Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7978
7978 Urgencia de difundir la Palabra divina....
28 de agosto de 1961: Libro 83
Y es la voluntad del Señor que Su Palabra sea difundida.... porque así como Él mando a sus discípulos al mundo, así vosotros también.... Sus últimos discípulos en los últimos tiempos.... debéis cuidaros que Su Palabra sea difundida en el mundo, para que resuene también en los corazones de los hombres que tienen hambre y sed de ella, que tienen el deseo de que Dios Mismo les hable. Y si los hombres, que no son capaces de oír Su voz directamente, son hostiles frente a vosotros.... si dudan de la Palabra o niegan su origen divino.... no dejéis que esto os detenga, porque ellos no saben acerca de la necesidad espiritual.... sobre las densas tinieblas que se extienden sobre la tierra y que sólo un rayo de luz de lo alto puede ahuyentar si no se resiste a esta luz.
Solo los acontecimientos mundiales deberían hacer que la humanidad preste atención, y deberían luchar seriamente por otro objetivo que solo el poder mundano, los bienes terrenales, el honor y la fama.... Deberían reconocer que todo es transitorio, que nadie puede asegurarse bienes terrenales si está en la voluntad de Dios de quitárselos. El hombre es impotente contra la voluntad o el permiso de Dios, y esto debería darle de pensar que debería inclinarse hacia Dios como el Creador del cielo y de la tierra, de Quien él mismo también ha tomado su origen, inclinarse y pedir por Su guía para que logre su objetivo en la tierra.
Porque toda persona pensante debería considerar su existencia terrenal como un propósito y tratar de obtener una iluminación al respecto.... Y dado que desde el lado humano solo se le puede ofrecer un conocimiento parcial, debería dirigirse a Dios mismo en sus pensamientos, al Creador, Quien le dio la vida.... y debería pedirle por un pensamiento y reconocimiento correcto, y por una guía correcta en todos sus caminos de la vida.... siempre con la firme voluntad de alcanzar su objetivo para lo cual está en la tierra, y para que el pensamiento de los hombres sea guiado de tal manera, que se dirigen hacia Dios Mismo, Dios Mismo se dirige a los hombres....
Y vosotros que recibís Su Palabra directamente, que la recibís de nuevo indirectamente a través de Sus mensajeros, debéis transmitir esta palabra a vuestro semejantes, porque la Palabra, que os es enviada directamente desde arriba, es muy adecuada para estimular a pensar a las personas que solo son de buena voluntad.... Porque hay muchas personas que no están satisfechas con el bien espiritual que se les ha ofrecido hasta ahora, de cuya verdad no están plenamente convencidos y tampoco pueden serlo, porque a través de la influencia del oponente de Dios, se ha distorsionado la verdad pura con muchas mentiras y errores y, por lo tanto, una alma dispuesta lo rechaza porque no puede reconocer ese conocimiento espiritual interiormente.
Pero a estas personas también se les debe hablar y se les debe presentar un bien espiritual en una forma sencilla.... ¿Y de qué otra manera podría ser esto posible sino que la verdad sea enviada directamente de Dios a la tierra y difundida por aquellos que quieren servir? Y Él está llamando a los discípulos a hacer esta obra en los últimos tiempos, porque ya no queda mucho tiempo.... Aún debe hacerse todo lo que está en las fuerzas de aquellos que se han ofrecido voluntariamente para servirle.... Siempre sólo debe mencionarse Su Palabra, que informa sobre todas las cuestiones que mueven a una pensante, de buena voluntad.... Y verdaderamente experimentarán muchas bendiciones, una luz será llevada a las tinieblas....
La gente que quiera creer, podrá creer. Y el Evangelio puro que le llega a través del gran amor y la gracia de Dios se convertirá en su salvavidas cuando venga la gran tribulación sobre la tierra, que precede al último fin. Entonces la gente debe tomar el camino hacia Aquel, Que es el único que puede salvarla de todos los problemas.... Y entonces también le orará en espíritu y en verdad porque la gente Le ha reconocido a Él Mismo en Su Palabra....
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise