Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7632
7632 “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida ...”
25 de junio de 1960: Libro 80
Yo quiero indicaros el camino que debéis llevar durante vuestra vida terrena. Yo Mismo soy el Camino, la Verdad y la Vida, quien me escucha, ese anda el camino, él estará dirigido en la Verdad y él llega a la Vida eterna.
Quien me escucha, observará también lo que Yo le aconsejo, lo que Yo de él exijo y él irá entonces el camino del amor, el que irrevocablemente lleva a Mí, al que Yo soy el eterno Amor, y de ese modo regresa otra vez a Mí, de quien una vez ha procedido. Él ha realizado su camino de evolución y ha vuelto a Casa del Padre, él está con su Padre, como era en un principio y él obrará y creará con Él como es su destino.
Yo Mismo soy, pues, el Camino. Estas Palabrs las dijé Yo a los hombres cuando andaba en la tierra y Yo los intimaba a que me siguieran. Mi camino era lleno de sufrimiento en extremo; pero el Amor en Mí me dejó andarlo. Y as también permaneced vosotros siempre en el amor a Mí y a vuestro prójimo y sed pacientes también llevando el sufrimiento, pensando siempre en Mi Pasión carqué tan inconmensurablemente pesada, porque Yo cargué sobre Mis hombros la culpa de la humanidad entera para llevarla bajo la Cruz.
Ese Vía-Crucis tenía que ir, pues Yo quería sufrir por los hombres, los que eran Mis hermanos y por su caída en el abismo cargaron en sí una culpa muy grave, que ellos jamás hubiesen sido capaces de expiar. A Mí me deba pena el estado de los hombres, pues era funesto y nunca jamás hubieran podido alcanzar la Bienaventuranza, si Yo no me hubiese encargado de ellos.
El Amor me decidió a todo pensar y obrar y el Amor se ofreció por los hombres en el sacrificio de Redención. Y si Yo por lo tanto me denomino a Mí Mismo como el Camino, así también tiene que ser vuestro camino, un camino del amor, también vosotros tenéis que ofreceros por vuestros semejantes en cada necesidad del cuerpo y del alma, también vosotros tenéis que estar dispuestos a sacrificaros, vuestro ser tiene que estar lleno de amor entonces váis el mismo camino, que Yo he andado y llegaréis después también a la Verdad y a la Vida eterna. Yo Mismo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Si vosotros hombres me reconocéis como al Divino Redentor Jesucristo, en quien Yo Mismo me ofrecí como víctima en la Cruz por todos los hombres, entonces os encontráis vosotros también en el camino verdadero, recibiréis la Verdad de Mí y llegaréis a la Bienaventuranza, pues sólo la pura Verdad puede despertaros a la Vida y esa será siempre una vida en bienaventuranza, porque por Mi parte sólo la Vida verdadera puede ser dada, la cual significa ser penetrado con la profusión de la Fuerza de Mi Amor, la que incomparablemente hace feliz a los seres que han andado, por eso, el verdadero Camino que lleva de regreso a Mí en la Casa Paterna.
Y por eso os muestro el buen camino, Yo os instruyo que sólo el amor conduce a la dicha, que sólo el amor os garantiza la Verdad y sólo el Amor da la Vida al alma, la que ya nunca más pierde. Pues entonces está también asegurada la unión Conmigo, que es la meta y el objeto de la vida terrena. Entonces el ser o el alma se ha transformado en amor otra vez y ha entrado en su estado original, es otra vez bienaventurada como era en un principio.
Amén
Traducido por Pilar Coors