Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7458
7458 Pensad a menudo en la hora de la muerte....
18 de noviembre de 1959: Libro 78
A todos se os dice que con cada día se acorta el plazo que todavía os queda hasta el final.... que el tiempo de gracia se ha terminado pronto en el cual podéis crear y trabajar según vuestra voluntad. Y todas las tareas deben servir por la salvación de vuestras almas, solo a ella debéis pensar y poner en segundo plano a todo lo terrestre, porque en la preocupación por vuestro bien del alma se os daría todo lo necesario de forma que recibáis todo sin vuestra participación. Pero la salvación del alma está en peligro por la manera de llevar vuestra vida terrestre.... prestando más atención a lo terrestre y no pensando que vuestro tiempo de vida se termina pronto. Estáis viviendo bajo ideas que piensan en vuestros cuerpos, y aunque os estáis presentando al mundo como “cristianos”.... No estáis viviendo con Cristo, con Aquel que es vuestra bendición eterna y que lo quiere ser para siempre, pero solo puede quedarse unido con vosotros si estais viviendo en amor.... Estáis amando todavía demasiado a vosotros mismos, porque todo lo que os mueva pensando, vale para la mejora de vuestras necesidades vitales; solo pasais al cuerpo para que se sienta mejor.... ¿Pero habéis pensado en vuestro alma y de aquello que necesita para convertirse bendita? Pero sabéis que vuestra existencia en esta tierra no es para siempre, que el día siguiente ya puede traer la llamada de despedida y que entonces el estado del alma es lo único que importa para el destino que le espera en el reino del más allá. Entonces todas las cosas demás son obsoletas, todas las cosas que el cuerpo ha obsequiado y que el hombre ha tenido que dejar atrás en el mundo. Entonces todos los esfuerzos han sido en vano que se han gastado por el bienestar del cuerpo, pero el alma se ha quedado muy pobre con necesidad en la puerta de la eternidad.... Si los hombres quisieran imaginarse el estado infeliz del alma, si quisieran pensar seriamente en la hora de la muerte, y si quisieran creer que el tiempo se agota pronto y que se os ha concedido como un plazo corto de gracia para convertiros.... Cualquier día os puede traer riquezas para el alma si lo vivís bien, si realizáis obras de amor, si transmitís amor y bondad a vuestros semejantes y ayudar donde vuestra ayuda sea necesaria; si os unís en el rezo con vuestro padre de la eternidad, si estableceís una relación adecuada con Él, como un hijo al padre.... No tiene que ser un sacrificio para vosotros, podéis llevar una vida apropiada para Dios, pero debéis pensar más en Él, no debéis tener vuestros pensamientos exclusivamente en el mundo y en sus requerimientos, siempre debéis saber que todo es mortal lo que el mundo ofrece, pero lo que viene de Dios es inmortal.... Y para conseguir algo de Dios, lo que podéis conservar como una riqueza espiritual, solo teneis que uniros con Él y quedar unidos a través de rezos y obras de amor.... No se os pide mucho, pero sin esta conexión intensa siempre vais a ser pobres, y vuestro alma se quedará con necesidades y pobre si se os pide la despedida. Y no se puede regalar nada además lo que no ha conseguido ella misma.... Y entonces los hombres solo pueden ser advertidos y avisados no pasar ligeramente por la vida, sino pensando siempre en la hora de vuestra muerte cuando tenéis que rendir cuentas como haber llevado vuestra vida terrestre por el bien de vuestro alma.... Reflejadlo, concentraros y buscad la maduración de vuestro alma, y siempre se os apoya en esto si sólo ofrecéis la voluntad buena a Dios de acercarse a Él para poder estar un día con Él en cuanto el alma sea digna....
amén
Traducido por Bea Gato