Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7408
7408 Alcanzando el estado original.... Amor.... Filiación de Dios....
13 de septiembre de 1959: Libro 78
Como hijos de Dios, todos vosotros debéis tomar Su reino en toda su gloria. Debéis crear y obrar con Él en libertad, luz y fuerza y ser inconmensurablemente felices.... debéis experimentar el amor del Padre en una medida inimaginable, debéis obrar en felicidad según vuestra propia voluntad, que es también la voluntad de Dios. este destino es seguro para vosotros, y también debe convertirse en una certeza dentro de vosotros los humanos que Dios tiene glorias inimaginables reservadas para vosotros.... solo que tenéis que prepararos de antemano que podéis aguantar esas glorias, porque para un espíritu inmaduro significaría una transgresión de sí mismo si fuera trasladado al mar de luz del reino espiritual, lo cual le consumiría por completo.
Permanecer en el reino de la luz exige una cierta naturaleza del ser para no dañarlo en su existencia. Y ya debéis alcanzar este estado en la tierra, que os hace capaz de poder permanecer en el reino de la luz. Y también podéis alcanzarlo en la tierra si solo tenéis la voluntad de hacerlo, si tan solo formáis vuestro ser para amar mientras permanecéis en la tierra.... Un ser lleno de amor solo regresa a su elemento original tan pronto como vuelve a entrar en el reino de la luz, mientras que el ser encarnado como humano aún no ha alcanzado este estado original, pero que debe hacer todo lo posible para alcanzarlo, porque también garantiza felicidades ilimitados para el ser.
El ser había salido del estado de perfección en el libre albedrío, y tiene que regresar irrevocablemente a ese estado en el que una vez era feliz. El hombre como tal no sabe de las bienaventuranzas incomprensibles de antemano, sólo se le puede ser presentado y estimulado a que vuelva a esforzarse por alcanzar ese estado para poder ser feliz también indefinidamente cuando tenga que entregar su vida terrenal y volver a entrar en el reino espiritual. Pero el estado de bienaventuranza no se le puede probar, porque debe esforzarse por alcanzarlo voluntariamente y cada gloria probada en la vida futura sería una compulsión para él de llevar su vida en consecuencia, lo que sería absolutamente inútil para el alma.
Por eso las glorias del reino espiritual tienen que permanecer ocultas a los hombres; sólo pueden ser mencionadas, y depende únicamente de la fe del hombre si vive su vida terrenal en consecuencia y entra una vez en el reino de la luz como un alma perfecta, para la felicidad eterna. Solo una vida de amor produce esta perfección, nada más puede traer madurez al alma que solo el amor.... Si la gente quisiera considerar que no haya sustituto para una vida de amor.... que solo la perfección del alma depende de una vida de amor y que no hay otros posibilidades para que el alma madure, que solo a través del amor....
Loa hombres piensan en esto demasiado poco, y por lo tanto en su mayoría se retrasan en su desarrollo, y el tiempo de su existencia terrenal pasa sin haberle dado al alma ningún éxito. Ella llega en un estado al reino del más allá donde la luz la consumiría por completo, donde solo puede permanecer en la oscuridad o en un ligero crepúsculo y donde se le niega la entrada al reino de la luz. Porque su naturaleza no se transformó en amor en la tierra, ella misma era demasiado débil y tampoco se refugió en Aquel, Que habría fortalecido su voluntad, que la habría ayudado a alcanzar la perfección última.... Sin embargo, el amor es fuerza, y cualquiera que vive en el amor ya está íntimamente conectado con Jesucristo y recibe fuerza de Él....
Una vida de amor no puede ser sustituida, sino que siempre presupondrá la relación con Jesucristo, consciente o inconscientemente, para ser guiado con seguridad a la última cognición.... Porque el Amor es Dios, el amor se ha unido con Jesucristo, el Amor es la unificación con Él, Que es el Amor Mismo.... Y el amor debe conducir irrevocablemente de nuevo a Él y asegurar el acercamiento a Dios en el reino de la luz.... El amor debe conectar el alma con Dios y, por lo tanto, llevar el hijo al corazón del Padre.... el alma debe ser y permanecer feliz en y con Dios para siempre....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise