7521 La pura Verdad – Palabra de la Altura
13 de febrero de 1960: Libro 79
Atenéos siempre sólo a Mi Palabra, y si os es llevado un ideario de afuera, así pues, examinádlo, si él coincide con Mi Palabra que os he proporcionado directamente, y rechazarlo lo que contradiga a ésta. Pues lo que el Espíritu de Mi os manifiesta, es la pura Verdad y la podéis defender siempre como pura Verdad. No necesitáis temer que transmitís error, si sólo os atenéis a lo que Yo os dirijo desde la Altura.
Pues dado que es Mi Voluntad, de que la Verdad encuentre difusión entre los hombres, de ese modo cuidaré Yo también de que la recibáis, y Yo sólo me expresaré a través de Mi Espíritu siempre allí, donde es dada la garantía de que ella es aceptada y también transmitida inalterada. Y Yo sé como y cuando es eso posible, y allí se derrama Mi Espíritu.
Yo quiero que vosotros hombres andéis en la Verdad. Pero Yo sé también, como influye Mi enemigo en vosotros, el que trata siempre de entremezclar la Verdad con error. Yo sé quien anhela la Verdad, y donde tiene por lo tanto él poca influencia. Y así sé también, cuando el anhelo de la Verdad me da la posibilidad de dirigir ésta a la tierra y que ella sea de nuevo transmitida donde existe sólo la voluntad de servir a la Verdad.
Yo Mismo anuncié a los hombres el Evangelio, cuando Yo caminaba en la tierra, y ellos recibieron de Mí sólo la pura Verdad, es igual por completo, en lo que Yo los adoctrinaba. Así también ahora parte de Mí otra vez la más pura Verdad, y ella necesita sólo de un corazón anhelante, de un corazón abierto, para que la Verdad sea recibida y aplicada como Verdad. Entonces ella difundirá también luz, y esa es la marca o el distintivo de la Verdad, de que el hombre crece en su conocimiento, de que él gana un saber que le da luz luminosa, lo cual únicamente es capaz la Verdad.
Mas cada error hace confusa la mente, él oscurece al espíritu y jamás puede repercutir haciendo feliz. Quien tiene ansias de la Verdad, ese siente también la bendición de la luz; quien anda en el error, ese no la nota, porque él camina caído en las tinieblas del espíritu. Mas ningún hombre podrá decir que la Verdad es inasequible, de que ella sea inaccesible a los hombres. Todo el que anhela la Verdad seriamente y se pone en contacto Conmigo, podrá recibirla.
Y ella sólo os llega a través de Mi Palabra desde la altura de forma manifiesta, y siempre podéis examinar hasta que punto coincide el ideario que os han llevado con ésta, para que sepaís, si es que vosotros estáis en la Verdad. Pues lo que Yo Mismo os transmito, no puede ser más que la Verdad, y vosotros debierais apreciarlo sumamente y nunca jamás abandonarlo, porque es una donación de Gracias de importancia inaudita y trascendente, la que elimina la necesidad espiritual, la que os traslada en un estado de Luz y Fuerza y ha de ayudar a la madurez de vuestra alma; la cual os ofrece Mi gran Amor, para que no caminéis perdidos en la tinieblas del espíritu.
Mi Espíritu se inclina hacia abajo a vosotros. Él se derrama en un recipiente abierto y cada vez de nuevo lo llena siempre. Mi Espíritu os da la Verdad, la que sólo puede partir de Mí, y por eso pues, este ideario puede ser representado y sostenido frente a los hombres como la Verdad, porque de Mí no puede partir ningún ideario falso.
Y que parte de Mí, se os comprueba cada vez de este modo: De que siempre de nuevo se hará mención de Mi encarnación y de Mi Obra redentora, de que Yo Mismo, vuestro Dios y Padre Jesucristo, vuestro Salvador, Me inclino abajo a vosotros, para demostrarme y evidenciarme a Mi Mismo. Vosotros podéis constatar un obrar fuera de lo común, y por consiguente podéis deducir a una Fuerza espiritual, reconociéndola como una Fuerza divina, puesto que incesantemente os enseña sólo el amor, y se os presenta a Jesucristo como él solo y exclusivo fin y destino más importante ante vuestros ojos. Y podéis también por tanto creer lo que por Mi Espíritu os es dirigido, porque la “Eterna Verdad Misma” desciende a vosotros y os enseña porque Ella quiere que caminéis en la Verdad.
Amén
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