Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7952
7952 Llevando la Palabra divina al mundo....
30 de julio de 1961: Libro 83
Cualquier cosa que se os ofrezca terrenalmente.... nada puede reemplazaros Mis dones de gracia para vosotros, y nada puede daros a vuestra alma la riqueza que recibís espiritualmente a través de Mi discurso... Y por eso nunca debéis olvidaros de este don de gracia Mío sobre los placeres terrenales, las alegrías terrenales o las riquezas terrenales.... no debéis tomar nada tan importante como el contacto diario Conmigo, que os da Mi discurso directo.... Yo puedo daros todo, pero también puedo quitaros todo... Pero mientras Me poseáis a Mí Mismo, mientras podáis escucharme a Mí Mismo, poseeréis verdaderamente lo mejor, la mayor riqueza y lo más deseable que un ser humano en la tierra pueda poseer....
Yo Mismo estoy cerca de vosotros y Mi presencia es vuestra mayor ganancia... Y no debéis querer renunciar a esto por nada, más bien deberíais renunciar a todo, si a través de eso ponéis en peligro de perderme a Mí y a Mi presencia en vosotros.... debéis estar preparados a renunciar a todo para no perder Mi don de gracia de ser abordado de Mí directamente.... Y si Me probáis esta voluntad, entonces Me pertenecéis enteramente, y entonces sois servidores leales a Mí, que ahora puedo utilizar para cualquier obra, para cualquier tarea y quienes también Me servirán con toda devoción... Y entonces también podré daros sin tener que temer perderos nuevamente al mundo...
Debéis abandonar con gusto el mundo con sus alegrías, entonces no hay peligro de que volváis a caer en el mundo, porque una vez que habéis podido recibir de Mi mano los bienes espirituales, estos valen más para vosotros que lo que pertenece al mundo... Pero Mi oponente intentará volver a encadenaros al mundo una y otra vez, y utilizará todas las artes para lograr su objetivo.... Pero también podéis estar seguros de Mi protección, porque la fuerza interior fluirá hacia vosotros, para resistirlo a él, porque no queréis renuncia r al vínculo Conmigo y esto os asegurará Mi protección y Mi fuerza....
(29...07...1961) Siempre debéis tener cuidado y saber que el oponente no dejará piedra sin remover para empujaros hacia otro camino, pero el poder de Mi Palabra es más fuerte, y por eso siempre anhelaréis Mi Palabra porque siempre os hace más felices que todos los bienes del mundo y porque todo os parece rancio en vista de estos dones de gracia que podéis aceptar cuantas veces sea vuestra voluntad... Y eso por eso que estáis constantemente bajo Mi guía, vosotros, que Me servís como herramienta en el último tiempo antes del fin... Y Yo Mismo os guio siempre por el camino correcto....
Y si este camino pasa por medio del mundo, trato de influir en las almas también allí y dirigirme a ellas a través de vosotros, porque verdaderamente todavía sé reunir Mis ovejitas y alejarlas de los peligros que las amenazan porque todavía están también muy expuestos a los ataques de Mi oponente.... Y el llamado del pastor también debe resonar entre ellas.... El mundo ofrece un gran peligro, pero también se Me puede encontrar en medio del mundo, si tan sólo un llamado silencioso llega a Mi oído, si tan sólo se envían pensamientos interrogativos al reino espiritual, de donde ciertamente vendrá la respuesta...
(30...07...1961) Por eso necesito apoyos fuertes para que no caigan por sí solos cuando serán trasladados al mundo, cuando están rodeados de fuertes tormentas de todo tipo.... cuando les asaltan tentaciones o ataques de personas hostiles, que siempre estarán representados en el mundo, en el bullicio del mundo, y actuarán contra todo lo espiritual, porque están mucho más cerca del mundo y, por tanto, del área de Mi oponente, a quien pertenece el mundo terrenal... Pero también puedo estar cerca de apoyos tan fuertes en medio del mundo, porque ellos también tendrán sus oídos abiertos a las Palabras que suenan desde arriba, siempre abrirán sus corazones a Mi corriente de fuerza de gracia, no tomarán un paso en el “mundo” sin Mí... Y así ellos también llevarán Mi Palabra a este mundo, donde sólo un corazón que se abre voluntariamente la recibe...
Sé dónde todavía hay un corazón receptivo, sé dónde Mi discurso es reconocido y aceptado, y también quiero guiar Mi Palabra allí, quiero esparcir la semilla para que todavía brote y dé buenos frutos.... Porque ya no queda mucha tiempos hasta el final.... Mis caminos son extraños, pero vosotros los recorréis bajo Mi guía.... y si ahora os dejáis guiar voluntariamente sin ofrecerme la más mínima resistencia, entonces siempre os sorprenderéis de cuán fácilmente se pueden resolver incluso los problemas más difíciles cuando Yo Mismo logro esta solución... Todavía estoy tratando de crear claridad dondequiera que haya ambigüedad....
Todavía llamo a muchas puertas para poder entrar Yo Mismo y ofrecer dones espirituales a los corazones de los seres humanos.... Todavía conozco muchas almas que tienen hambre y sed y anhelan un fuerte alimento para el alma....Todavía conozco muchos humanos enfermos que necesitan una buena medicina curativa.... Y quiero llamar la atención de todos sobre el manantial que Yo he abierto, de donde brota verdaderamente la mejor agua de vida, que refresca y reanima a los seres humanos que se inclinan ante ello y esperan que los sana y los fortalece para su peregrinación hacia la patria eterna...
Y envió a Mis mensajeros para invitar a todos los débiles y enfermos a Mi mesa, para que pueda darles de comer y de beber y una buena medicina, que tengo preparadas para todos, porque conozco todos los sufrimientos y debilidades de los seres humanos y quiero ayudarlos... Por eso Mi Evangelio debe ser llevado al “mundo”, porque en todas partes hay humanos que están dispuestos a aceptarlos, con sólo que se les presente en la forma correcta.... es decir, como pura verdad....
Y acompañaré a Mis mensajeros, los guiaré y protegeré de todo ataque de Mi oponente.... Porque Mi amor está siempre con aquellos que quieren servirme.... Mi sabiduría reconoce su voluntad y Mi poder los protege verdaderamente en toda necesidad y peligro....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise