque ahora sólo Mi voluntad es decisiva, a la que os sometéis por completo y por lo tanto no podéis pensar y actuar de otra manera que en Mi voluntad.
Y así también podéis completar ahora vuestro trabajo en la viña según mi voluntad y bendecido por Mí... Y no necesitáis temer ser influenciado por Mi oponente... No necesitáis dudar del amor y la protección de vuestro Padre, a Quien os confiáis como hijos Suyos. Porque vosotros mismos habéis llevado la lucha contra el oponente a un final victorioso, alejándose de él y volviéndose hacia Mí por vuestra propia voluntad. Así que ahora Yo estoy a vuestro lado y en Mi protección ya no necesitáis temer nada.
Y cuando os hablo ahora, también podéis estar seguros de que Mi adversario nunca podrá intervenir y también pueda dirigirse a vosotros de la misma manera... Desde luego tiene un gran poder, especialmente en el tiempo del fin, pero siempre solo allí donde no se le opone resistencia a él... pero nunca donde Yo pueda estar por vuestra voluntad, que Me ha hecho posible esta presencia... Por tanto, vosotros mismos determináis su obra sobre vosotros, si le obedecéis voluntariamente, pero jamás puede presionaros en contra de vuestra voluntad.
Y Mi discurso directo es una prueba de Mi presencia... Pero Mi presencia a su vez es una protección contra el error. Eso debéis creer firme e inquebrantablemente, de lo contrario no sois capaces de defender Mi Palabra con toda convicción... una misión que debéis llevar a cabo, para la cual sois llamados por Mí, para estar activos por Mí en el último tiempo antes del final. Y lo que recibís de Mí lo podéis usar con plena convicción, porque es pura verdad que no está mezclado con el error, porque a Mi adversario está negado cualquier influencia sobre vosotros... mientras vosotros mismos os entregáis a Mí íntimamente, mientras deseéis la pura verdad y hayáis posible que Mi Espíritu pueda obrar a través de vosotros.
Pues Yo tampoco os obligo, pero vuestra voluntad pertenece a Mí, y por eso también puedo obrar en vosotros como lo he prometido... Yo os puedo introducir en la verdad, porque sois Mis discípulos del tiempo final, que nuevamente deben proclamar Mi Evangelio a los semejantes y a quienes pude encomendar con esta misión porque se entregaron a Mí en el libre albedrío... Porque ya ha tomado su decisión final de voluntad en esta tierra y por eso siempre sólo pensarán, querrán y actuarán de acuerdo a Mi voluntad...
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise