Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7979
7979 Referencia al tiempo de angustia.... Fuerza de la Palabra....
30 de agosto de 1961: Libro 83
Llegará el momento en que comprenderéis por qué os atiendo de manera tan inusual que os hablo directamente, aunque vuestro estado espiritual aún no haya alcanzado la madurez que podría justificar un discurso directo. Entraréis en insólitas dificultades, Mi adversario os oprimirá de forma insólita y tendréis que aceptar fuerzas insólitas para poder resistir.... Y podréis sacar esta fuerza de Mi Palabra.... Y entonces la visible afluencia de Mi fuerza será un fortalecimiento para vosotros, porque también vuestra fe se volverá cada vez más viva cuando experimentéis la prueba de Mi presencia a través de Mi discurso.
El tiempo se apremia y es por eso que también podréis notar una necesidad creciente, que es provocada por golpes de destino y catástrofes de todo tipo, y la gente se preguntará desesperadamente adónde se supone que lleva todo esto.... Y entonces vosotros, que Me escucháis, podréis transmitirles Mi Palabra y también será aceptada por aquellos que aún no están completamente adictos a mi oponente.... Y entonces sabréis por qué Me dirijo a vosotros de una manera tan inusual, porque entonces reconoceréis la verdad de todo ello, y también reconoceréis Mi amor por vosotros humanos, que solo permanecerán en la tierra por un corto tiempo y se supone que pasarán su prueba....
El mundo aún se interpone entre vosotros y Yo, vuestros ojos aún están dirigidos al mundo, y os resulta difícil de apartaos y dirigiros hacia Mí.... Pero muy pronto podréis reconocer la inutilidad y la inestabilidad de este mundo, y muy pronto seréis sobresaltados de vuestra tranquilidad y de repente os encontraréis ante un desastre que se aproxima.... Y buscaréis una salida, y feliz quien encuentra la salida en Mí Mismo, feliz quien se dirige a Mí, quien confía en Mí y que ahora ya no camina por si solo....
Porque éste será guiado través de estos sucesos, menudo de la manera más maravillosa, porque solo hay Uno, Que puede ayudar en cualquier situación de la vida, y porque este Uno solo necesita ser llamado, para poder demostrarse útilmente al ayudar. Y esa es entonces su mayor ganancia, que él mismo Me ha encontrado, porque entonces ya no necesita temer nada, se sabe seguro en los brazos en Mis brazos paternales, y estos también se extenderán sobre todos, quienes dirigen sus pensamientos a Mí en cualquier necesidad. Tan pronto como hayáis reconocido una vez que un Padre os habla, vosotros también empujaréis hacia al Padre, y solo Mi Palabra puede daros este conocimiento.
Sólo Mi Palabra fortalecerá la fe en vosotros de un Dios y Creador, Que quiere ser vuestro Padre y a Quien solo tenéis que dar vuestro amor para que os salvéis para siempre.... Porque vuestra vida en la tierra es pasajera, pero solo por el bien de la existencia terrenal no entrasteis en la encarnación como un ser humano.... Solo vuestra alma debe pasarla y probarse a sí misma antes de entrar en el reino que es su verdadero hogar.... Y si lo sabéis, entonces también os esforzaréis por entrar en este hogar en el más alto grado de madurez.... Y por eso os sigo hablando, porque el tiempo fijado para la tierra y todas creaciones está llegando a su fin....
El tiempo se acaba y tenéis que esforzaros cada vez más para seguir perfeccionándoos; pero vosotros también podéis lograr esto, porque Mi don de gracia.... Mi Palabra de lo alto.... es una ayuda tan insólita, que tiene un efecto de fuerza tan fuera de lo común que podéis perfeccionaros en muy poco tiempo con solo dejar que su fuerza fluya en vuestro corazón.... si leéis Mi palabra atentamente y ahora también vivís de acuerdo con ella.... si os esforzáis sólo por cumplir Mi voluntad, si creéis en Mí y Me dais vuestro amor.... Entonces, verdaderamente no necesitáis temer un final, sea cuando sea que llegará.... Porque entonces os hacéis Míos, y verdaderamente, Mi amor y Mi poder os protegerán y no tenéis que temer la muerte, porque viviréis para siempre, como os lo he prometido....
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise