Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/8026
8026 Nivel espiritual muy bajo, motivo para la disolución
25 de octubre de 1961: Libro 84
Se registra una gran pérdida de nivel espiritual, pues los hombres participan poco en los acontecimientos que suceden en el nivel espiritual. Sólo observan los sucesos mundanos y sus efectos sobre su vida corporal. Sólo se entregan a pensamientos mundanos y no tienen la menor relación con el mundo espiritual. Pocas veces o nunca dedican sus pensamientos al Reino que no es de este mundo... No creen más de lo que pueden ver, y ante todo que tenga que ver con relaciones espirituales se muestran incrédulos.
No creen en Mí, porque de lo contrario buscarían la unión conmigo - su Dios y Creador desde la eternidad. Para ellos todo lo espiritual es algo irreal, por lo que no se dedican a ello. Y si hay semejantes que los quieren implicar en conversaciones que me tienen a Mí como tema, entonces se niegan e incluso reconocen abiertamente su incredulidad. No tienen vínculos espirituales porque la materia terrenal los tiene atados, y junto con esta también mi adversario al que pertenecen y del cual tampoco intentan soltarse.
Por eso este punto espiritual tan bajo que es la causa de un final de la antigua Tierra... el final de un período de Redención que requiere una disolución de la Creación terrenal. Porque la Tierra debe ser un lugar para la formación de lo espiritual que, encarnado como hombre, pasa por ella.
Pero lo espiritual en el hombre ya no está tomado en consideración... el hombre considera su vida terrenal como finalidad en sí, con lo que ya no cumple con su verdadera tarea; pues desatiende el desarrollo espiritual de su alma. Porque en desconocimiento total de su tarea terrenal vive una vida regalada, y nunca obtendrá este conocimiento porque él mismo se opone a obtener explicación. Él rechaza toda explicación o enseñanza que le llega por parte de semejantes fieles... y tampoco se le puede dar este conocimiento a la fuerza porque esto contradeciría a mi Amor y mi Sabiduría.
Por eso, antes del fin, aún aplicaré otros medios, para que aquellos pocos que aún no se han abandonado totalmente a mi adversario todavía empiecen a reflexionar... Estos medios serán muy dolorosos, porque a estos hombres tocará una suerte muy dura para que recobren el juicio y entamen el camino hacia Mí. Pues les tocará una enorme desgracia en la cual, en el sentido mundano, ya no podrán contar con ayuda... Entonces será posible que se acuerden del Poder que los ha creado...
Entonces es posible que desde su corazón invoquen este Poder. Y consta que Yo haré caso a su llamada y los atenderé, y me manifestaré a ellos mediante ayuda evidente, mediante una salvación de su desgracia. Pero a palabras que solamente desgastan los labios no hago caso; mientras que una oración del corazón –una oración en el espíritu y en la verdad– la atenderé, porque antes del fin aún quiero ganar cada alma, para que no vuelva a perderse por tiempos eternos39.
La gran pérdida de nivel espiritual de los hombres es la causa para grandes y pesados golpes de destino que aún deben abatirse sobre los seres humanos para que cambien su manera de pensar - en la medida que esto sea posible. La transitoriedad de los bienes terrenales aún hace que unos u otros recobren el juicio y realmente se preocupen del estado de su propia alma. Pero siempre será a base de su propia voluntad, porque deben ir el camino hacia Mí totalmente sin influencia ajena... Pero si van este camino, su salvación les resulta garantizada, porque se trata solamente de la salvación de sus almas, y no de su bienestar corporal.
Sólo se trata de que me reconozcan a Mí mismo y que crean en Mí, lo que confirman mediante una llamada a Mí - una llamada en el espíritu y en la verdad... Estarán salvados de la perdición porque mi Mano de Padre amoroso los acogerá y los quitará de las manos de mi adversario, el que es impotente ante la libre voluntad del hombre y pierde el derecho en esta alma.
Bendecido será cada ser humano que antes del fin aún me profese a Mí... el que en su desgracia se refugie en Mí y que ahora permite que mi Amor le acoja. Yo no permitiré que caiga, y él me agradecerá eternamente que Yo haya luchado por su alma hasta el fin, y que mi Amor haya intentado todo para ganarme su alma para siempre.
Amén.
Traducido por Meinhard Füssel