Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7545

7545 La obra de amor y misericordia de Jesús....

11 de marzo de 1960: Libro 79

Siempre debéis mirar a la cruz, siempre debéis recordar al Salvador Jesucristo, Que murió por vosotros en la cruz.... siempre debéis tratar de imaginaros Su amargo dolor y sufrimiento que Él llevó por vuestros pecados, para que vuestra culpa de pecado haya sido borrado y podáis entrar nuevamente sin trabas al reino espiritual, al reino de la luz, cuyas puertas os ha abierto Jesucristo, el divino Salvador. Por vuestros pecados sufrió, por vuestros pecados murió en la cruz.... Él, Que era sin pecado, asumió la culpa de vuestros pecados, y fue a la cruz por vosotros. Y lo hizo por el amor excesivo hacia vosotros, los seres humanos, de quienes sabía que estaban en un gran necesidad espiritual y que quería liberar de las cadenas del enemigo que ya los había mantenido cautivos durante siglos.

Fue una obra de amor y misericordia que sólo fue realizado una vez por un ser humano Que no estaba alineada de manera diferente a vosotros, pero Que tenía tanto amor en Su corazón que quería sacrificarse por sus semejantes que sufrían. Y fue este amor que Le dio la fuerza para Su obra de Redención, fue este amor que impulsó Su voluntad, el que Le permitió soportar sufrimientos y dolores inconmensurables y recorrer el vía crucis hasta el final, hasta su exaltación en la cruz, hasta Su dolorosa muerte. Pero el amor era Dios....

Fue Dios Mismo, Quien Se sacrificó en la cruz, fue el Amor Eterno quien sufrió y murió por la humanidad. Y este amor requería un caparazón humano que soportara el sufrimiento y el dolor.... un caparazón en el que tuvo lugar la obra de misericordia más grande que la humanidad haya experimentado.... Este sacrifico de la cruz no puede recordarse lo suficiente porque fue único y, sin embargo, se aplica a toda la humanidad, a los humanos del pasado, del presente y del futuro....

Una y otra vez los seres humanos tienen que descubrirlo que la obra de Redención fue realizada para todos ellos; Deben escuchar una y otra vez que ellos mismos pertenecen a los redimidos si su voluntad está dispuesta a aceptar las gracias de la obra de Redención.... Una y otra vez los humanos deben recordar al divino Redentor, deben volver la mirada hacia Aquel, Quien murió por la humanidad en la cruz.... deben imaginarse su propia pecaminosidad y saber que el divino Salvador también murió por estos pecados, con tal que sean llevados a Él, bajo Su cruz.... que el hombre quiere librarse de ellos y pedir a Jesucristo el perdón por su culpa.

El hombre debe tomar conscientemente una postura sobre Él y Sus obra de Redención. Y por eso debe recordar siempre que estaría perdido sin Él, el divino Redentor Jesucristo.... Sólo Él es su Salvador de las más profundas angustias, sólo Él perdona sus culpas, sólo Él le lleva al reino de la luz y de bienaventuranza cuando Le ha entregado su culpa y Le pide Redención.... Y por eso la vida de ningún ser humano está desesperada, por mucho que haya pecado....

Uno tomó sobre sí toda la culpa y la borró en la cruz por amor excesivo. Y este Uno debéis reconocer, debéis saber y creer que Jesús era el Hijo de Dios, que era un ser humano Que escondía en Sí Mismo un alma de luz, Que estaba tan lleno de amor, Que podía albergar el Amor Eterno Mismo en Sí mismo y que este “Amor Eterno” pasó por la tierra para sufrir y morir por los hombres.... para redimirlos. Y si creéis y reconocéis a Dios Mismo en Jesús, también seréis libres de toda culpa, podréis entrar a la vida eterna, como Él os lo prometió....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise