Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7731

7731 La Encarnación de Dios en Jesús

27 de octubre de 1960: Libro 81

El mayor Secreto para vosotros los hombres es y seguirá siendo mi Encarnación en Jesucristo. Aunque os esté explicado de una manera comprensible, continuará siendo un Secreto para vosotros porque mi Ente no os puede ser explicado comprensible del todo... pues a un ser racional siempre lo queréis personificar, por lo que a un Dios “substancial” siempre os le imagináis como algo “limitado”, y esto –lo limitado– también lo aplicáis al Hombre Jesús, El que de esta manera reúne dos seres en sí mismo... Pero este concepto no es correcto porque mi Ente es insondable, pues es la Fuerza que rellena y abarca todo - la que no conoce limitación alguna, y aun así tiene raciocinio y está dotada de una Voluntad.

A los seres humanos os resulta imposible el imaginaros mi Ente porque sois limitados... porque aún no habéis alcanzado la perfección que anula toda limitación... Aun así sois portadores de aquella Fuerza, aunque estéis sólo limitadamente penetrados de ella; pero el Hombre Jesús la poseía en sí en toda plenitud, y por eso también la podía recibir pues Él era perfecto. Por su modo de vida de Amor en la Tierra se había divinizado... Para Él no existía una limitación de la recepción de Fuerza divina dado que Él estaba totalmente penetrado de ella.

26 de octubre de 1960

De modo que mi Ente primario –la Fuerza de Amor divino– estaba en Él, y Yo mismo podía estar en Él - cuya Envoltura se había perfeccionado de manera que permitía una penetración completa de la Irradiación de mi Fuerza, sin que se quedara destruida por mi Fuerza.

Así ahora se podía hablar de Dios que sólo en la Envoltura del Hombre Jesús se había hecho visible; porque como Fuente de Fuerza desde la eternidad Yo no podía ser visible a ser alguno pues nunca un ser habría podido aguantar el ver el enorme Mar de Fuego de mi Amor...

De modo que Yo mismo tenía que crear una limitación para Mí pues tenía que elegir una forma que podía ser visible para vosotros, los seres humanos - y esta forma ahora tengo que penetrarla completamente...

Pero esta forma siguió siendo lo que Yo soy desde la eternidad: El Ser sublime y más perfecto... La forma servía al Ser sublime y más perfecto como morada por la causa de mis criaturas que anhelaban verme. Y aun así estas no podrán desentrañar mi Ente ni en eternidades porque es y seguirá siendo insondable para todo lo creado - para todo lo que en tiempos remotos había surgido de Mí. Querer personificar la eterna Divinidad es absurdo porque Yo no soy un espíritu limitado pues Yo soy Todo en todo... Yo soy la Fuerza que colma todo, que irradia por toda infinitud y que mantiene todo lo sustancial y todas las Creaciones, garantizando su existencia.

Y aun así Yo soy un Ser que actúa en toda Sabiduría y todo Amor - un Ser que se sirve de su Voluntad y que puede pensar en suma Perfección. Siempre el Amor y la Sabiduría determinan el pensar, y la Omnipotencia hace que todo se realice. El hecho que lo que Yo hace tiempos remotos había creado anhelaba verme, era la causa de su apostasía de Mí. Pero Yo no podía ser visible para estos seres porque ante la plenitud de Luz y Fuerza que se habría debido presentarles se habrían perecido...

Pero Yo también quería satisfacer los deseos de mis “niños” pues quería presentarme a ellos visiblemente - y lo hice en Jesucristo, en una envoltura humana... pero esta antes debía espiritualizarse completamente para poder acoger en sí mi Luz y mi Fuerza en toda Plenitud... la envoltura debe haberse convertido en la misma Sustancia espiritual que es mi Ser primario desde la eternidad - para que no se pereciera cuando Yo mismo iba a penetrar en la forma... De modo que no quedaba nada de “humano” en la envoltura... todo fue Espíritu de Mí, de modo que Jesús fue Dios...

Yo me había convertido en Hombre, pero sólo para cumplir con una Misión, para redimir vuestro pecado original - vuestra culpa original... De modo que no quedó nada del “Hombre” Jesús, porque se había divinizado mediante su paso por esta Tierra. Él había realizado la Fusión completa conmigo, con su Creador y Padre desde la eternidad... Mi Ente primario se había manifestado en Él - el Espíritu primario que llena todo, en Jesús había adoptado una forma visible. De modo que me he hecho visible para todos mis “niños” que maduran en una medida que ahora les permite que ya puedan soportar mi visibilidad... que me puedan ver Cara a cara.

Amén.

Traducido por Ion Chincea